La joven madre Paola Álvarez sigue desaparecida. Las abogadas defensoras de la familia todavía no pudieron constituirse como querellantes porque el juez está de viaje. Un repaso por el estado de la investigación. (Andrea Sztychmasjter)
Una familia se encuentra detenida por la desaparición de la joven madre Paola Álvarez (21), vista por última vez el viernes 5 de mayo. Santiago Zambrani está imputado por el delito de homicidio calificado. Fue el último en verla esa madrugada y según sus contradictorias declaraciones, esa noche Paola se enojó con él por una broma que le había hecho y se retiró de su casa, sola.
Mónica Morales, madre de Paola comentó a Cuarto Poder que Zambrani no era su novio sino que solo eran amigos, en cambio él dice lo contrario. En un audio que envió a familiares de la joven se le escucha decir: “Yo no soy amigo de la Pao, yo estaba saliendo con la Pao y estaba haciendo muchas cosas en secreto para de una vez por todas irnos, y tengo diez millones de fotos… no era su amigo, ustedes creían que yo era su amigo”.
En el mismo audio además manifiesta que el la veía todos los días, y pese a insistir en que su propia familia desconocía la supuesta relación que el mantenía con ella, se le escucha decir “él sí se enteró”, refiriéndose a la expareja de Paola y padre de su hija. “Yo no sé si la Pao llegó a su casa, y el otro hijo de p… la esperó ahí. Si a la Pao le pasó algo yo te juro que lo mato a ese cuando lo pille, así que no me vengan a juzgar a mí”, fueron las palabras del ahora detenido.
Zambrani afirmó haber sido el último en verla y en el audio enviado se excusa diciendo que pese a haberle insistido en acompañarla, Paola decidió irse sola porque él tenía “el pie mal”. Amelia Huergo y Alfredo Zambrani, padres de Santiago, también se encuentran detenidos como partícipes secundarios. Según la madre de Paola, Zambrani hijo apagó el celular a las 12 de la noche de ese viernes y lo prendió a la mañana del otro día cuando llamó a su madre.
Según la Fiscalía Penal 4 de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, a cargo de Ramiro Ramos Ossorio, los primeros análisis técnicos en el teléfono celular del acusado demostraron que antes de la desaparición de Paola, Zambrani buscó en Internet cómo usar cloroformo y dónde se podía comprar. También hizo una extraña publicación en Facebook despidiéndose de Paola, casi al mismo tiempo en la que buscaba qué efectos tenía el Diazepam y qué pasaba cuando se mezclaba con alcohol.
Zambrani, en la declaración indagatoria, volvió a insistir en su inocencia y detalló algunos lugares en los que dijo haber estado los días posteriores a la desaparición de Paola; como así también afirmó que no condujo la camioneta VW Amarok, propiedad de su padre y aseguró que era su madre quien lo hacía. Algo que quedó claramente desmentido.
El fiscal informó que del análisis de las imágenes de las distintas cámaras de video con las que se trabaja, se puede apreciar varios movimientos de la camioneta en cuestión siendo conducida por Zambrani, lo cual contradice su versión y también la declaración realizada por su madre, quien afirmó que era ella quien condujo el vehículo los días posteriores a la desaparición de la joven.
Una madre que busca
Mónica Morales -al igual que muchas de las madres que tienen sus hijos desaparecidos- es quien emprendió la búsqueda por cuenta propia. “Para nosotros no hay sábados ni domingos, todos los días son iguales. Para ellos sí, para el fiscal y para todos los que trabajan ahí, porque esos días no tenemos ninguna novedad ni ningún avance”. Las palabras de esta madre no suenan ajenas si recordamos que a más de 30 días de la desaparición de su hija, todavía sus abogadas defensoras Gloria Cruz y Josefina Arancibia no se han podido constituir como querellantes.
La letrada Cruz mencionó a este medio que la demora de la oficialización les impide formalizar algún pedido al respecto de la investigación. “Se están realizando las pericias correspondientes sobre los teléfonos y otras pistas que debemos mantener en resguardo para no entorpecer la investigación. Sin embargo y pese a habernos presentado en tiempo y forma con todos los requisitos de la ley, no hemos obtenido respuestas aun”.
Según comentó la abogada del Instituto Jurídico de Género, el juez a cargo de la causa, Diego Rodríguez Pipino, se encuentra de viaje, y hasta que no se oficialice su pedido para constituirse como querellantes las abogadas no podrán saber a ciencia cierta todo el derrotero de Zambrani. Es así que la letrada consideró que en el aspecto procesal todavía se encuentran estancadas.
Pese a la burocracia de la justicia, o mejor dicho por esa misma burocracia es que la madre de Paola ha decidido por cuenta propia salir a buscar a su hija. Pega carteles con su foto en cada lugar que puede y junto a familiares y amigos han realizado varias marchas para exigir saber qué pasó con la joven.
Según comentó la madre, el registro de las cámaras de seguridad cercanas a la casa de Zambrani muestra que Paola esa noche entró a la casa pero no se la ve salir.
La última información que le brindaron a Mónica desde la fiscalía es que los perros de la agrupación K9 de los Bomberos Voluntarios de Punta Alta, en Bahía Blanca -que hallaron en abril el cuerpo de Araceli Fulles en la localidad bonaerense de Villa Ballester, y que fueron trasladados a Tucumán para participar de la búsqueda de Daiana Garnica, la adolescente que también se encuentra desaparecida- serán trasladados a Salta para buscar a su hija Paola.
“Yo le pido a la familia Zambrani que declare. Ella (la madre de Zambrani) junto a su hijo, los dos saben lo que hicieron. También pido a los hermanos de él quienes son los que tienen dialogo con el detenido, que hablen”, fueron las palabras de una madre que no duerme tratando de saber qué sucedió con su hija.
Paola hace dos años había sido madre, estaba terminando el secundario en el Bachillerato Salteño para Adultos N° 7.169 y trabajaba en una casa de familia en el Huaico. El 5 de mayo le avisó a su mamá que llegaría más tarde pero que antes de la medianoche estaría de vuelta. Esa fue la última vez que Mónica habló con su hija. “Me quedé dormida después de que escuché un ruido, pensé que había llegado”, contó. Al otro día, la expareja de Paola llevó a la hija de ambos a la casa de Mónica y les avisó que ella no había vuelto. Mónica le mandó un mensaje preguntándole donde estaba, ya que “ella siempre avisaba a qué hora volvía y si se retrasaba por algo”. Paola no volvió a responder los mensajes. Ahora su familia marcha todos los viernes junto a la comisión de familiares contra la impunidad exigiendo saber dónde están las personas que desaparecen en esta provincia.