En medio de la tormenta económica que azota al país, la gestión de Javier Milei ha protagonizado una nueva polémica relacionada con la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El comunicado oficial emitido por la Oficina del presidente generó un revuelo al atribuir incorrectamente la contracción de la deuda al gobierno de Alberto Fernández, desatando una ola de críticas y cuestionamientos sobre la transparencia y veracidad de la información gubernamental.

La exfuncionaria Gabriela Cerruti, mediante sus redes sociales, no dudó en señalar la falsedad del comunicado y acusar al Gobierno de mentir en una declaración oficial. Las palabras de Cerruti fueron respaldadas por el expresidente Alberto Fernández, quien utilizó las redes sociales para aclarar que la deuda en cuestión se originó durante la administración de Mauricio Macri, con la participación del actual ministro de economía, Luis Caputo.

La controversia se desató en un momento crucial, coincidiendo con la divulgación de los detalles del nuevo acuerdo con el FMI, que supuestamente otorgaría al Gobierno un acceso de 4.700 millones de dólares. El comunicado oficial no solo desvió la atención hacia la gestión anterior, sino que también intentó presentar el acuerdo como un logro destacado del actual gobierno de Milei.

En este contexto, la referencia a la Ley Ómnibus como parte de la solución a la crisis económica plantea interrogantes adicionales. ¿Son realmente «esenciales» las reformas propuestas en el Congreso? ¿O son simplemente una distracción más para encubrir la falta de medidas efectivas y una gestión económica cuestionable?

El nuevo acuerdo con el FMI, que supone el primer pacto alcanzado por el gobierno de Milei con el organismo, está a la espera de la aprobación por parte del directorio del Fondo. La transparencia y la sinceridad en la comunicación gubernamental son cruciales en estos momentos, ya que la confianza pública es un activo frágil que no puede permitirse más fracturas. La ciudadanía merece respuestas claras y acciones coherentes, no estrategias comunicativas que oscurecen la verdad y socavan la confianza en las instituciones.