Ayer denunciaban que un niño de 5º grado había sido sorprendido con un envoltorio lleno de droga que llevaba en el bolsillo. Antes que la noticia siga su curso inevitablemente escandaloso, la directora salió a dar declaraciones rectificadoras.
La primera versión (antes de que la directora diera alguna declaración) era la siguiente: un niño de la escuela Sarmiento estaba en clase de educación física, el maestro notó un bulto sospechoso en el bolsillo y cuando el niño vació su contenido se dieron con que tenía dos celulares y un envoltorio que rebalsaba droga. Hasta se tenía a la policía como confirmantes del hecho y lo único que faltaba era saber si el changuito tenía el porro para fumar él o para vender (mentalidad policial en su máxima expresión), otra cosa no se dijo, salvo que la directora negaba todo lo sucedido, y era de entenderse por qué.
Fue luego que la responsable de la institución brindó declaraciones a una radio local, en ellas confirmó que el hecho sucedió el 20 de junio pasado, salvo que la versión es un poco distinta, en ella no son dos los celulares, sino uno solo que molestaba al docente que ordenó se lo entregaran y al hacerlo al niño se le cayó un envoltorio “Cuando iba a sacar el celular del bolsillo del delantal se cayó al suelo un rollito de servilletas, simulando ser un cigarrillo”, o el famoso servilillo, dirá algún mal intencionado, pero no, queremos creer que no es así y que la directora tiene razón, porque más adelante comentó que el niño en varias oportunidades había bromeado con sus compañeros diciendo que “él fumaba, que se drogaba”. “El rollo no tenía nada, eran servilletas muy bien dobladas y simulaban ser un cigarrillo”. “Se le hizo un llamado de atención a la madre, porque, dónde vio el niño eso, por qué imita. Un niño solo no inventa que fuma o se droga, sino que lo repite porque lo vio o lo escuchó en algún lado.” Manifestó la directora Gladys Farfán.