Un informe que coordinó la Sedronar da cuenta del alto grado de penetración que tiene el alcohol en los adolescentes salteños, superando la media nacional y regional. Es preocupante también el uso de energizantes combinados con bebidas etílicas. (F.H.)

La provincia de Salta arroja números preocupantes en cuanto al consumo de sustancias psicoactivas en los adolescentes escolarizados. El alcohol pica en punta seguido de cerca por los energizantes, el tabaco y más rezagada la marihuana. El 61,5% de los estudiantes de entre 12 y 18 años encuestados declara haber bebido alcohol alguna vez en su vida. Los datos se desprenden del “Sexto estudio nacional sobre consumo de sustancias psicoactivas en estudiantes de enseñanza media” que realizó la Sedronar en coordinación con la Universidad Nacional de Córdoba y la Universidad Nacional de Rosario.

Se trata de un informe cuantitativo en el que se abarcó a 112.199 estudiantes de todo el país. Se abordó solamente a jóvenes escolarizados, ya que las encuestas se realizaron en colegios. Con ello, puede inferirse que de haberse elegido otros universos para el trabajo de campo, los indicadores podrían agudizarse. El trabajo de campo se efectuó en los meses de mayo, junio y julio de 2014 y en Salta se encuestaron 5.002 estudiantes de 38 escuelas. El total de la población de adolescentes escolarizados de la provincia se eleva a 89.167, de los cuales el 84,2% asisten a escuelas públicas y el 15,8% a establecimientos privados. La muestra tomada representa casi un 5% de la población estudiantil secundaria total de Salta.

La coordinadora provincial fue María Soledad Montoya. Los comportamientos de consumo ante los psicofármacos se agruparon en tres áreas: si consumieron alguna vez, si consumieron recientemente -en el último año antes de la encuesta-, y si tienen consumo actualmente -es decir, en el último mes-.

Números

La investigación estadística asegura, sobre Salta, que “las sustancias más consumidas en la provincia son alcohol, bebidas energizantes, tabaco, y en menor medida, marihuana, ya sea para el consumo alguna vez en la vida, durante el último año tanto como durante el último mes” (Página 102).

Dentro del NOA, Salta es uno de los distritos que más adolescentes tiene capturados por la droga legal líquida. Mientras que en la región el promedio de jóvenes que había consumido alcohol al menos una vez en el último mes anterior al momento de la encuesta es de 24,4%, en la tierra de Güemes, la oligarquía azucarera y los gobernadores gavilanes, el promedio trepa al 38,4%.

La jactancia al respecto de los viñedos y bodegas hace mella en el imaginario tanto como en el plano práctico, al punto tal de constatar que el 21% de los jóvenes consultados consumió alcohol en el último mes a pesar de tener menos de 14 años. Para dimensionar el perjuicio, basta con refrescar principios básicos de la biología humana, los cuales nos dictarán que un cuerpo púber apenas abandona la infancia y empieza su proceso de desarrollo.

“En cuanto a la edad promedio en la que los estudiantes declararon haber consumido alcohol por primera vez, en las provincias de Salta, Jujuy y Santiago del Estero se registra un promedio algo más elevado que el estimado a nivel país”, subraya el estudio en su página 144.

En la provincia de Jujuy, la única que presenta un índice mayor en ese consumo, los jóvenes que consumen de forma regular bebidas alcohólicas suman un porcentaje del 39,2%. Sin embargo, los jujeños menores de 14 años que tienen estos comportamientos sólo representan un 18,6%. Es decir, los salteños son más precoces para iniciar su sendero adictivo.

Los valores vuelven a ser semejantes cuando se trata de adolescentes mayores de 17 años. En ese caso, los jujeños tienen a un 56,8% de los suyos sumidos en la “chupa”, mientras que los del Valle de Lerma a un 54,8%. Para los que gustan de valerse de las comparaciones por sexo y contra toda moral machista, sobre el total de los salteños relevados que tienen consumos de alcohol frecuentes, la paridad entre hombres y mujeres infartaría a cualquier puritana.

Independientemente de ser un síntoma positivo a nivel de igualdad de género, la problemática por el consumo le da la razón a los que enarbolan el prejuicio de que “las mujeres están cada vez peor, ahora se emborrachan más que los hombres”. Si bien los muchachos siguen significando una mayor proporción por menos del 2%-, la tendencia entre las mujeres ha sido creciente en los últimos años.

Ante la consulta de si han consumido alcohol alguna vez en la vida, aunque haya sido sólo en una ocasión, como ya se dijo, los salteños superan el 61%. En ese caso, la igualdad entre hombres y mujeres casi deja lugar a dudas: el 47,4% son hombres y el 47,2% son mujeres. Una situación similar se replica en el consumo de la otra droga legal, el tabaco. Ambas sustancias, según la ley, no pueden vendérseles a los menores de 18 años.

No obstante dicha equiparación entre sexos, el informe advierte en su página 105 que en “el consumo reciente de solventes/inhalables, marihuana, bebidas energizantes y pasa base/paco, los varones presentan proporciones superiores”, aunque también apunta en párrafos anteriores la misma conclusión que aquí se presenta: “La provincia tiene proporciones en el consumo alguna vez en la vida de tabaco y alcohol similares tanto entre varones como entre mujeres” (Pág. 104).

El paco

El 3,6% de los chic@s alguna vez pasta base, droga que se cundió en el país después de la crisis de 2001 y que hizo mella especialmente en las capas más vulnerables de la sociedad. El promedio de edad de la primera vez que probaron es 14 años, y un 1% declara haber consumido en el último mes antes de la encuesta.

Salta supera la media nacional, el informe profiere: “El consumo alguna vez en la vida de tabaco en la provincia es del 47,3% y a nivel país es del 35,8%, mientras que el consumo alguna vez en la vida de pasta base-paco es del 3,6% en la jurisdicción y del 1,6% a nivel nación”. (Pág. 102).

La mayor parte de ese casi 4% que alguna vez consumió pasta base lo hizo en contextos habituales de su vida cotidiana, como ser su barrio, con sus compañeros de escuela o en alguna actividad de esparcimiento. Según denuncian madres que luchan contra el flagelo del paco, como Anselma Ríos, quien es también referente de la Comisión de Familiares contra la Impunidad, las bocas de expendio han ido en incremento.

Sólo por tomar un ejemplo, en el barrio Ceferino, donde está radicada Anselma y uno de los focos de la distribución y consumo de paco, hay más vendedores al menudeo que escuelas de box o espacios culturales.

Otros consumos

No deja de llamar la atención el alto grado de jóvenes que reconocieron su contacto con las bebidas energizantes. De un tiempo a esta parte, éstos han sido peligrosamente combinados con el alcohol, potenciando los efectos e invisibilizando algunos síntomas del estado de embriaguez, que permiten al consumidor poner un freno cuando está envalentonado.

Las consecuencias de esa mixtura son de temer ya que la muerte se encuentra entre las probables. Anteriormente pueden darse comas etílicos u otros colapsos corporales como alteraciones cardíacas, o afecciones a largo plazo.

De los 5002 estudiantes encuestados en Salta, el 15,4% ha consumido energizantes en el último mes antes de ser abordado por el estudio encabezado por la Sedronar. A nivel regional, ese porcentaje se encuentra en el 15,3%, mientras que en el plano nacional la alícuota es más elevada, un 25,7% de los 112.199 jóvenes incluidos en la muestra.

Evidentemente en las zonas más urbanizadas ha tenido una mayor proliferación el consumo de energizantes, que por sí solos no son tan nocivos como cuando se los complementa con el alcohol. En el país, el 81,6% de los estudiantes que declararon haber consumido energizantes lo hizo mezclados con sustancias etílicas.

En el NOA, el 77,5% fueron los que lo hicieron conjuntamente con alcohol, y en la provincia fue el 74,9%. Un dato de la realidad noctámbula funciona como factor explicativo de tal tendencia, en la mayoría de los recintos nocturnos, sean boliches, bares o pubs, se vende abiertamente la combinación entre energizantes y bebidas alcohólicas.