Si bien el «clan» Gerala goza de prisión domiciliaria, los negocios no paran, y a través de sus familiares siguen manejando los hilos de la megaestructura política montada a partir de la figura del viejo y conocido “Atta”.

 

La familia Gerala sigue en el ojo de la tormenta y a pesar de tener privilegios como la prisión domiciliaria dictada de hace unos días, no detuvieron sus operaciones en toda la provincia, apelando al “secreto profesional” de una empresa automotriz, un integrante de los Gerala estuvo presente en la concesionaria central para efectuar la compra de un camión 0 km en efectivo, como todo argentino de bien.

Hace unos días “un tal” Gerala pidió un camión nuevo a la empresa Mercedes Benz en el marco de un evento culinario organizado sólo para 30 clientes VIP de la empresa alemana. De este hecho se desprende que los Gerala son asiduos compradores de vehículos de gran porte y buena parte de esas compras las realizan en efectivo.

Miguel Atta Gerala, desde hace unos días ex intendente de Rivadavia Banda Norte, enfrenta varias causas, entre ellas, el robo y contrabando del patrimonio ferroviario, donde fue imputado formalmente junto a su hijo, José Miguel “Yopi” Gerala. También está involucrado en una causa por peculado, que fue confirmada por el Tribunal de Impugnación en 2018 y elevada a juicio en 2019.

Un resumen de la causa madre

En los allanamientos recientes, se incautaron 15 rieles valuados en 19 millones de pesos. El fiscal explicó que sin la participación activa de Gerala padre, el robo y la venta de rieles no habrían sido posibles, dado el poder que ejerce sobre la comunidad local.

La fiscalía solicitó el arresto domiciliario de Gerala hijo para evitar cualquier tipo de interferencia en el proceso judicial, principalmente debido al temor de que pudiera presionar a los testigos, dada la duración de casi 30 años en el cargo del intendente y su fuerte influencia en la zona.

El juez Montoya expresó las inquietudes de fiscalía y aprobó la medida de arresto domiciliario de José Miguel Gerala, quien permanecerá en su vivienda hasta el 31 de diciembre junto a su padre. La investigación sigue en curso, y se espera que nuevos detalles surjan conforme avance el proceso judicial.

Las pruebas obtenidas, principalmente a través de la triangulación de llamadas, revelaron que Gerala hijo organizaba la recolección de los rieles robados desde distintas localidades y su posterior almacenamiento en propiedades de la municipalidad, incluyendo terrenos y la casa del propio intendente, quien, según la fiscalía, también habría sido cómplice al permitir el uso de recursos municipales, como maquinaria y un grupo electrógeno, en los robos.

Mediante diversas escuchas telefónicas, la investigación estableció que Medina tenía múltiples proveedores de rieles robados. En este marco, uno de los involucrados fue identificado como José Miguel Gerala, quien, según la fiscalía, coordinaba el robo, transporte y venta de los rieles. En las grabaciones, se escucha a Gerala hijo hablando sobre una “gran estructura” para llevar a cabo las operaciones ilegales, las cuales incluían el uso de maquinaria y herramientas proporcionadas por el municipio, donde él tiene gran influencia.

La fiscalía, al indagar más a fondo en las operaciones de Medina, descubrió que también participaba en el contrabando de material ferroso, especialmente rieles, que se sospecha habían sido robados del Ramal C-25, entre Padre Lozano y Morillo, indicó El Tribuno. Estas encomiendas estaban relacionadas con el comerciante David Edilberto Medina, quien, con antecedentes de encubrimiento de contrabando, era el responsable de comercializar los productos, entre ellos, neumáticos provenientes de Bolivia.

Tradición

El origen de esta investigación se remonta a agosto de 2022, cuando una denuncia del Correo Argentino destapó el envío sospechoso de más de 480 cubiertas a través de encomiendas. Pero al jefe Atta ya se lo viene acusando de peculado y malversación de caudales públicos, desde la década anterior. Gerala está siendo juzgado por peculado y malversación de caudales públicos, acusaciones presentadas por la ex intendenta Marcela Carabajal en 2011. Se le imputa haber desviado fondos públicos para su beneficio personal.

En los últimos 20 años, Atta Gerala ha enfrentado denuncias de corrupción, aunque la Justicia provincial ha sido lenta en actuar. A pesar de la “renovación” de jueces y fiscales en el norte, tanto en el órden provincial como federal, los Gerala siguen gozando de beneficios que cualquier hijo de vecino no tendría, como la prisión domiciliaria y la pereza en la instrucción de casi todas las causas que los señalan.

Algo idéntico al caso del robo y contrabando de rieles, una causa federal que cayó en manos del sucesor de Reinoso. Se espera que el juicio en la Justicia provincial, programado entre los días 3 al 5 de diciembre de 2024, se escuchen testimonios de trece testigos.

En los pasillos de tribunales dejaron trascender que la causa se puede dilatar exponencialmente según la “voluntad” recíproca entre Atta y quienes lo están investigando. Pero Gerala padre no es el único intendente feudal que hizo negocios a costa de su pueblo, más bien, es una tradición en el norte hacerse rico como intendente, no por el acomodado sueldo que percibe uno, sino por las cajas que manejan, entre las cuales la más grande es la obra pública.

Probablemente la justicia no alcance o no se interese en investigar las compras millonarias que ejecutan los familiares de los funcionarios públicos denunciados, como el caso de los Gerala, por lo que el aparato de corrupción no se detendrá, aún estando condenados los acusados.