La inspección ocular tuvo una mañana muy fría y aportó mucho conocimiento a las partes.  Los familiares mostraron su dolor en la escena del crimen, la misma en donde una placa de mármol que entre otras cosas dice: “recordamos a las mujeres que no se dejan vencer con una derrota…” (Maximiliano Rodríguez)

Un lunes frío en San Lorenzo. Día de inspección ocular del lugar de los hechos lo que convirtió a la jornada en una muy distinta a las jornadas anteriores. Hasta el momento el juicio oral y público tuvo lugar dentro de la sala de grandes juicios del poder judicial salteño. El día trece el juicio salió de la sala. La inspección ocular de esta mañana no contó con la presencia de los tres imputados por el crimen y tampoco de aquellos que están siendo juzgados por encubrimiento. Es la primera vez –y probablemente la única- que un trámite se realiza fuera del salón. Los familiares de las victimas recorrieron cada uno de los senderos que Cassandre y Houria transitaron antes de ser asesinadas en julio de 2011. La medida dispuesta por el tribunal fue metódicamente preparada durante el viernes anterior y se desenvolvió ejemplarmente.

Para los vecinos de la villa veraniega la mañana es distinta. Mucho movimiento. La quebrada estuvo directamente cerrada al tránsito cotidiano. Buena parte de los efectivos policiales que participa y resguarda el procedimiento son los mismos que brindan seguridad dentro de la sala en el poder judicial. Hubo tres vallados desde la municipalidad de San Lorenzo hasta el fin de la urbanización y el ingreso al predio que fuera explotado por Puma Expeditions en 2011. La policía no tuvo una actitud rígida ante la comunidad. Pero su presencia es sumamente notoria en la localidad. Durante toda la mañana asisten a los jueces y abogados. Hay varios medios de comunicación en la recorrida por la escena del crimen. Varios canales de televisión salteños, que esporádicamente cubren el caso. Alguna radio FM que transmite el recorrido en vivo y los periodistas que cubren diariamente el debate.

A las 9 estaba previsto el encuentro de toda la comitiva en la subcomisaria de San Lorenzo. La inspección ocular comienza su ascenso cerca de las 10. Una fase importante del juicio comienza así. El recorrido fue a buen ritmo y durante una hora y algunos minutos. Para algunas personas el ascenso fue duro. El Dr Héctor Pucheta (vocal del tribunal) hizo toda la subida en zapatos de vestir y así podría graficarse que se demostró una predisposición notoria de todo el tribunal, los letrados intervinientes y hasta los familiares mismos en aportar a la publicidad del caso, cumpliendo así con la expresión misma de la constitución. El juicio es oral y público en todos los sentidos.

El otro vocal, Bernardo Ruiz, debió abandonar el recorrido a mitad del ascenso. Pese a la buena disposición del magistrado, los años no vienen solos. Comenzó con esta inspección ocular la cuarta semana de debates. Para los familiares fue una tremenda e inolvidable experiencia. Cada uno de ellos a lo largo de la jornada mostró su dolor brotar. Era inevitable. Los hijos de ambas familias fueron los que sostuvieron a sus padres y mantuvieron mayor frialdad. Los mismos abogados querellantes reconocieron que el momento de los familiares fue muy duro. Quizás la corrección y profesionalismo de todos en la jornada sirvieron un poco para acompañar a estas personas. Incluso el fiscal Félix Elías debe ser destacado. Concurrió y participó del comienzo de la inspección, teniendo a su esposa hospitalizada. El fiscal hizo el ascenso al lugar de los hechos por dentro del barrio Bella Vista.

Las defensas de Santos Clemente Vera, encabezada por el Dr. José Vargas y de Gustavo Lasi -con sus dos abogados- estuvieron presentes en el acto. La defensora oficial estuvo durante toda la mañana. Marcelo Arancibia, defensor de Daniel Vilte no participó de la inspección, aunque lo había adelantado al tribunal. Sin embargo, a entender de la propia querella, Daniel  Vilte ostenta la acusación “más endeble”. Toda una definición. La diferencia entre una inspección ocular y una reconstrucción del hecho es bastante importante. La del día trece es una inspección ocular en todo sentido.

En subida

La bajada de esta inspección ocular fue luego por dentro del barrio privado Buena Vista, cerca de las 12 del día. Una comitiva prácticamente de 40 personas ingresó a lo que era el predio de Puma Expeditions. La presencia policial en todo el camino buscó colaborar con la fila de personas, compuesta -entre otros- por cada uno de los familiares. La madre de Houria debió detenerse en mitad del ascenso porque es duro el ritmo alcanzado por algunos al subir. Tomó agua y descansó unos minutos. Todo el trayecto de ascenso hasta el mirador estuvo cercado por la humedad y en el barro. Barrancos de importante altura y un sendero muy estrecho. En algunos tramos, la humedad tornaba muy peligrosa la circulación. Era una serpenteante fila india la comitiva. Apenas diez minutos de comenzar el trayecto ascendente por el Rio San Lorenzo por mano derecha, el sendero cobraba altura notoriamente.

A los quince minutos un puente de madera imponía cruzar a la margen izquierda del río. Allí el ascenso fue más pronunciado aún. La fila se quebró en unas cuatro o cinco partes. Algunos se fueron quedando detrás en el ascenso. Al terminar de subir al mirador, la diferencia entre los primeros y los últimos en llegar es cercana a media hora. Todo el trayecto de subida hasta el mirador superó la hora de intenso ascenso. Se ingresó por margen derecha del rio, se cruzó a margen izquierda. Luego un ascenso pronunciado a una primera loma, la que es rodeada hacia el sur. Se cruzó otra pequeña quebrada y se subió una segunda loma, alcanzando el mirador. La vegetación de la villa veraniega en su máxima expresión anual tornaba frio y húmedo el ambiente. La media mañana cubierta de nubosidad puso por momentos una tenue garua en el trayecto.

Ya en el mirador esa humedad se transformó en una suave bruma propia de esos cerros. Durante todo ese trayecto, que en 2011 fuera una explotación turística habilitada, se destacó la presencia de pequeñas indicaciones en los senderos. Principalmente flechas verdes en madera blanca, instaladas en el piso indicando el sendero y la dirección a seguir. Algunos de los arboles también señalizados por especie.  Es muy difícil en varios tramos del sinuoso camino mantener la orientación cardinal. La vegetación también contribuye con la confusión. La cima y particularmente el mirador vuelven a otorgar la orientación cardinal. El ascenso después de una hora entre la vegetación se abre con una vista imponente. El entorno natural es asombrosamente bello. La vista de San Lorenzo y de la ciudad de Salta es inigualable. Pero es la escena del crimen. Cuando la comitiva llegó al mirador vio cinco casas debajo del camino, como a unos cien metros.  Es el barrio Buena Vista. La cercanía es de apenas 20 minutos a través de senderos.  En el mirador los jueces miden las distancias según las declaraciones.

Los jueces

La vestimenta de todos en la inspección ocular era atípica. La mañana bastante fría para una zona tan húmeda como esa quebrada de incalculable belleza natural ayudó en lo extraordinario de la situación. El comienzo del otoño en San Lorenzo acumula aún mucha agua del verano pasado. Eso se siente en todo el trayecto hasta el mirador. El presidente del tribunal, Ángel Longarte portaba una gorra negra, deportiva y moderna, además de una campera de jean propia para el día.

Por primera vez, el juez dialogó con los medios. Lo hizo al terminar las actuaciones y luego de hablar con los familiares. Toda la comitiva llevaba cerca de una hora en el mirador de San Lorenzo cuando Longarte habló esos instantes con los periodistas. De una forma clara, abierta y respetuosa, dialogó solo un par de minutos. La inspección ocular fue satisfactoria para el tribunal, dijo Longarte. Agradeció la presencia de los medios y comunicó que una vez terminado el trámite judicial los familiares podían quedarse solos en el lugar. Los periodistas comprendieron el pedido encubierto de Longarte y asintieron de inmediato. Lo más importante de lo poco que dijo. Minutos antes, el juez había visitado el lugar de los hallazgos. Lo hizo junto al secretario del tribunal y al policía Tiburcio Arias, primer efectivo en encontrar a las víctimas.

El vocal Héctor Pucheta  con campera gris y boina color camello. Es un hombre alto, pero tiene sus años. Al finalizar el trayecto tenía una pequeña herida en una de sus manos. El vocal que acompañó a Longarte a la inspección recuperaba el aliento tras una hora de caminata. Los magistrados de la Sala II otra vez mostraron estar a la altura de las circunstancias. Los jueces necesitaban ver y recorrer el lugar que describían los testigos en sus declaraciones orales. El ascenso por el lugar los puso en una clara impresión de cada testimonio. Pudieron, entre otras cosas, ver el lugar donde habrían sido los ataques y asesinatos. Así pueden sopesar mejor cada opinión recibida durante las semanas pasadas. Tras la inspección pueden evaluar mejor la decisión del juez Martin Pérez de bajar por allí los cuerpos en horas de la madrugada, con cuatro bomberos cargando en la oscuridad. Pudieron notar también la corta distancia entre las últimas casas de Bella Vista y el lugar de los hallazgos. Apenas un tercio de la distancia que debe transcurrirse por el ingreso turístico hasta mirador. Seguramente los jueces habrán notado que entre ese barrio privado y el mirador hay varios tramos con escalinatas construidas en el sendero natural. Los magistrados pudieron tomar clara dimensión de los posibles recorridos que tuvieron las victimas para llegar al lugar donde fueron encontradas el 29 de julio de 2011.

La cumbre

Los familiares de las victimas tuvieron en el mirador de San Lorenzo una dura prueba. En cada uno de ellos era notoria la conmoción de encontrarse en el lugar donde sabían que fueron halladas las chicas. Tanto la hermana de Cassandre Bouvier, como el hermano de Houria Moumni, fueron claves para la contención de sus padres. En dos oportunidades los jóvenes les pidieron a los traductores que no llevaran al castellano las manifestaciones que sus padres hacían en voz alta. En una ocasión la madre de Cassandre y en otras dos la madre y el padre de Houria, vertieron manifestaciones aparentemente sobre donde creían que era el lugar del crimen.

Tanto la muchacha francesa como el joven marroquí pidieron a los traductores conservar en el francés original las palabras de sus progenitores. Fue también una forma de preservar un poco la intimidad de sus familias. Después de todo ellos como hermanos son conscientes que esos padres perdieron a sus hijas en forma violenta, quizás en ese mismo lugar. Muy intensa fue apenas una palabra en voz baja entre los padres de Cassandre, quienes también estaban en un estado anímico estremecedor. Recuperando aún el aliento tras la subida hasta el mirador uno preguntó al otro suavemente: Aleinor? Buscaban a su hija. La chica contemplaba la vista desde el mirador y daba la espalda a todos en la inspección ocular.

Sin dudas el recuerdo de su hermana era lo que la inundaba. Su tristeza se comprendía en todos los idiomas. Sin embargo esa palabra, esa pregunta entre sus padres a unos diez metros de ella, son la síntesis de la sangre. La misma sangre que ardía en el papá y la mamá de Houria que por primera vez desde el comienzo del juicio, manifestaron en voz alta sus sentimientos. Palabras todas que quedaron en esa lengua original. El hijo de ambos y hermano mayor de Houria, trataba de controlar con amor a sus padres. Y buscaba en Aleinor ayuda para que los traductores (había dos en el lugar) guardaran esas palabras. Así fue y ambos hijos ayudaron a calmar a sus padres en un momento tan duro. Ambos, también, soportaban el momento y el recuerdo de sus hermanas.

El momento fue muy duro para todos ellos, pero la inspección ocular aportó mucho al juicio oral. Pasado el mediodía toda la comitiva comenzó a bajar por dentro del barrio privado Buena Vista. Terminó así en tan particular día trece. En el mirador de San Lorenzo quedaron el monumento que recuerda a las víctimas. En el lugar también queda una placa de mármol que dice: “recordamos a las mujeres que no se dejan vencer con una derrota, que mueven el mundo con solo una mirada…mujeres que lo pueden todo, y ponen de manifiesto su corazón de acero para pelearle a la vida…”