El poco control de la seguridad en las construcciones de edificios en el macrocentro salteño pone en peligro la vida de trabajadores y transeúntes. En Pueyrredón al 800 de vez en cuando llueven carretillas del cielo, los vecinos reclaman temerosos una solución.

Que te caiga un cascote de una construcción aledaña a tu hogar es una cosa, que te caiga una carretilla es otra. Esto lo saben y bien los vecinos del edificio que construye la empresa Tastil.

La caída del objeto generó además de malestar y temor en los vecinos del edificio, el corte de los servicios por la ruptura de cables.

Según detalló una de las vecinas a QPS, «No es la primera vez que pasa que algo se caiga desde el edificio y por ello vivimos con miedo todo el tiempo. Vivo sola con mi bebé que tiene unos meses. Cada vez que salimos, temo que ocurra lo peor. Que un cascote, ladrillo o una carretilla nos caiga encima y nos mate. Nadie controla nada en ese lugar.

El control municipal no es lo que se dice muy estricto a la hora de evaluar las condiciones de riesgo en las que se encuentran algunos trabajadores en distintas construcciones que se realizan en toda la ciudad. Esto sumado a la ineptitud de algunos de esos trabajadores, puede ser un combo peligroso, porque si te cae una carretilla te van a tener que conseguir otra para llevarte después de levantarte con cuchara.