La esperanza de Macri para frenar la reforma al impuesto a las ganancias está en los gobernadores. Nadie sabe aún el rol que jugará Urtubey que en los enunciados parece rechazarla, aunque sus diputados la aprobaron y hasta la redactaron.

Hasta ahora la conducta de los mandatarios provinciales, con independencia de los signos políticos o sus cercanía con la Rosada, salieron a defender sus cajas que se verían menguadas en caso de que el Senado transforme en ley la modificación del Impuesto a las Ganancias.

De hecho, la advertencia de La Casa Rosada a los gobernadores sobre los montos que perderían sí se aprueba el proyecto en senadores es la constante con la que el presidente Macri pretende lograr que los mandatarios ordenen a sus senadores votar en contra del texto aprobado en diputados o al menos realizarle modificaciones con el objeto de que vuelva a la cámara baja y así evitar tener que vetarla o implementarla en el corto plazo. La advertencia, incluso, se modifica según pasan los días. El martes, por ejemplo, circuló un paper donde aseguraba que Salta se vería perjudicada con una rebaja de 1.662 millones si se aprobaba el proyecto. La aprobación finalmente se dio y ahora que todo depende de los senadores, La casa Rosada indicó oficialmente cuánto de dinero dejarían de percibir los distritos nacionales indicando que para el caso salteño la merma sería de 863 millones.

En ese marco, los gobernadores se volvieron blanco de los reportes periodísticos y el salteño Juan Manuel Urtubey no fue la excepción. El día miércoles, por ejemplo, Perfil dijo del salteño que fue uno de los intentó hacer equilibrio y fue el más diplomático al expresar su esperanza en “que el Congreso actúe con responsabilidad para que tanto el Estado nacional como los estados provinciales no se desfinancien y tengan garantizados los recursos para seguir con sus prestaciones y servicios”. El problema es que nadie parece creerle del todo y así el día de ayer, los analistas del portal La Política Online aseguraban que esa declaración fue lograda por el Jefe de Gabinete nacional, Marcos Peña, aunque tildaron a las declaraciones de un juego cínico ya que los tres diputados “U” votaron con la oposición y uno de ellos, Pablo Kosiner, escribió parte del dictamen.

Pablo Kosiner, justamente, fue uno de los que más protagonismo mediático tuvo en la semana y una vez aprobado el proyecto salió a bancarlo decididamente. Ayer viernes, por ejemplo, declaró que se trata de “una reforma que el país necesita y que, particularmente, los trabajadores están esperando. El proyecto que aprobamos el martes busca proteger a los salarios y garantiza no desfinanciar a las provincias”. En relación a lo último fue tajante: “Ahora surgen análisis tributarios perfeccionistas para descalificar la reforma a ganancias pero no los escuché cuando se dieron beneficios fiscales a otros sectores con mayor poder económico”, aseveró el diputado salteño, y añadió: “Durante este año se tomaron diversas medidas teóricamente para favorecer a sectores que comprometieron inversiones que no llegan, pero para proteger a los trabajadores de la inflación, la recesión y la presión tributaria hay excusas”.

Kosiner, quien fue uno de los principales interlocutores del diálogo con los distintos bloques para llegar al proyecto consensuado, rechazó las versiones sobre un posible perjuicio a los gobiernos provinciales. “Algunos contraponen el interés de los trabajadores con el de las provincias como si estas estuvieran habitadas por marcianos. Tienen que estar tranquilos porque nos hemos encargado de buscar alternativas para que las provincias no queden desfinanciadas”.