Con la mira puesta en Trump, Macri analiza opciones para la embajada en Washington. La demora de EE.UU. en designar su embajador da tiempo al Gobierno; será clave la visita del vicepresidente Pence.
Al presidente Mauricio Macri lo divierte jugar al misterio con el nombre del sucesor de Martín Lousteau al frente de la embajada argentina en el país más importante del planeta. «¿Cómo te ves? ¿Tenés buen nivel de inglés?», bromeó ante periodistas que lo consultaron esta semana en Olivos, con algunos importantes funcionarios presentes.
Más allá de la anécdota, el Presidente aclara que «no hay apuro» por designar embajador. El reacomodamiento lógico que sigue a la reciente asunción de Jorge Faurie como reemplazante de Susana Malcorra en la Cancillería es una de las razones de la demora, pero por sobre todo hay expectativa acerca de los movimientos de Estados Unidos y la impredecible presidencia de Donald Trump . «Tenemos pendientes embajadas importantes, Estados Unidos, Francia… no hay apuro, veremos qué hacen ellos también», afirmó esta semana el Presidente cuando lo consultaron.
Desde el traslado de Noah Mamet, embajador de Estados Unidos durante la última etapa del gobierno de Cristina Kirchner y los primeros meses de la gestión Macri, Estados Unidos no ha designado su sucesor. «Y si ellos no designan, tampoco hay que apurarse», dicen cerca del Presidente.
En su visita a Estados Unidos, a fines de abril, Macri y Trump volvieron a verse las caras luego de más de veinte años y apostaron por lo que el Presidente define como «una relación inteligente» entre ambos países, luego del apoyo explícito de la Argentina a la frustrada candidatura de la demócrata Hillary Clinton. La designación de embajadores de ambos países parecía entonces inminente, pero otros temas domésticos en ambas administraciones hicieron que el tema se fuera dilatando. «La relación está perfecta. No hay de qué preocuparse», relativizan en Balcarce 50.
Muchos son los nombres que circularon en las últimas semanas desde que Lousteau decidió dar el portazo para enfrentar a Pro en la ciudad de Buenos Aires. Aquel almuerzo con Alfonso Prat-Gay le sirvió al jefe de Gabinete, Marcos Peña, para confirmar su rechazo por cuestiones personales (al ex ministro de Hacienda no volvieron a ofrecerle nada, a pesar de su deseo de llegar a la Cancillería). Otros nombres que circularon fueron los del secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo; la secretaria de relaciones con el Parlamento, Paula Bertol, y la titular de la OA, Laura Alonso, aunque un diplomático de carrera, un «técnico», podría ser la mejor opción. «El tema se trata cada tanto, surge algún nombre, pero no nos hemos puesto seriamente a definirlo. Se verá», comentaron cerca del jefe de Gabinete. La idea: no volver a «equivocarse» con un nombramiento como el de Lousteau, que trajo no pocos dolores de cabeza para el Presidente.
Cerca de Faurie, que todavía no terminó de retirar sus pertenencias de la embajada de Francia, su destino diplomático hasta el lunes pasado, afirman que «todavía no hay un nombre definido» y que también el embajador en París es un cargo «trascendente, que hay que pensar muy bien».
La visita del vicepresidente norteamericano, Mike Pence, que en agosto visitará la región -incluida la Argentina-, sirve de referencia a los funcionarios para apurar una definición. «Es probable que esto acelere los tiempos y que antes de su visita esté definido el nombre del embajador», cuentan en Balcarce 50 y la Cancillería.
Aún con designaciones pendientes, Macri está más que conforme con el apoyo que recibe de Estados Unidos y otras potencias mundiales, cuyos líderes lo visitaron o lo recibieron en los últimos meses. «El nivel de apoyo que hemos generado es inédito. Mitad por lo que hacemos, mitad porque se busca una referencia en la región contra el populismo», afirma el Presidente en la intimidad.
Fuente: La Nación