En la madrugada del 24 de marzo, en Córdoba, fueron liberados, Jésica y su hermano Heber, tras ser detenidos el sábado pasado. 
Al recuperar la libertad, la mujer denunció que en la Comisaría 13ª de barrio General Bustos, fue torturada y abusada sexualmente por un policía, además de que ambos fueron golpeados fuertemente.
La noticia se conoció a través de Telefé Córdoba. Al ser entrevistada, la mujer explicó, «cuando llegué a la comisaría cerraron todo y se hizo una montonera de hombres, fue mi primer susto. Después vino uno solo. Nunca pensé que me iba a pegar de la forma que me pegó, obviamente que saben cómo pegarte. Me llevó al fondo de la Comisaría 13, me pegó con la cabeza contra la puerta donde yo tenía que entrar, que es donde llevan a los demorados, me gritó ‘cállate puta’ y me ahogó en un balde, pero antes de meterme en esa piecita, me metió los dedos y me decía ‘te gusta, te gusta’. Después, entraron dos femeninas a la piecita y medianamente me trataron bien”.
Todo comenzó el sábado a la tarde, cuando Heber cruzaba de la plaza del barrio Liceo, III Sección, en el norte de la Capital cordobesa, pasando la avenida de Circunvalación y la Ruta 9 Norte, a la iglesia. Se dirigía al velorio de un chico del barrio, cuando se le cruzó un móvil policial y lo quiso detener. Pidió que le expliquen por qué se lo querían llevar, pero la respuesta fueron solo golpes. Una vecina llamó a la hermana del muchacho detenido. Ellos viven a dos cuadras de la plaza. Jesica se acercó tranquila a preguntar a los agentes qué sucedía, pero al verlo sangrando se alteró y empezó a gritar. Se armó una discusión y hubo forcejeos hasta que se los subieron a los dos. No dejaron que la familia los vea. Los tuvieron hasta el miércoles sin darles de comer, sin abrigo y sin ningún tipo de información a la familia.
Apenas salió en libertad, Jesica fue al Polo de la Mujer a hacer la denuncia por lo que le pasó en la Comisaría 13. Esta organización estatal recibe mujeres en situación de violencia y en caso de corresponder, la acompaña y traslada a la Unidad Judicial para realizar la denuncia. Lo que pasó en la calle, previo a la detención fue filmado por vecinos que pusieron a disposición las grabaciones correspondientes. Se ve claramente cuando los golpean y el móvil en que fueron llevados detenidos los dos hermanos, el 8810. Jesica asegura poder reconocer al policía que la arrastró, le pegó, le metió la cabeza en el balde y abusó de ella. «Los policías me dijeron que me iban a agarrar en el barrio y me iban a hacer tragar los vidrios que rompí, yo me hago cargo de lo que hice», explicó Jesica en el noticiero de Telefé y denunció que en la Comisaría de barrio General Bustos también compartió detención con otras dos mujeres que habían sido torturadas.
Pero la comisaría de General Bustos ya tiene historia en lo que a abuso de autoridad se refiere.
Hace 21 años, en febrero de 2000, Vanesa Ledesma, una travesti, fue detenida en las afueras del bar Afanancio de Catamarca y Ovidio Lagos, en el barrio General Paz. Dos móviles policiales llegaron al lugar, donde la mujer trans había protagonizado una pelea con su pareja. Los policías la golpearon y la llevaron detenida a la Comisaría 6ª de barrio General Paz en la avenida 24 de septiembre, pero como estaba con la capacidad llena, la trasladaron hacia la Comisaría 13ª de barrio General Bustos.
Un detenido de esta comisaría declaró que vio cuando un policía le pegaba un rodillazo a Vanesa Ledesma. Cinco días después de su detención, fue encontrada muerta en su celda. Los activistas Nadia Echazú y Eugenio Cesano realizaron marchas denunciando el crimen a manos de la Policía de Córdoba y ese caso fue tomado por Amnistía Internacional como ejemplo de violencia institucional en el país a manos de fuerzas de seguridad. El caso se cerró en marzo de 2002 sin culpables.
En el año 2000, la Policía de la Comisaría 13ª torturó y asesinó a Vanesa Ledesma. En 2021, la Policía de la Comisaría 13ª torturó y abusó sexualmente de una mujer. Nada ha cambiado en dos décadas. En Seguridad de Córdoba, pasaron hombres y ahora una mujer está al mando de la Policía, pero las políticas represivas continúan. Y justamente en una fecha tan sensible a los Derechos Humanos es que nos enteramos que en algunas comisarías todavía se hace «el submarino», una de las tantas torturas que se aplicaron para sacar información a los prisioneros y ya fue prohibida por los organismos de Derechos Humanos del mundo.
«Lo que nosotros tenemos -dicen las autoridades policiales de Córdoba- es la detención de dos personas por resistencia a la autoridad, con tres efectivos lesionados y daños en el móvil, todo quedó registrado por las cámaras de los móviles». El Tribunal de Conducta Policial, que viene a ser un Asuntos Internos de la Policía de Córdoba, tampoco emitió declaraciones hasta el momento.