Es récord la cantidad de personas que trabajan e igual son pobres, según un in forme del Observatorio de la Deuda Social de la UCA.

La pobreza fue del 44% y es récord la cantidad de personas que trabajan e igual son pobres.

La Argentina necesita crear 400.000 empleos por año y una reducción sustancial de la inflación si quiere salir en 2030 del actual cuadro de degradación social consistente en mayor desigualdad y precariedad laboral. Así lo señala un informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), que señala que en la última década -y más allá de algún efímero oasis- las condiciones socioeconómicas empeoraron, pese a los discursos que declamaron lo contrario y al supuesto aumento de la protección social del Estado.

El director del Observatorio, Agustín Salvia, expresó que esta situación extremadamente crítica exige un plan de estabilización y shock económico, pero que solo reduzca el gasto social a medida que se genere más empleo.

Este horizonte, aclaró, va más allá del acuerdo que negocia el país con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que la inflación es la principal causa que explica este empeoramiento de los indicadores sociales. En particular, explicó que la fuerte recuperación económica de este año no se reflejó en una mejora nítida en términos sociales porque fue “anulada” por la fuerte inflación, que terminará en torno del 50 por ciento.

Los ejes del informe, que se difundieron en un seminario en el que también participó el economista Martín Rapetti, muestran que el empleo exhibió en la última década una oscilación entre el estancamiento y la caída. Luego del pico de la pandemia y la cuarentena, hubo una recuperación parcial, pero de puestos de trabajo de mala calidad.

En este sentido, Salvia advirtió que el 47% de los trabajadores no tienen vinculación con el sistema de la seguridad social, en buena medida porque “se van perdiendo empleos de baja calidad”. Además, en los hogares pobres hay una alta tasa de empleo precario o desocupación.

Por otra parte, crece el “efecto de desaliento”, por el que menos personas salen a buscar trabajo por efecto de la falta de oportunidades y de la caída en los ingresos. A raíz de esta situación, solo el 29% de la población ha podido mantener en los últimos tres años un estatus de “empleo pleno”, un porcentaje mucho menor en los sectores pobres. “El Covid agravó una tendencia de un sector informal cada vez más pobre y precarizado”, señaló Salvia.

En materia de pobreza, si bien hubo desde 2020 una “leve caída, fue muy poco significativa, pese a la recuperación del empleo”, por la mencionada tasa de inflación, que se mantiene muy alta pese al atraso de varios precios de la economía, como el dólar, las tarifas de los servicios públicos y varios productos de la canasta básica. Tanto en el caso de la pobreza como de la indigencia, “los que más sufren son los niños”, indicó Salvia.