En sólo una fecha del campeonato argentino, quedó a la luz y en evidencia los abruptos cambios entre el «Fútbol Para Todos» de la época kirchnerista y el «Fútbol Para Pocos» que propone la gestión macrista.
Los equipos grandes fueron transmitidos por El Trece, Telefé y América, y en el interior no se pudieron ver los partidos por TV abierta. Cableoperadores y emisoras privadas, los grandes ganadores.
El debut del nuevo formato del Fútbol Para Todos versión 2016 bajo el mandato de Mauricio Macri generó mucha expectativa. Si bien, los representantes del gobierno nacional afirmaron que no iba a haber grandes cambios, estos existieron y quedaron notablemente en evidencia.
Seguir llamándole «Fútbol Para Todos» sería desconocer lo que fue el programa desde su nacimiento en 2009 hasta fines de 2015, en otras palabras durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Ahora, más bien se trata de un «Fútbol Para Pocos». Y dentro de muy poco promete ser «Fútbol Para Los Que Pagan». Como diría un funcionario macrista acusado por lavado de dinero el año pasado: «Si querés ver fútbol gratis, andate a Cuba».
El nuevo esquema del programa bajo el gobierno de Mauricio Macri y la dirección de Fernando Marín sufrió importantes cambios en la producción, distribución y comercialización de los partidos de Primera División del fútbol argentino.
El primero de sus ejemplos es que en varias localidades del país, los partidos no se vieron por ningún canal de TV abierta y por la Televisión Digital Abierta (TDA) se pasó en una señal de música clásica, en definición estándar y no en HD.
Pasemos a explicar el porqué de esto. El gobierno le cedió los derechos de televisación de los principales partidos (los equipos grandes) a El Trece, Telefe y América a cambio de 45 millones de pesos por pantalla sobre los 881 millones de pesos que le da a la AFA en concepto de derechos. Sacando cálculos, sería un millón de pesos por partido. Esa decisión dejó a Canal 7 sin la posibilidad de transmitir los partidos de mayor audiencia y potencialidad de comercialización.
El negocio cierra para Macri y el monopólio del Grupo Clarín cuando nos enteramos que el costo bruto del segundo publicitario en el partido de este lunes entre River y Quilmes fue de 32.500 pesos. Descontando impuestos, gastos y promociones, las ganancias habrán sido de 15.000 pesos, aproximadamente. Esto quiere decir que a razón de vender 5 minutos publicitarios (unos 300 segundos), El Trece recupera 4,5 millones de pesos de los 45 millones ya invertidos. ¡En un partido el grupo monopólico recuperó el 10 por ciento de lo que invirtió para tener hasta 45 partidos en su pantalla!
Sigamos desmenuzando el negocio millonario entre el gobierno y las empresas privadas.
Al contrario de lo que se prometió antes del inicio del torneo, los partidos de River y Boca no fueron retransmitidos por Canal 7 para el interior, en las plazas donde El Trece y Telefé no llegan por aire. En su lugar, el gobierno nacional decidió retransmitirlos de una manera tan insólita como inentendible.
Fue través de la Televisión Digital Abierta (TDA), un sistema gratuito que según los datos surgidos de la última Encuesta Nacional de Consumos Culturales apenas el 7 por ciento de la población utiliza para ver televisión. Pero más bien el problema no fue ese, sino el extraño detalle: los partidos se emitieron por la señal Arpeggio (frecuencia 2403), un canal “dedicado a la música clásica, la ópera y el ballet”, según reza en la página oficial de la TDA.
La pregunta que nos surge es, ¿por qué se emitieron los partidos por una señal musical privada en vez de ser transmitidos por DeporTV, el canal deportivo estatal que forma parte de Educ.ar? Es que Arpeggio TV no es un canal cualquiera: forma parte del grupo Albavisión, cuyo principal accionista es Angel Remigio González, un mexicano nacionalizado estadounidense dueño de Canal 9 y que el año pasado anunció una “alianza estratégica” con el grupo español Prisa, controlante de las radios Continental, 40 Principales e Imagina.
Para colmo, el canal musical de la TDA emite su señal en calidad standard (SD) y no en Alta Definición (HD), como sí lo hace DeporTV. Suena ilógico, pero tiene lógica. Esta decisión del gobierno de Mauricio Macri beneficia a los cableoperadores y a El Trece, Telefe y América debido a que la única manera de ver los partidos en HD es suscribirse a algún sistema de TV paga, como Cablevisión, DirecTV o Supercanal.
Desde la Casa Rosada se estipuló que los residentes de aquellos lugares en donde las señales del Grupo Clarín, Telefónica y del Grupo Vila no llegan por aire deben pagar un abono de entre 600 y 1000 pesos para ver los partidos de los equipos grandes. Clink, caja.
Otro «detalle» a tener en cuenta es la transmisión vía streaming de los partidos, a través de Internet. Cabe destacar que la plataforma www.futbolparatodos.com.ar ya no tiene la exclusividad, como lo fue a lo largo de todo el período kirchnerista. La misma sólo emite los partidos que transmite la TV Pública (o sea, los menos importantes). Mientras que quienes quieran ver a Boca, River, Racing, Independiente y San Lorenzo vía web deberán ingresar a los sitios web de los canales privados que los emiten. Esto quiere decir, además, que para todos aquellos que se encuentran en el exterior estarán imposibilitados de ver los partidos.
El último «detalle» a remarcar son «los goles secuestrados». En el nuevo formato, no se pasa más el clásico show de goles de la fecha en los entretiempos de los partidos. En su lugar, la decisión que tomó el gobierno nacional fue brindar los resultados parciales y finales de la jornada futbolera. ¡Qué generosos!
Todo hace indicar que, dentro de no mucho tiempo, volverá a brillar en la pantalla de El Trece «el clásico de los domingos» como lo fue el programa «Fútbol de Primera» durante casi 20 años.
Fuente: Diario Registrado