Las elecciones provinciales del 11 de mayo están a la vuelta de la esquina. En la semana se conocieron los distintos frentes. El saldo es un verdadero cambalache político, con un insólito rompecabezas en una provincia donde lo que no sobran son las ideas.
Realizar pronósticos a esta altura del año resulta desde luego imposible. Todavía no se definieron quienes serán los elegidos como candidatos que se ponen en juego. Todo puede pasar hasta que venza el plazo de presentación de las listas. Lo único claro es que el se realizarán los comicios donde el poder baraja y da de nuevo las cartas, o dicho de otra manera, las parcelas de poder que corresponde de acuerdo a la influencia real que indique la elección.
El secretario electoral de la provincia, Pablo Finkelstein, informó a la prensa que el Tribunal Electoral aceptó un total de nueve frentes y una alianza.
El oficialismo del gobernador Gustavo Sáenz fue el único espacio que conformó la única alianza para los comicios de mayo. La denominaron “Por la unidad de los salteños” y está integrada por tres frentes: Peronista Salteño, Unidos por Salta y Si Salta Unida.
El Frente Unidos por Salta está integrado por los partidos Primero Salta que tiene a Ricardo Villada como cabeza junto al sello del vice gobernador Antonio Marocco, que aunque para muchos sea un cadáver político sigue dando pelea con el partido del Trabajo y la Equidad, aliados a los que queda del Partido Renovador.
Mientras que el Frente Si Salta Unida está integrado por los partidos PAIS, Salta Independiente y Unión Victoria Popular, junto a las agrupaciones municipales Elige por Salta y San Lorenzo Elige.
De aquí el gran ganador es el medico Bernardo Biella que evidentemente será la principal cara del oficialismo para traccionar la campaña.
Peronismo a la deriva
El peronismo fue el más opacado por las disputas internas. Con el PJ nacional, que está bajo la órbita de Cristina Fernández viuda de Kirchner, buscando que morder algo en suelo salteño, trató de armar algo de pirotecnia.
La llegada de Sergio Berni, no obstante, solo pudo agrupar a fantasmas: el Partido del Trabajo y el Pueblo (PTP), y los partidos kirchneristas Frente Grande, Instrumento Electoral por la Unidad Popular, Kolina y el Partido de la Victoria (PV), que se dividió porque la principal figura, el intendente de Tartagal optó por jugar con Gustavo Saenz.
En el listado del Tribunal Electoral también figura el Partido Cultura Educación y Trabajo (CET), cuyo referente es Jorge Guaymás y que finalmente se fu…. Sin embargo, el sindicalista aclaró que aunque hubo un acercamiento con este espacio pero se desvaneció cuando supo que en el armado también estaba el diputado nacional Emiliano Estrada. Estará en el frente comandado por Esteban “Tuti” Amat.
El camionero, viejo zorro, dijo: “es un saco hecho a medida de Estrada, así que nosotros vamos a trabajar con partido propio y vamos a salir con todos los del movimiento obrero y sectores sociales que quieran acompañarnos”.
Ante la novedad de que se hayan presentado dos frentes con el nombre “Frente Peronista Salteño”, el secretario electoral Pablo Finkelstein adelantó que en los próximos días el Tribunal correrá vista a los apoderados de ambos espacios para que modifiquen su denominación, por entender que la existencia de dos agrupaciones con idéntico nombre podría inducir a confusión entre los electores.
¿Dónde está la oposición?
Los libertarios, que parecían tener un caudal de votos importante gracias a Javier Milei, tampoco están para festejar ni son tan homogéneos. La fragmentación dentro de este espacio es tan grande que, en lugar de aparecer como una oposición sólida al oficialismo, lo que tenemos son varios grupos enfrentados entre sí.
Mientras La Libertad Avanza se presenta como un partido único, otros sectores más pequeños, como el Frente Liberal Salteño por Salta Libre, siguen su propio camino, liderados por figuras como Alberto Castillo y la blonda jujeña Alba Quintar: es un espacio que tiende puentes con el saencismo pero que busca ganar terreno.
Si alguien pensaba que la oposición tradicional podría ofrecer una alternativa sólida, se equivoco por pecar de lógica rutinaria. El PRO y la UCR, que en 2023 se presentaron bajo el nombre de Juntos por el Cambio, hoy están separados, cada uno por su lado. Y lo peor, super dispersos.
La UCR, que se unió al Frente Juntos con el Frente Plural, está esperando que el PRO se decida a sumarse, pero la falta de acuerdo ya quedó de manifiesto. El PRO, por su parte, se escindió en un frente propio llamado Cambiemos Salta.
La falta de acuerdo entre estos dos partidos está jugando en contra de cualquier posibilidad de ofrecer una alternativa. La hegemonía de Sáenz, desde luego, no es un concepto sino una realidad.
Propuestas vacías
En medio de tantas divisiones, lo que más falta en esta campaña electoral son propuestas claras. Si bien el gobernador, como suele ocurrir, tiene la ventaja de estar en el poder, su campaña se basa principalmente en la continuidad y con eso le alcanza, y para los fanáticos le sobra.
Es que ante la ausencia de una agenda rutilante y real por parte de la oposición, nadie con dos dedos de frente puede criticar el dicho: mejor malo conocido que bueno por conocer. Más aún cuando el que busca ser conocido apenas sabe dos latiguillos sobre el funcionamiento de nuestro extenso territorio provincial. Más que les pese a todos los sean salteños de bien “al menos es parte de la clase dirigente que presume sacarnos del atraso”.
Los opositores nunca estuvieron tan mal. Los libertarios no han logrado concretar un frente factible. Al contrario, se han sumido en un mar de disputas internas que restan credibilidad a su discurso. La UCR y el PRO, en lugar de presentar proyectos de futuro, parecen estar más preocupados por cuestiones menores. Lamentablemente, para muchos y para otros el resultado natural, no hubo acuerdo entre ambos.
La idea primera era integrar el Frente Juntos, que finalmente quedó formado por el Frente Plural (FP) y la Unión Cívica Radical (UCR). Matías Posadas, del FP, dijo que el PRO no se sumó porque “hay un ala del PRO vinculada al senador (nacional por Salta), que generó las condiciones para no integrarse”.
“Miguel Nanni (asociado a Juan Romero) como siempre rompiendo todo tipo de acuerdos”, afirmó. Actualmente ese sello está intervenido, función que cumple Leonardo Aguilar. Ante la falta de acuerdo se conformó el Frente Cambiemos Salta, con el PRO y la Agrupación Liberal Salta.
Por su parte, una rama de los libertarios que tienen como referentes a Alberto Castillo y a la abogada Alba Quintar, presentó el Frente Liberal Salteño por Salta libre, integrado por el Partido Federal Alternativo Regional Organizado (FARO), el Partido Autonomista y la agrupación municipal Movimiento de Integración Social (MIS).
En el mismo campo de la ultraderecha quedó solo el sello La Libertad Avanza, con los diputados nacionales María Emilia Orozco, Carlos Zapata y el parlamentario del Mercosur Alfredo Olmedo como referentes, y que participarán directamente como partido único. “Salimos solos, somos la única oposición, el gobernador compró todos los frentes”, dijo Zapata en declaraciones a la prensa.
A último momento, el Frente de Izquierda Unidad se dividió. «Mis compañeras y compañeros me eligieron para que sea candidata a diputada provincial y es un orgullo y una gran responsabilidad. Lamentablemente, un sector de la izquierda, el PO secundado por el PTS, decidió dividir y no aceptar los acuerdos previos que decidieron no respetar», dijo Andrea Villegas, del MST.
La división del FIT U no es la única de la izquierda salteña. Otros partidos, como Política Obrera (que surgió tras la interna del Partido Obrero) y el MAS, trazan su propio camino ajenos a toda unidad.
Ausencia de un Proyecto Claro
En definitiva, lo que está en juego en las elecciones de mayo no es solo el futuro del parlamento, sino también la calidad de la política en la provincia. La fragmentación de los principales frentes, tanto del oficialismo como de la oposición, ha generado un escenario confuso, donde las ideas brillan por su ausencia. Entre disputas por el control de los partidos y promesas vacías, los salteños se enfrentan a una campaña electoral en la que las soluciones no llegan a buen puerto.
El resultado de todo esto es un caos electoral que deja a los salteños preguntándose: ¿realmente hay algo nuevo bajo el sol?