El discurso pronunciado por Emiliano Durand al asumir como intendente de Salta revela no solo un diagnóstico claro y directo de la situación heredada, sino también un compromiso firme con la transformación de la ciudad. En sus palabras, resuena una llamada a la acción, un reconocimiento de los desafíos y la promesa de un liderazgo centrado en las necesidades de los salteños.

Desde el inicio, Durand destaca la importancia de la familia, la fe y la gratitud hacia aquellos que lo han respaldado. Este gesto no solo humaniza al nuevo líder municipal, sino que también subraya la importancia de los valores personales en su enfoque de gobierno.

La franqueza de Durand al abordar la situación financiera heredada de la tristísima gestión de Bettina Romero no pasó desapercibida. La exposición de una deuda significativa y la identificación de malas decisiones administrativas revelaron una voluntad de transparencia y la disposición para asumir la responsabilidad. El énfasis en la rendición de cuentas futura sugierió un enfoque proactivo hacia la gestión de recursos.

Durand estableció de manera inequívoca sus prioridades, desde la reparación de calles hasta la mejora del tránsito y la promoción de servicios públicos de calidad. La decisión de reducir la estructura política muestra un compromiso con la eficiencia y la austeridad, aspectos cruciales en un contexto económico desafiante.

La invitación a los concejales, independientemente de su afiliación política, a trabajar juntos destacó la importancia del consenso y la colaboración en la toma de decisiones, en una clara diferenciación con su antecesora Bettina Romero. La mención de una gestión que involucra a los vecinos y se basa en sus necesidades reflejó una apertura a la participación ciudadana y una orientación hacia un gobierno centrado en la comunidad.

El anuncio de la creación de la primera escuela de emprendedores respalda la visión proactiva que ya venía encarando Durand, hacia el desarrollo económico y la creación de oportunidades. La apertura a apoyar al sector privado y a aquellos que desean invertir en la ciudad destacó la importancia de un ambiente propicio para el progreso.

El reconocimiento de que la mejora de las condiciones de las calles llevará tiempo y la solicitud de paciencia mostraron una honestidad valiosa de parte del intendente. Al reconocer las limitaciones y desafíos, Durand estableció expectativas realistas, preparando a la comunidad para un proceso gradual pero necesario.

El discurso de Emiliano Durand concluyó con un llamado a ser parte del cambio de rumbo y la construcción de un futuro próspero para Salta. La reafirmación de Durand de su compromiso con la ciudad y su solicitud de apoyo cerraron su mensaje con un tono de esperanza y la promesa de un liderazgo dedicado al servicio de la comunidad.