El médico egresado de la Universidad Nacional de Córdoba, Rogelio López Guillemain, le responde al decano de la Facultad de Humanidades, Alejandro Ruidrejo, y sigue sosteniendo que la universidad no puede ser gratuita, aunque él mismo haya estudiado en una institución pública.

 

Cumplimos con reproducir a continuación la nota que el médico Rogelio López Guillemain, envío a nuestra redacción como respuesta al escrito del decano de la facultad de Humanidades Alejandro Ruidrejo:

 

¿Universidad gratis o bicicleta para Ulises?

 

Quiero comenzar este escrito agradeciendo la rápida y favorable respuesta de la producción de Cuarto Poder Salta, a mi pedido de permitirme responder las declaraciones del decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Salta, Alejandro Ruidrejo, referidas a mi artículo publicado en el diario El Tribuno “La mentira de la Universidad pública, libre y gratuita”.  Asimismo, considero que sería sumamente esclarecedor y enriquecedor que publicasen ese mismo en este sitio.

El señor decano caracteriza mi escrito como “despropósito, hipócrita y que sostiene epítetos”.  No considero sea un despropósito pues, está dentro de la razón, tiene sentido y es conveniente; no es hipócrita pues transmite fielmente mi parecer; y no son epítetos pues no elogio ni insulto a nadie ni a nada.  Alejandro Ruidrejo podrá o no compartir la cruda descripción de la realidad que narré en el artículo, pero considerar a la discrepancia como un insulto es una forma de descrédito y de intolerancia (aunque la palabra tolerancia no me gusta porque supone un “estado superior” de quien la ejerce, …mejor hablar de respeto).

Luego invoca al inefable e infaltable “neoliberalismo”.  Es curioso que utilice esta palabra, la que fue inventada en la década del 30 por el socialista Alexander Rüstow, quien, ante el fracaso de su profesado socialismo, imaginó un nuevo socialismo más cercano al liberalismo clásico.  De todos modos, si el señor decano quería referirse al liberalismo como promotor del sectarismo, me gustaría recordar que el liberalismo terminó con las monarquías absolutistas en Europa y que la declaración de los derechos del ciudadano de Virginia y de París (derechos humanos), la democracia moderna y el pensamiento republicano son fruto del pensamiento liberal que se expresó por primera vez en la Revolución Gloriosa o de los Comunes en Inglaterra.  Los principios de Libertad e Igualdad SON conquistas del liberalismo.

En otro párrafo dice “nuestras universidades deben ser democráticas y plebeyas, para no reforzar la maquinaria de la reproducción de las desigualdades que nuestras sociedades generan”  esto es una contradicción en términos.  Si pretende que la Universidad no sea sectaria (sea democrática), no puede ser plebeya, pues estaría dejando afuera a quienes, en principio no formasen parte de la plebe.

Por otra parte, debo decir que considero desafortunado hablar de plebe (RAE: clase social más baja), este concepto implica una calificación social de las personas según los ingresos u otros parámetros como educación o vaya a saber cual otro.  En lo personal, creo que en la igualdad de TODOS ante la ley y sólo divido a los individuos en hombres (genérico) de bien y los que no.

También hace mención de que “la educación superior (universidad) es un derecho humano” y que “la condición universitaria encontrará su forma más perfecta bajo la universidad sin condición”, esta aseveración implica que todas las personas deben tener el derecho a ir a la universidad INDISCRIMINADAMENTE por el simple hecho de ser humanos, tal como sucede con el derecho a la vida o a la libertad (VERDADEROS derechos humanos); pues los derechos humanos son universales y atemporales.  Por lo tanto, un bebé no debería ser discriminado y debería tener derecho a ir a la universidad siendo bebé; al igual que un psicópata incurable e intratable debería tener derecho a la educación superior o un cuadripléjico a ser médico o un ciego a ser piloto aerocomercial.

Sin dudas la educación es una NECESIDAD tanto personal como social, y se debe pensar y definir cual es el camino más efectivo para que la mayor cantidad posible de individuos alcancen el más alto grado académico posible (siempre y cuando así lo deseen); pero la confusión ideológica del posmodernismo, en la que se toman como sinónimo necesidad y derecho, ataca forzosamente los verdaderos derechos humanos de libertad y propiedad.

En otro apartado el decano alega “creer que la universidad debe ser un lugar de exclusión para quienes  no poseen la aptitud y la actitud para ser universitarios, no es más que naturalizar el sentido elitista que durante mucho tiempo tuvieron esas instituciones”.  Al respecto transcribo lo expresado en el artículo original que escribí “La Universidad tiene que ser un lugar de inclusión, en lo que se refiere a credo, raza o situación económica del alumno; pero también debe ser un lugar de exclusión, donde sus aulas queden vedadas para aquellos que no poseen la aptitud y la actitud para ser universitarios.  El derecho UNIVERSAL para INTENTAR ingresar a la universidad, no implica ni el ingreso ni la permanencia asegurada; hay que GANARSE ese derecho a través del mérito”.

Si exigir que los estudiantes sean aplicados (actitud) y capaces (aptitud), como para que el día de mañana se transformen en profesionales competentes (por ejemplo un cirujano que opere BIEN a mi hijo), me transforma en un elitista, entonces me confieso MUY ELITISTA, pero que a mi hijo lo opere alguien capacitado.

Por último, el decano no hizo referencia a lo que le cuesta la universidad a CADA UNO DE LOS ARGENTINOS; no hizo referencia a los $2.250 que le sacan por año en impuestos para “los universitarios” a Ulises Alcalá, un niño salteño de 7 años que camina 6 kilómetros para ir a la escuela y que, quizás, ahorrando ese dinero, pudiese por ejemplo comprarse una bicicleta; Los recursos (dinero) siempre son escasos y la correcta asignación es fundamental.  Debemos elegir si asistimos a los miles de inundados del Pilcomayo y les hacemos obras de infraestructura, si asistimos a los Wichi como corresponde o si seguimos manteniendo estudiantes universitarios.  El dinero no nace de las plantas, los recursos del estado salen de NUESTROS IMPUESTOS, no hay dinero para TODO, eso es mentira.  Entonces ¿en qué vamos a gastarlo?

Rogelio López Guillemain