Icono del sitio Cuarto Poder

Contra la “caza de pobres”

El grupo de sacerdotes cuestionó la represión de los sectores más humildes por parte de las fuerzas de seguridad y denunció una “doble vara” de los jueces para favorecer a los uniformados. Reclamo por Milagro Sala y Panama Papers.

El grupo de Curas en la Opción por los Pobres (COP), nucleamiento que reúne a sacerdotes católicos de todo el país que trabajan en medios populares, emitió su carta número 18, dirigida a las comunidades a las que sirven y a la sociedad en general, haciendo un repaso de los principales hechos de la realidad nacional y formulando severas críticas a la política de seguridad del gobierno de la Alianza Cambiemos, al funcionamiento de la Justicia y recordando, una vez más, que “la presa política Milagro Sala y sus compañeras y compañeros siguen injustamente detenidos” mientras persiste el “cínico silencio (de los poderes nacionales y provinciales) ante los reclamos de Justicia” y nada se dice sobre los “papeles de Panamá” que involucran al presidente Mauricio Macri.

Desde hace ya nueve meses los COP adoptaron la modalidad de emitir quincenalmente una carta pública en la que recogen información social, económica y política de todo el país, especialmente hechos que consideran relevantes o que han sido silenciados por el sistema masivo de medios, agregando a ello sus criterios y posicionamientos políticos. La coordinación del grupo se encuentra actualmente en manos de los sacerdotes Roberto Ferrari y Jorge Marengo.

Para los curas, “la ‘seguridad’ de la ministra Patricia Bullrich se ha dedicado a una verdadera ‘caza de pobres’” y respaldan el señalamiento con una larga lista de actos represivos cometidos por distintas fuerzas de seguridad contra jóvenes y personas pobres. Retoman palabras del presidente del CELS, Horacio Verbitsky, quien sostiene que esta “cacería” es “consecuencia de decisiones políticas del gobierno nacional, del protocolo que anunciaron en cuanto asumieron el gobierno, de la sucesión de lo que ellos llaman operativos de control de población y no tienen nada que ver con la inseguridad ni el delito, tiene que ver con el control de las clases sociales perjudicadas por las políticas del gobierno para mantener una presión sobre esa población privada de derechos que impida cualquier tipo de reacción”. Y sobre el particular también opinan que “resulta evidente que ‘la justicia’ (sic) tiene una doble vara: un derecho penal inflexible para los jóvenes pobres de los barrios y un derecho penal sumamente complaciente a los que portan uniforme”.

Continuando con el tema de la seguridad los COP sostienen que “ante tanto aparente descontrol de las fuerzas de seguridad nos llama la atención que esto ocurra desde poco después de comenzar el nuevo gobierno luego de 12 años de insistir y educar a las fuerzas de seguridad en DDHH”. Y agregan que “ver que en cuanto tienen la más mínima ocasión sale a la luz su descontrol nos hace pensar que está en su ADN combatir contra sus hermanos; la ideología de este gobierno, además, no solamente se los permite sino que lo avala”, subrayan.

En otra parte de su documento los curas expresan su solidaridad con los periodistas Gustavo Sylvestre y Mauro Federico, a raíz de informes de inteligencia que indican que se interceptaron sus correos electrónicos y reclaman “la pronta clarificación de los hechos, la sanción concreta a los responsables y la expresa indicación de que hechos de esta índole no han de reiterarse”.

En un capítulo aparte los sacerdotes católicos advierten sobre la muerte del cura tucumano Juan Viroche, para reiterar que “tenemos claro que Juan estaba amenazado” y reclamar a la Justicia y a la Iglesia que se comprometan en la aclaración del caso catalogado de “muerte dudosa”. De la misma manera los curas señalan que “la vida personal de Juan no está en cuestión sino su muerte sospechada firmemente de crimen” y “por eso creemos que deberíamos exigir una investigación independiente y creíble”.

Sumando su reclamo al de parte de la sociedad por la violencia machista contra las mujeres, los curas entienden que “en esa misma orgía represiva oficial fue lamentable lo ocurrido en el Encuentro Nacional de Mujeres, en Rosario” y se preguntan: “¿no está enferma una sociedad que se escandaliza más por 3 o 4 pintadas que por mil mujeres violadas, abusadas, golpeadas o asesinadas?”. En la misma línea agregan que “en coherencia con nuestro rechazo a la violencia de género repudiamos los dichos del ex periodista Jorge Lanata sobre la ex presidenta Cristina Fernández”. Dicen también que “no es la primera vez que este señor (por Lanata) hace gala de su intolerancia, su discriminación de las mujeres, o de las comunidades indígenas. Hace ya demasiado tiempo que sólo sirve de modo funcional a inconfesables y perversos intereses”.

La carta también incluye críticas a declaraciones de ministros y gobernadores, y directas referencias al Presidente. Dicen los curas que Macri “otra vez ‘extenuado’, salió a pasear en bicicleta por las calles de Roma antes de la reunión con el Papa (como lo había hecho antes por el Central Park en Nueva York antes de la Asamblea de las Naciones Unidas) después de tres días de descanso en Tandil”. Pero en este caso “según informa la prensa (Telam, La Nación) y no fue desmentido, lo hizo con el acompañamiento del cardenal Poli, Arzobispo de Buenos Aires, quien debiera tener la responsabilidad de tener olor a oveja, no tufo a lobo”. Agregan que “esta suerte de ‘viaje de egresados’ que parece cada salida del presidente Macri al exterior (algo seguramente indicado por su asesor de imagen) nos provoca un profundo rechazo. Nos da la sensación de que permanentemente el Presidente y los suyos no hacen sino burlarse de todos los argentinos”.

Otras partes de la carta se dedican a criticar la visita de Máxima Zorreguieta a la Argentina y las declaraciones que hizo sobre los pobres, y se analiza la realidad económica del país, destacando la pérdida de empleos. Allí se dice que “este plan es pariente del modelo económico de la dictadura militar y los altos empresarios celebran y hacen sus negocios como celebraban en aquel oscuro momento donde unos cuántos fueron responsables– y no sólo cómplices –de no pocos delitos económicos mientras el pueblo era masacrado por el terrorismo de Estado, el hambre y la pobreza”. Señalan los curas que “la situación de hoy no es históricamente la misma que en aquel período, pero el plan económico tiene lineamientos muy similares”.

Fuente: Página 12