Se produjo otro fallo contra la persecución a perejiles. La Cámara de Casación consideró inconstitucional criminalizar la tenencia de drogas para consumo personal.

El caso en cuestión fue motivo de un largo informe de Página 12 en su edición de hoy que recordó que la causa se originó en Santa Rosa de La Pampa cuando en el día del estudiante los estudiantes Rodrigo A., de 19 años, y Ezequiel M.C, 20 años, se ubicaron en un lugar apartado de un parque en donde se congregan estudiantes y encendieron un cigarrillo de marihuana.

La policía, que merodeaba, se les acercó al percibir el aroma, les pidió que mostraran qué tenían, los tuvieron demorados, y después de cinco días de investigar “el origen de la sustancia secuestrada” les abrieron una causa penal por tenencia de estupefacientes. El primero de los nombrados quedó procesado porque era quien tenía el cigarrillo armado en la mano y dos más en el bolsillo.

Tras un increíble derrotero, ayer la Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal lo sobreseyó con una sentencia que reivindica la inconstitucionalidad de la persecución de tenencia de droga para consumo personal y que hace notar que a treinta años del primer fallo de la Corte Suprema en ese sentido, conocido como “Bazterrica”, que defendía el ámbito de la libertad personal y la autonomía, las fuerzas policiales conservan potestad de actuar a su antojo, con sus criterios de selectividad, y los jueces interpretan cada caso como mejor les parece, a menudo guiados por principios morales.

Por esa razón, en estos días circula un documento firmado por algo más de 200 jueces, fiscales y defensores que reclaman una reforma legislativa que impida criminalizar a los usuarios –política que ya demostró no disminuir el consumo de drogas– y se focalice en políticas que aseguren el derecho a la salud y la persecución eficaz del narcotráfico.

El fallo Bazterrica, que se remonta a la Corte de los tiempos de Raúl Alfonsín, se refería al allanamiento a la casa del guitarrista Gustavo Bazterrica, integrante de los Abuelos de la Nada, quien había sido condenado a una pena de prisión y multa a raíz de que la policía le incautó unos pocos gramos de droga.