Cuarto Poder habló con “Kimari Lercar” una joven “Legua” (curandera) de 24 años, que mantiene viva las costumbres de su tierra en la actualidad. (Gabriela Hernández)

El curanderismo se extiende por toda américa desde Ushuaia hasta el norte de los Estados Unidos, en nuestro país es el vástago que nos quedó de las practicas ancestrales y de la labor de los conocidos Chamanes, una práctica que se fue mezclando con otras culturas y que aún hoy tiene la confianza de miles de personas.

Kimara Lercar es el nombre artístico de la joven salteña de los Valles Calchaquíes, vive actualmente en la ciudad de Salta pero no dejó atrás lo aprendido de sus ancestros y por “naturaleza” ya que nos cuenta que fue a los 14 años cuando empezó a sentir algo en su interior que la llevó a la práctica de la curandería, ella se considera una “bruja” pero no de las malas sino de las buenas, ya que en este mundo toda espiritualidad tiende a dividirse en bien y en mal es entonces que en la provincia encontramos miles de avisos de gente dispuesta hasta a “eliminar a tu enemigo” o solo a curar.

Una práctica de años

La curandería es una práctica milenaria que siempre acompañó a las diferentes sociedades pero que a partir del siglo XI fue separándose de la medicina ideada por científicos por lo que se ha generado desde la ciencia y la industria farmacéutica una constante puja de desconfianza a la medicina tradicional, pero los pueblos originarios están peleando para que algunas de sus prácticas se inserten en los hospitales.

Las consultas de la gente

En cuanto a las consultas y peticiones que tienen los salteños a la hora de visitarla dijo Kimara “Es mucha la gente que se interesa como también hay otros que me visitan para sacarse la curiosidad para que se les adivine el futuro pero mayormente la gente va por enfermedad o por algún malestar o porque sienten que los molestan en sus casas los espíritus” algunos irían para contar solo sus problemas como buscando una atención psicológica.  En cuanto a la edad los que más se harían tratar serían las personas mayores de 28 años, son muy pocos los adolescentes que van a atenderse, por otro lado los mayores llevan a sus hijos para curar del “empacho” (Indigestión) o del llamado “susto” que generaría problemas del sueño en los niños.

Curandería e iglesia

Si Kimara hubiera enfrentado a la iglesia en tiempos antiguos de seguro sería condenada a la hoguera o a alguna tortura medieval, si bien ya no existen esas prácticas la iglesia católica sigue rechazando la curandería e incluso la práctica de adoración a la Pachamama u otras costumbres de pueblos originarios ya que las consideran prácticas “herejes” o del diablo, ya que para ellos el único ser digno de adoración es su Dios y el único capaz de realizar milagros fue Jesús “lo que yo sé prácticamente está mezclado con las creencias religiosas, aunque sé que me mandarían la inquisición si se enteraran o me excomulgarían” dice Lercar que asiste a misa siempre que puede, no siente preocupación ya que sus métodos van desde la oración hasta el uso de plantas medicinales.

De manos santas y manos chantas

En la comunidad curandera están los que para hacerte un trabajo de sanación o brujería piden como pago la voluntad de la persona y otros que piden sumas absurdas para un mejor resultado “Los que ponen un precio alto para curarte es porque están haciendo chantaje, son unos chantas”. En un pueblo del interior un hombre fue estafado por otro que golpeó la puerta de su casa, se hizo pasar por curandero que ofrecía servicios de “Limpieza espiritual del hogar”, este sentó a la familia del propietario en círculo y finalizado el ritual le cobró una suma de casi 3.000 la cual fue pagada.

Las prácticas oscuras

Los rituales considerados de magia blanca son los que utilizan elementos como las hierbas naturales y otros remedios caseros, pero existe la llamada magina negra la cual utiliza métodos un poco extremos que van desde el uso de amuletos al sacrificio de animales. En el campo se suele encontrar sapos con la boca cosida o tierra extraída del cementerio depositados en la puerta de la persona a quien se le desea hacer el mal. Los animales más afectados por los rituales son las gallinas, pues al caminar por lugares abandonados o por los cerros de Salta podemos encontrarnos con cruces y cabezas de gallinas. Kimara nos cuenta que hay quienes asesinan gatos. También se da la ruptura de imágenes religiosas y la esparció de cenizas o carbón. También están los llamados amarres que son rituales para enamorar a la persona de preferencia para el cual se utilizaría sangre de menstruación.