La intendenta Bettina Romero hizo jurar –ante la biblia y un crucifijo- a dos concejales como secretarios de Estado. Ante amenazas de denuncias por incompatibilidad de funciones al tener doble cargo en el Estado, dijeron que fue una “jura simbólica”. El Concejo Deliberante ¿analiza qué medidas tomará?.

Los concejales Frida Fonseca Lardiés y Jorge Altamirano podrían ser denunciados penalmente por incompatibilidad de funciones al tener doble cargo en el Estado ya que juraron como secretarios del Estado municipal siendo aún ediles.

El chanchullo que armó la Muni comenzó el jueves a la noche, cuando desde el área de Prensa y Comunicación anunciaron que la intendenta Bettina Romero tomaría juramento a Frida Fonseca Lardiés como secretaria de Gobierno y a Jorge Altamirano como secretario de Protección Ciudadana. Sorprendidos, algunos periodistas advirtieron que, de efectivizarse, se incurriría en el delito de incompatibilidad de funciones al tener doble cargo en el Estado.

Con las primeras horas del viernes, nuevamente fue emitido un mensaje que decía que se había tratado de un error y que sólo realizarían la “presentación de los nuevos funcionarios”. Pero, al llegar al Centro Cívico Municipal, los concejales se encontraron con una biblia, un crucifijo y todo listo para tomarles juramento.

Bettina «Titi» Romero tomó juramento como secretarios de Estado a dos concejales de la ciudad en presencia de Darío Madile, el mismísimo presidente del Concejo Deliberante. Así lo anunció el área de Prensa de la Intendencia.

Enfurecidos, varios concejales se comunicaron con el primer piso del Centro Cívico Municipal y adelantaron que realizarían denuncias contra Fonseca y Altamirano.

Para bajar los decibeles, y evitar que los nuevos funcionarios comenzaran con una causa penal su gestión, desde la Muni no tuvieron mejor idea que decir que se había tratado de una “jura simbólica”.

“¿La biblia y el crucifijo también eran de mentira?”, preguntó uno de los 21 ediles capitalinos indignado ante tamaño error y aseguró que la situación es “propia de los caprichos de Bettina”

El enojo de los concejales encuentra sustento en que, tanto Fonseca Lardiés como Altamirano, fueron elegidos por el pueblo para representarlos en el Concejo Deliberante de la Ciudad de Salta y, por lo tanto, son concejales hasta que, en sesión, los ediles aprueben la renuncia.

Pero, tentados por la oferta de Bettina, Fonseca Lardiés y Altamirano, aceptaron rápidamente, olvidándose de que primero debían renunciar al trabajo que tenían. “Las renuncias recién fueron presentadas el viernes a la mañana (después del anuncio), al presidente del Concejo, Darío Madile. Pero nosotros aún no las tratamos y, hasta que no las aprobemos, siguen siendo concejales”, explicó otro edil.

Ahora, desde el Ejecutivo municipal aducen que hasta que no se publique la designación de los nuevos funcionarios, la asunción no tiene validez. Ni ante Dios ni ante los Santos Evangelios ni ante el Pueblo.