El suicidio es una de las problemáticas que afecta a la provincia de Salta según un informe de Unicef Es la segunda provincia que tiene mayor tasa de suicidio adolescente en el país.
Por: Guadalupe Macedo
Estos datos son alarmantes y debe ser abordado por el estado y las familias de los jóvenes. Según un informe del Ministerio de Seguridad de Nación, la Provincia ocupa el tercer lugar, con una tasa de 11.5.
En este último tiempo “hubo un aumento de las tasas en las últimas décadas en el país entre las y los adolescentes de 15 a 19 años. En términos de magnitud, el fenómeno se presenta con mayor frecuencia en los varones y en aquellos que han alcanzado menor nivel educativo” según el informe de UNICEF. El suicidio es un tema de salud que requiere un abordaje comunitario y responsable. Un dato alarmante es que los suicidios en los adolescentes son consecuencia de una progresiva ruptura de lazos sociales, que lleva al aislamiento y la soledad. “El suicidio es la tercera causa de muerte entre los jóvenes de 20 a 24 años. Las personas de 45 a 59 años tienen la tasa de suicidio más alta de la región, seguidas por las de 70 años o más” informó la Secretaría de Salud Mental y Adicciones dependiente del Ministerio de Salud Pública de la provincia.
El suicidio es definido por la Organización Mundial de la Salud (2010) como “el acto deliberado de quitarse la vida”. También hay que tener en cuenta que el intento de suicidio es toda acción autoinfligida con el propósito de generarse un daño potencialmente letal, sin llegar a la muerte. Según cifras globales, los intentos fallidos son entre 20 y 40 veces más frecuentes que los suicidios consumados. Hay que saber que el suicidio es un problema de salud mental que no debe considerarse un delito. El Código Penal de la Nación Argentina no lo califica como delito. Por este motivo no debe denunciarse a la policía.
Algunos de los factores de riesgos son: el género, la autoexigencia, exigencia parental y/o fracasos en logros esperados, los factores intrapsíquicos y de personalidad, particularmente los estados depresivos. Otro de los peligros son los factores socioeconómicos y culturales, como la falta de expectativas laborales y de estudio como las perturbaciones en la vida familiar. También hacer que sea propenso al suicidio son factores como el abuso sexual, la orientación sexual, el suicidio imitativo, el consumo de alcohol y otras sustancias como el hostigamiento o acoso escolar (bullying) como acontecimiento vital humillante y el ciberbullying.
Existen mitos sobre el suicidio que deben ser desmitificados porque no permiten ayudar a las personas que tenemos cerca. Según el Ministerio de Salud de la Nación no es verdad que: “El que dice o amenaza con que se va a matar no lo hace” porque la mayoría de las personas que se suicidan manifiesta de alguna manera su intención previamente. Otro mito sobre esta problemática social es que “Las personas que intentan suicidarse tienen un padecimiento mental”. Esta afirmación no es certera ya que hay situaciones donde no existe ningún padecimiento mental. El último dicho popular que circula en la sociedad es que: “Cuando una persona da señales de mejoría o sobrevive a un intento de suicidio, está fuera de peligro”. Esto es falso porque como lo explica el área de Salud mental y adicciones de la Nación este momento es de los más porque la persona se encuentra frágil y sigue estando en situación de riesgo y seguir acompañándola es clave.
El suicidio no es un acto repentino, sino que existe señales de alerta que dan las personas. Según el Ministerio de la Nación hay que prestar atención si una persona suele aislarse o retrotraerse. Si las personas muestras constantemente desinterés y desmotivación. Otra alerta es el llanto inconsolable o sentimientos de desesperanza o ideas negativas persistentes. Si vemos a un apersona constantemente triste o si presenta sentimientos de debilidad, soledad y fracaso pueden ser señales de que puede tener pensamientos suicidas. Las dificultades para dormir y comer también son estados de alerta.
Hay que tener en cuenta que las personas que se suicidan no desean morir, sino que están transitando una situación de ambivalencia en su vida, es decir “desearía morir si su vida continúa de la misma manera, pero desearía vivir si se produjeran cambios significativos en ella”.
Las herramientas que cuenta la provincia de Salta es producto de que adhiere a la Ley Nacional 27.130 de Prevención del Suicidio donde los puntos más importantes son que, las personas que tienen cobertura medica como las que no, deben brindar cobertura asistencial a las personas que hayan sido víctimas de intento de suicidio y a sus familias, así como a las familias de víctimas de suicidio, que comprende la detección, el seguimiento y el tratamiento de acuerdo a lo establecido por la autoridad de aplicación explica el Articulo N°16 de la Ley.
La provincia cuenta con el programa GUIAF, aprobado por resolución ministerial como Grupo Interdisciplinario de Abordaje Familiar en Episodios de Suicidio o Intento de Suicidio.
Funciona en el centro de salud N° 63 Dr. Roberto Nazr, ubicado en avenida Sarmiento 655, en el horario de 8 a 14. Este servicio brinda asistencia a través del teléfono 0387 4213387. A esa línea también se puede solicitar turno para atención presencial. En casos de urgencia, se debe llamar al Sistema de Emergencias 911 informo el Ministerio de Salud Publica de la Provincia. Los profesionales que asisten en este centro también ayudan a las personas que lo soliciten a través de vías telefónicas.
Para poder acceder a este programa se puede hacer por presentación en el lugar o por derivación de otras instituciones como el Servicio de Emergencias 911, ministerios de Desarrollo Social, Educación, Derechos Humanos y Justicia, Poder Judicial y otros efectores de servicios sociales y sanitarios informó la secretaria de Prensa y comunicación de la provincia. Las acciones que se levan a cabo en este dispositivo es la contención y fortalecimiento de la persona que tiene pensamientos suicidad y a su entorno más cercanos como su familia. Se realizan actividades para promover la salud mental y se articula con redes sociosanitarias.