Desde febrero de 2021, mediadores pertenecientes al Centro de mediación «Macacha Güemes» que pertenece al Ministerios de Justicia y Derechos Humanos de la provincia, denuncian que viven situaciones de violencia laboral por parte de la coordinadora Natalia Albarracin. (Guadalupe Macedo)

En el espacio trabajan entre 8 y 10 mediadores donde la mayoría son mujeres. Las mediadoras reclaman que sufren hostigamiento y la persecución laboral por ser mujeres ya que al único varón se lo trata de manera diferencial. Las principales acciones donde se visibiliza la violencia laboral por parte de la Coordinadora son en la perdida de los expedientes dificultando su trabajo y la resolución de casos de las personas que se acercan al centro de mediación para pedir justicia. También denuncian que la directora realiza abuso de autoridad.

Las mediadoras reclaman que están “afectadas psicológicamente”, afirman que: “el maltrato verbal que tiene para con nosotras, las mujeres. La coordinadora constantemente acciona sobre nuestro trabajo y lo dificulta, pierde nuestros expedientes o se niega a darnos expedientes para que hagamos audiencias. También nos levanta la voz y nos amenaza con despedirnos del trabajo si no hacemos lo que ella quiere”.

Las mediadoras dice que esta situación “traspasa a nuestros mediados y demás personas que acceden al centro de mediación para intentar solucionar sus temas o problemas a través de la vía del diálogo, lo cual se supone que nosotros como mediadores somos “expertos” en habilidades comunicativas”.

Los trabajadores están sufriendo situaciones de violencia laboral (verbal, psicológica e institucional) ejercida por la coordinadora. Empleadas del centro afirma que “se evidenciaban cada vez más la situación de violencia, y eso llego a oídos de los jefes del Área de Mediación más directos, y fueron ellos quienes nos llamaron para consultarnos que estaba pasando en el Centro de Mediación”. Por esta situación por parte del Área de mediación se realizó una reunión con los afectados y se determinó que debían realizar un Taller de estrategias de comunicación para mejorar la convivencia entre nosotros. Fue la única solución que le brindaron hasta la fecha.

Las empleadas piden que sea removida porque afecta el trabajo dentro de un centro de mediación. Expresaron que uno de los objetivos de este espacio es la erradicación de la violencia y el acoso laboral en los diversos ámbitos de la vida como el trabajo a partir del convenio 190 de OIT. Esto no se cumple dentro de su espacio de trabajo y viven una violencia cotidiana.

La coordinadora ingresa al Centro de Mediación “Macacha Güemes» a través de un contrato, a través del Subsecretario de Métodos Alternativos de Resolución de Conflictos. Por lo que no se realizó como dicen los empleados un concurso para acceder a un cargo público. Ellos desconocen la trayectoria por cual se avale su presencia dentro del centro de mediación. Analizan que la coordinadora tiene una protección en “el subsecretario de Métodos Alternativos de resolución de conflictos, porque es quien la contrata y luego la coloca en el rol de coordinadora del centro de mediación Macacha Güemes, suponemos que desde ahí deviene la protección”.

Las mediadoras dicen que el conflicto de violencia no esta siendo tratado con responsabilidad dentro del ministerio a pesar de que ellos realizaron las denuncias a sus superiores para pedir mejores condiciones laborales. Se reunieron, denunciaron la situación y se sienten desorientados porque nadie le da una solución a su problema que no solo los afecta como trabajadores y llega a las personas que deben ser tendidos por la institución estatal.

La única solución que obtuvieron hasta el momento es la formación en comunicación, pero la situación cotidiana sigue siendo la misma desde el mes de febrero. Afirma que “se podría “creer” que sólo se trata de un conflicto de “entre casa” y “entre mujeres”, ya que la mayoría de las que trabajamos en esa área somos mujeres”. Pero se trata de una situación de violencia laboral y todas las personas tienen derecho a trabajar en espacios libre de violencia. La situación expresada por las mediadoras muestra como la naturalización de la violencia machista y la estructura patriarcal lleva a que los superiores piensen que son conflictos “femeninos”, dejando de lado y minimizando una situación de violencia y de vulneración de derechos que viven las mujeres dentro de su espacio de trabajo.

Las empleadas y algunas personas que se acercan al centro de mediación sufren constantes maltratos y situaciones que impiden el correcto funcionamiento del centro.  Hay que tener en cuenta que en este lugar cotidianamente reciben personas que tienen derechos vulnerados por la violencia por lo que llegan a ese espacio a buscar contención y ayuda, para resolver conflictos legales, pero cuando dentro de la institución ya se ejerce violencia es difícil el logró de este objetivo.

Las mediadoras del Centro “Macacha Güemes” piden a sus jefes que traten rápidamente esta situación. Ya tuvieron dos reuniones donde contaron y expusieron sus situaciones de maltrato, pero no le dieron ninguna solución ya que la violencia por parte de la coordinadora continua a diario y se intensifica cada vez más. Ellas piden trabajar en un espacio libre de violencia porque es un área como analizan las mediadoras “donde ofrecemos un servicio a las personas basado en la vía del diálogo, eso es la mediación; por eso queremos que se revea la situación, y si no hay cambios conductuales por parte de la coordinadora sea removida de este lugar, ya que se trata de un espacio pacifico al servicio de la comunidad en general”.