A un año del advenimiento de Milei, el peronismo se debate entre figuras que sólo reafirman la desconexión entre la política y la mayor parte de la ciudadanía. En Salta, el justicialismo apoyará a Quintela en medio de un operativo clamor para que la conductora sea CFK. 

 

El justicialismo salteño tomó partido de cara a las elecciones del año entrante y respaldará al gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela. Así se desprende de un comunicado emitido en las últimas horas y que lleva la firma del presidente del partido, Esteban Amat Lacroix.

El riojano había ratificado sus intenciones de liderar la fuerza y sostuvo que los dirigentes “están cansados de que les comuniquen desde la Capital Federal lo que tienen que hacer”. Si bien no aclaró si estará dispuesto a competir contra Cristina Fernández de Kirchner en caso de que ambos decidan presentarse en los comicios internos, el riojano aseguró que va a “mantener el producto de un trabajo” que se viene desarrollando “desde hace tiempo con una propuesta federal donde las provincias se sientan parte”.

Quintela se mostró muy duro con los referentes del kirchnerismo que salieron por las redes sociales a pedir una postulación de la ex mandataria nacional, al considerar que “no se puede manejar una cosa tan importante como esta por Twitter”.

Por su parte, la expresidenta difundió una carta abierta en la que da a entender que acepta conducir el Partido Justicialista en respuesta al operativo clamor de la militancia K.

“Quiero decirles que estoy dispuesta, una vez más, a aceptar el desafío de debatir en unidad porque si algo tengo claro también, es que acá no sobra nadie. Sin embargo, la unidad necesita dirección y proyecto para construir el mejor peronismo posible en una Argentina que se ha vuelto imposible para la mayoría de sus habitantes”, destacó.

De esta forma, el peronismo se dispone a abrir ataúdes de cara al 2025, como si no hubiera sido ese -entre tantos otros- el motivo por el cual sobrevino la ultraderecha disfrazada de anti política hace exactamente un año. En el PJ, al parecer, no acusan recibo.