Mientras en Orán los casos de dengue hemorrágico se incrementan el principal nosocomio de esa ciudad no tiene ni sábanas, mucho menos medicamentos. Otro año que pasa y la denuncia es la misma.

Las denuncias realizadas por Ramona Riquelme se repiten una y otra vez, hasta pareciera que la dirigente gremial de la CTA tuviese un casette con las declaraciones grabadas que realiza cada cierto tiempo pero que de todas maneras terminan como denuncias en saco roto. A nadie, salvo a quienes tienen que asistir al nosocomio sea como pacientes o laburantes, parece importarle demasiado el estado del hospital San Vicente de Paul.

Ante los recientes casos de dengue indicó que el hospital “no está preparado para una epidemia ni cuenta con salas especiales para tratar a pacientes con dengue, a pesar de que estamos en plena emergencia sanitaria”, esta es una situación que ya viene de años anteriores y aun no se ha podido solucionar el problema.

Además informó que el nosocomio “está totalmente abandonado por el gobierno y por la misma gerencia”, aunque el doctor Julio Cortez “cuenta maravillas de hospital”, en realidad no hay ni sábanas o acolchados para los internados, además de la falta de insumos básicos como agujas, sueros o camas.

La infraestructura es también un problema, porque señaló que tampoco cuentan “con una salida de emergencia, tampoco hay rampas y los ascensores no funcionan”, y agregó la situación de la obra de la nueva guardia “que tiene una inversión millonaria para un trabajo mal hecho”.