No compartimos el audio por morbo: lo hacemos porque deja en evidencia que la policía no reaccionó como debía.

“Por favor ayuda 911, me están matando”, dice Rosa Sulca. Se escucha también un grito, de pánico y dolor y finalmente una voz que se hace del teléfono y que pertenece a una de las personas que la asesinó: : “Disculpe, es mi tía, ella toma pastillas”.

El audio sirve para entender por qué los fiscales imputaron a los dos efectivos que acudieron al llamado, tocaron la puerta y, como nadie les abría, se fueron.
Sirve para entender por qué el comisario a cargo del sistema operativo 911 fue imputado ayer. Este comisario hizo todo lo posible para no entregar ese audio a la justicia, cuando ese audio es una prueba fundamental: a los fiscales les alcanzará con cotejar la voz joven con la de la detenida, para saber si estuvo o no en la casa de la docente la noche que recibió las 17 puñaladas.
Es increíble que el Ministro de Seguridad no haya echado aún al jefe del 911, por entorpecer una investigación.