La organización de un bingo por parte de la Fundación San Miguel, presidida por José “Pepe” Muratore, ha generado nuevas controversias en medio de la intervención al Mercado San Miguel. La difusión de un video en el que Muratore insta a los puesteros a vender cartones del bingo, ha dejado abiertas incógnitas sobre el destino de los fondos recaudados, encendiendo alarmas sobre la transparencia de la gestión.

El evento, que cuenta con la participación de comerciantes y donantes, supuestamente busca financiar obras para mejorar las condiciones del mercado. Sin embargo, el interventor Emilio Gutiérrez señaló que esta finalidad debe ser supervisada y aclaró que la transparencia en el manejo de los recursos será evaluada.


Declaraciones cruzadas y tensiones

En el video difundido, Muratore también cuestiona la autoridad de Gutiérrez, quien respondió con firmeza:

“Lo que Pepe (Muratore) haga, la verdad que no me interesa mucho. Lo que a mí me interesa es que la gente tenga luz, prever el tema del agua y solucionarlo día a día”.

Gutiérrez admitió que las afrentas dificultan su labor:

“Es complicado trabajar así, pero estamos confiados en seguir adelante con nuestra tarea durante los próximos meses”.

Además, el interventor subrayó la importancia de reconstruir un mercado funcional, seguro y digno, aunque reconoció los desafíos que enfrenta la gestión actual.

Incendio y falta de documentación

A la polémica del bingo se suman otros interrogantes. Gutiérrez destacó que aún no se cuenta con la documentación del seguro ni con los informes periciales definitivos sobre el incendio que afectó al mercado. Esta situación pone en duda el manejo previo de los recursos bajo la gestión de Muratore.

El interventor afirmó que la meta es transformar el espacio en varias etapas, pero descartó convertirlo en un mercado turístico como el de San Telmo, en Buenos Aires.

Compromiso político y futuro del mercado

Gutiérrez resaltó la decisión política del intendente Emiliano Durand de intervenir el Mercado San Miguel:

“Son más de treinta años de gestiones deficientes y del malestar que la gente transmitía sobre lo que sucedía. Creo que la intervención fue acertada. Ahora, la responsabilidad está en nuestras manos y debemos dar todo para que esto funcione”.

A pesar de las dificultades, el interventor reafirmó su compromiso con la transparencia y la mejora del mercado, un emblema de la ciudad.