La planificación familiar y los métodos anticonceptivos no son responsabilidad exclusiva de las mujeres, Cuarto Poder dialogó con un salteño que se hizo la vasectomía en Buenos Aires y con otro varón que pasó por el Hospital Materno Infantil para esterilizarse. (A.M.)

Desde hace un tiempo, la vasectomía está entre las intervenciones quirúrgicas más comentadas en los medios salteños. En septiembre del año pasado, el especialista en urología Pablo Flores, refirió que se trata de “una cirugía muy pequeña, ambulatoria, o sea que no necesitas ni siquiera estar internado, es superficial.

La consulta para realizarse vasectomía existe y es frecuente; es una solicitud de un estudio pre-quirúrgico mínimo, la explicación y en tres días te podes estar operando, es muy simple, no hay una preparación especial ni mucho menos”. En la misma dirección, recientemente el médico Juan José Pisani, urólogo del Hospital San Bernardo, afirmó a medios locales que esta práctica de anticoncepción masculina mejora la vida sexual de las parejas.

Según la página de la Organización Mundial de la Salud, la esterilización masculina (o vasectomía) es un método de anticoncepción permanente por el cual se bloquean o cortan los conductos deferentes que transportan los espermatozoides desde los testículos. Esto impide que haya espermatozoides en el semen eyaculado y posibilita un 99% de posibilidades de prevención del embarazo después de la evaluación del semen (espermograma) que se realiza tres meses desde de la intervención.

En  junio de este año, el Hospital San Bernardo anunció públicamente que las vasectomías se podían hacer de manera gratuita en sus instalaciones y desde la secretaría del servicio de urología aseguran que los turnos para las primeras consultas antes de la cirugía están cubiertos hasta el mes de septiembre. Desde el sector de Estadísticas del Hospital todavía no se han realizado mediciones correspondientes pero aseguran que las consultas por vasectomía han aumentado considerablemente.

Gracias a la ley 26130 de Anticoncepción quirúrgica, sancionada en agosto de 2016, el derecho a las intervenciones como ligadura de trompas y vasectomía está garantizado y ambas se realizan de forma gratuita en los hospitales públicos del país con un consentimiento firmado de la persona que esté interesada.

Desde el sector de Estadísticas del Hospital todavía no se han realizado mediciones correspondientes pero aseguran que las consultas por vasectomía han aumentado considerablemente.

“Nunca me interesó ser padre”

Tomás Cruz es de Salta pero actualmente vive en Buenos Aires. Tiene menos de 30 años y se realizó una vasectomía hace tres meses. Nunca quiso ser padre: desde que tiene plena conciencia de lo que significa formar una “familia” (constructo social que le parece vacío), supo que no quería traer alguien a este mundo. A Tomás le preocupaba, sobre todo, la situación del país y el modelo económico capitalista en el que vivimos, que no permite posibilidad de una vida realmente plena. En esta dirección, con un profundo sentido de la responsabilidad y en pos de ser coherente entre lo que decía y hacía, decidió someterse a la intervención quirúrgica de esterilización.

Como lo hizo en una clínica privada no tuvo que recurrir a una consulta psicológica antes de hacerse la intervención: en el Hospital San Bernardo, por otro lado, es obligatoria en caso de que el paciente no haya tenido hijes antes.

La operación fue muy rápida, asegura Tomás, pero a pesar de los discursos que circulan sobre lo fácil y práctico de la operación, él recuerda el posoperatorio como un momento incómodo. Ya que no cumplió con algunos requerimientos médicos como el reposo, su recuperación fue un poco más lenta y molesta, tanto así que a veces sangraba sin darse cuenta mientras hacía su vida normal.

La vasectomía sólo previene embarazos luego de que el espermograma arroje resultados favorables. En ese sentido, el joven es contundente: “No tendría relaciones sin preservativo sólo por haberme hecho la vasectomía: las enfermedades de transmisión sexual se previenen sólo cuidándose y cuidando a la otra persona”.

Tomás asegura que no hay ni una sola razón ni una sola forma de pasar por el proceso de la esterilización masculina: “No puedo decir que haya una linealidad sobre el asunto y que haya que recomendar o no una vasectomía. Es una decisión muy personal y creo que hay mucha desinformación sobre el tema: claramente cada persona debería poder decidir sobre su propio cuerpo”.

“¿Por qué no?”

Mientras esperaban a su segundo hijo, Nacho M. y su compañera se plantearon las posibilidades que tenían para cuidarse a partir de ese momento. “Nos lo planteamos desde el lado de la planificación familiar: hoy en día está muy difícil mantener una familia numerosa así que le pregunté a ella si se ligaría las trompas. Ella me preguntó por qué no me sometía yo a una vasectomía y dije ¿por qué no?”, comenta Nacho, quien tiene 27 años. Visitó varias veces al urólogo para informarse sobre el tema y hacerse los análisis preoperatorios y se sometió a una vasectomía de manera gratuita en el Hospital Materno Infantil.

Según su experiencia, fue más largo y engorroso el proceso previo de estudios y consultas que la operación y la recuperación. Estuvo aproximadamente media hora en el quirófano y pasó inmediatamente a una pieza común del Hospital, del que se retiró ese día caminando.

“Estuve unas semanas cuidándome de hacer actividades como jugar al fútbol, subirme a una moto o correr, como me hubiese cuidado con cualquier cirugía. No es doloroso, se parece más a una molestia”, asegura Nacho, quien hace hincapié en que para él, el proceso de esterilización fue como cualquier otra operación simple.

En marzo de este año le dieron los resultados de su espermograma y con los análisis positivos ya siente que tomó una buena decisión, dando por terminada la recuperación integral de la intervención y retomando definitivamente sus actividades físicas como correr y jugar al fútbol: “Yo hago vida normal, tanto física como sexual. La vasectomía es una ligadura de los conductos deferentes, uno sigue eyaculando normalmente sólo que sin espermatozoides. Esa es la pregunta que más me hacen mis amigos y conocidos”, dice Nacho con humor. Para él, los hombres tienen reparos para someterse a esta intervención porque durante mucho tiempo fue un tema tabú y eso generó desinformación. Más allá de los bromas que esta intervención suscita muchas veces entre los varones, Nacho considera que es parte de una planificación responsable que tiene muchas ventajas.

Una cosa se debe tener en cuenta: la operación es reversible siempre y cuando sea exitosa y por ahora sólo se realiza en Buenos Aires.

La intervención, que es gratuita y no precisa internación prolongada, se realiza en el servicio de urología del Hospital San Bernardo y en el Hospital Materno Infantil. Los turnos se solicitan solamente por teléfono llamando al 148. La planificación responsable está a una llamada de distancia.