El gobierno de Macri firmó un convenio con el gurú de Urtubey en materia de desnutrición, Abel Albino, quien asegura que la desnutrición infantil es un castigo al pecado del desenfreno sexual. Albino debe ahora trabajar para “mejorar” las condiciones de educabilidad” de los niños de entre 3 y 5 años.
El Ministerio de Educación firmó un convenio de colaboración con el polémico médico y asesor de Cambiemos Abel Albino para “mejorar las condiciones de educabilidad” de los niños de nivel inicial, de entre 3 y 5 años. El médico es el gurú de Urtubey en materia de desnutrición y de hecho la Fundación CONIN trabaja con el gobierno salteño.
Detengámonos entonces en ese pediatra que es una celebridad por su lucha contra la desnutrición infantil a través de la Fundación CONIN, aunque también posee un lado desmesuradamente oscuro que él mismo develó al escribir un libro que revela sus vínculos con la elitista y arcaica prelatura del Opus Dei.
El libro se titula “Gobernar es poblar” y el subtítulo abofetea al sentido común pero posee la virtud de blanquear el lugar desde el cual habla Albino. Ese subtítulo es “¿Paternidad responsable o fornicación asistida? que anuncia al lector que va a encontrase con una relato donde dios y la iglesia son omnipresentes.
Pero eso no es todo porque cuando Albino esboza su teoría sobre la desnutrición infantil subordina la explicación a su Fe y lo expone así: siendo Argentina un país que produce alimentos para 400 millones de personas, desde el punto de vista de la medicina social no hay hambre sino una enfermedad que no tiene connotaciones físicas sino culturales y éticas y una de las principales es “la desvirtuación de la sexualidad, deformación que incita a desarrollar, de modo animal, una desenfrenada libertad sexual fuera de todo marco”.
Realizado el diagnóstico, Albino sugiere el tratamiento que consistiría en “erradicar los males culturales latinoamericanos imitando las virtudes europeas pero no sus vicios”. Como se adivinará, las virtudes europeas son el republicanismo mientras los vicios son las políticas de control de la natalidad. Criterio que lo lleva a concluir que la desnutrición infantil es el resultado de una “pléyade de hijos indeseados, lo que, precisamente, por ser indeseados luego son abandonados o desatendidos en mayor o menor medida”.
Identificar las fuentes doctrinales de Albino no es tarea difícil. Y es que a lo largo de las 180 páginas del libro se suceden citas bíblicas, referencias a pensadores católicos y el apego a sectores de la iglesia asociada al fundador del Opus Dei: Josemaría Escrivá de Balaguer.
El Opus Dei, repasemos, se fundó en 1928 y es Prelatura personal desde 1982. En España cobró fuerza como grupo tecnocrático al servicio de la dictadura franquista. Desde siempre fue un puntal del conservadurismo teológico devenido luego en correa de transmisión entre el Vaticano y los gobiernos derechistas europeos y latinoamericanos en donde fue colocando miembros laicos en cargos públicos.
Desde hace unas décadas también desarrolla un fuerte apego a las modernas tecnologías que conjugan bien dos dimensiones que contradictorias en principio, no lo son para el Opus Dei: restablecer el poder económico de la iglesia a través de complejas redes productivas financieras que le valen el título de “multinacional de la Fe”; poder terrenal que debe ponerse al servicio de un integrismo católico que otros católicos condenan sin reparos.
De allí que no sorprenda de que Albino reivindique como parte estructural del método CONIN una “correcta educación sexual” que contiene “once pautas de educación” que en lo central promueven la castidad y cuyo sentido es el siguiente: todo acto sexual que no sirva para procrear o para consumar la unión matrimonial no sólo es pecaminoso, sino también la causa de que la naturaleza castigue a los pecadores con el aberrante fenómeno de la desnutrición infantil.
Convengamos… con una sentencia así, Albino deja de parecerse al abuelo tierno para asemejarse a esos religiosos de película que siendo calvos, de barbas ralas y desdentados, caminan por el mundo anunciando desgracias que un dios terrible, vengativo y cruel desatará sobre este mundo torcido y habitado por pecadores.