El empirismo es una doctrina filosófica que considera la experiencia sensible como la única fuente de nuestros conocimientos.

Andrea Sztychmasjter

Compartimos una breve descripción de algunos tópicos planteados en el texto “Teorías empiristas del significado. Realismo. Fenomenalismo e idealismo”. En Dancy, J. (1993). Introducción a la epistemología contemporánea.

Dancy se pregunta que pueden añadir las filósofas* a la teoría de la percepción que llevan a cabo psicólogas y neurofisiologas.

Cómo una epistemóloga puede conceder el respeto debido a los resultados de esos estudios sin quedar involucradas en alguna forma de circularidad viciosa.

Señala que las filósofas están interesadas de una forma muy general en la percepción. En este sentido, se requiere de un análisis de la filosofía y su relación con la ciencia para responder adecuadamente esta cuestión.

Se presentan tres grupos principales de la teoría de la percepción

m Realismo Directo

m Realismo Indirecto

m Fenomenalismo

El autor entiende por realismo en teoría de la percepción, el punto de vista que consiste en que los objetos que percibimos tienen la posibilidad de existir y existen (conservando las propiedades que percibimos que tienen) aun sin que nosotras los percibamos. Es decir que la existencia de las cosas es independiente de la perceptora.

Dancy nos dice que las diferencias entre realismo directo e indirecto son difíciles de delimitar estrictamente. Esta relación de tensión se encuentra atravesada por la discusión de si las seres humanas podemos aprehender de manera directa la existencia de un objeto.

Si se habla de percepción como aprehensión se debe recordar la aprehensión no perceptiva. El debate entre el realismo directo y realismo indirecto se relaciona con la cuestión de que si aprehendemos alguna vez directamente la existencia y naturaleza de los objetos. Ambos coinciden en que los objetos existen aun sin ser percibidos. El realismo indirecto asevera que no aprehendemos directamente los objetos, sino solo de modo indirecto a través de un objeto intermedio. El realismo directo niega esto.

Por realismo directo el autor entiende una posición que afirma que a través de los sentidos captamos directamente los objetos físicos. Ahora bien, al interior del realismo directo se va a marcar una distinción entre sus participantes en lo que se refiere al grado del realismo que aceptan.

Hay dos tipos de realismo directo: el ingenuo y el científico. El primero sostiene que los objetos no percibidos pueden retener propiedades de todos los tipos que percibimos que tienen. Esto quiere decir que un objeto no percibido todavía puede tener no solo forma y tamaño, sino también calor y frio, color, sabor, olor, etc. El realismo científico directo se opone a la forma ingenua, ya que cree que la ciencia ha demostrado que los objetos físicos no retienen, cuando no son percibidos, todas las propiedades que parecen tener cuando los percibimos. La existencia de algunas de esas propiedades depende de una perceptora. El color, sabor, olor, calor, aspereza, etc. solo pueden estar presentes en relación a una perceptora.

Dos observaciones contra la forma científica: la primera es una desazón general sobre el funcionamiento de la distinción entre cualidades primarias y secundarias, que planteó Berkeley. La cuestión es la de si nuestra experiencia del mundo, una experiencia donde la propiedades primarias y secundarias están entremezcladas, es de tal tipo que podemos concebir la clase de separación que requiere la perspectiva científica, y podemos suponer que comprendemos qué sería un mundo espacial con cualidades primarias, pero sin secundarias. Pero sucede que no podemos imaginar que sería percibir el mundo tal y como es en sí mismo.

La segunda observación es la de que, incluso aunque esta distinción fuera impecable, no es obvio que resulte accesible al realista directo. Aquí puede haber una incompatibilidad de perspectivas, si es así la distinción no sería fácil de establecer. Las propiedades como el color y el tamaño se nos presentan de modo igualmente directo. Otra versión podría ser la de que no está claro qué análisis de la percepción de colores puede proporcionar la realista directa científica. Existe el peligro de que su análisis sea una forma de realismo indirecto, ya que, si los objetos físicos no fueran coloreados en sí mismos, deberíamos descubrir otro tipo de objeto intermediario que si fuera coloreado.

Estas observaciones tratan de mostrar que la forma ingenua del realismo es más consistente, aunque también tiene sus problemas, pero en relación a los problemas para la forma científica.

El primer problema es la inclinación a rechazar la posibilidad de concebir los colores-tal-como-los-vemos como algo que existe cuando nadie los percibe.

El argumento de este rechazo es porque el color percibido se altera de acuerdo con el estado del objeto, del medio circundante y de la perceptora. Es por ello que no puede haber tal cosa como el color real del objeto; cualquier elección entre los colores percibidos es arbitraria y depende de las seres humanas. Si esto es así entonces habría que abandonar la pretensión de que los objetos conservan el color cuando nadie los percibe. Pero esto no tiene que ser así, porque no es preciso que el color real sea el que se conserva cuando nadie lo percibe; habría que definir el color real como el que se percibe en condiciones normales. Esto deja abierta la posibilidad de que los objetos conservan un color no percibido que puede o no ser su color real.

La segunda objeción tiene que ver con que los objetos pierden su color en la oscuridad. El color solo existe en condiciones adecuadas a la percepción. Es esto lo que hace difícil afirmar que los colores existen sin ser percibidos. Pero la realista ingenua puede decir que los objetos retienen un color que, a causa de condiciones contingentes desfavorables, no podemos ver. Este segundo bloque de problemas es más preocupante y trata la posibilidad del error perceptivo y la alucinación.

Como existen formas ingenuas y científicas en el realismo directo, el realismo indirecto también tiene las suyas. En lo que se refiere a las primeras, Dancy nos dice que esta establece que el objeto indirecto de aprehensión tiene características de los mismos tipos que tienen los objetos directos. Por su parte, el realismo indirecto científico afirma que el objeto indirecto solamente tiene “propiedades primarias”, y son las “propiedades secundarias”, las sensoriales, las que son exclusivas del objeto directo.

No obstante, el autor señala que ambas posibilidades son problemáticas, ya que la forma científica separa las propiedades primarias y secundarias de una manera cuestionable, e incluso es necesario que nos cuestionemos si es posible que logremos conocer un mundo que solamente tenga “propiedades primarias”. Ahora bien, hablando de la forma ingenua del realismo indirecto, esta se nos presenta como insostenible, ya que no se puede aceptar la sugerencia de que existen, por ejemplo, dos tipos diferentes de aprehensión del color, la directa y la indirecta, debido a que se estaría hablando de los dos en el mismo sentido.

*Este texto está escrito en universal femenina.