“Me dirijo a usted en mi carácter de vicepresidenta de la Nación», comienza la última idea de Cristina para opacar al resto de los políticos. Dicen que no sólo hay que querer sino también poder y ella, puede. 

Su decisión de renunciar a percibir los haberes correspondientes al cargo para el que fue electa junto a Alberto Fernández, fue el motivo por el que se dirigió al secretario general de la presidencia, Julio Vitobello por carta.
A partir de abril la vicepresidenta, cobrará su jubilación y la pensión que le corresponde como viuda del expresidente Néstor Kirchner.

Su decisión “obedece a haber sido notificada el día de ayer -la carta está fechada el 5 de marzo- de la Resolución de ANSES N° COM-A 02503/21 de fecha 03 de marzo de 2021, por la cual se me restituye la asignación mensual vitalicia en mi carácter de expresidenta de la Nación durante los periodos 2007-2011, 2011-2015, de la cual había sido ilegítimamente privada durante la administración de Mauricio Macri”.
La sentencia judicial del 29 de diciembre de 2020, le restituyó los beneficios previsionales suspendidos por decisión administrativa del Ministerio de Desarrollo Social que entonces conducía Carolina Stanley. El juez de la Seguridad Social, Ezequiel Pérez Nani, consideró que la exmandataria había sido despojada de sus derechos previsionales de modo irregular, por lo que ordenó la restitución de las asignaciones vitalicias que la ley prevé para los exmandatarios.
De acuerdo a la normativa vigente, Cristina Fernández tiene el legítimo derecho a percibir sus haberes como vicepresidenta de la Nación. No existe incompatibilidad alguna con la asignación vitalicia que como ex presidenta de la Nación le corresponde y mucho menos con la pensión que le corresponde como viuda de un ex mandatario.
Nobleza obliga recordar que, cuando una sentencia judicial le otorgó el beneficio de no descontar ganancias de sus asignaciones vitalicias, por asimilación legal de dichas asignaciones a las que perciben los integrantes de la Corte Suprema, ella tampoco aceptó y fue su propio abogado, Miguel Fernández Pastor, quien se presentó en ANSES para renunciar por escrito al beneficio de que no le descuenten ganancias, así como a cobrar el retroactivo del pago de su jubilación desde que dejó de ser presidenta.
El privilegio de los magistrados, de cobrar retroactivo y sin descuento de ganancias, es algo que próximamente volverá a ser debatido en el Parlamento a raíz de un proyecto de ley que propone la eliminación de estas ventajas de las que gozan jueces y fiscales.