¿Por qué la marcha del orgullo en Argentina se realiza en noviembre? ¿Cuál fue la primera en el mundo? A 26 años de su inicio en el país, recorremos la historia de estas manifestaciones de la diversidad y la libertad.

Las palabras pueden usarse para discriminar o etiquetar, pero también para abrir nuevos horizontes y luchar contra la discriminación. En el marco de la Marcha del Orgullo 2018, compartimos parte del manual de buenas prácticas de comunicación en torno a la diversidad sexual que elaboró el INADI.

El 2 de julio de 1992 se realizó la primera marcha del orgullo gay-lésbico-trans, en la Argentina. Alrededor de 300 personas fueron parte de la movilización. Quienes estuvieron ahí cuentan que muchos de los y las participantes llevaban máscaras de cartón para evitar ser reconocidos.

Segunda marcha del orgullo, año 1993. Fuente: Videoteca de SIGLA (Sociedad de Integración Gay Lésbisca Argentina)

«Libertad, Igualdad, Diversidad» fue la consigna de esa primera Marcha que se desplegó desde Plaza de Mayo hasta Congreso. Desde entonces, se realiza ininterrumpidamente y se convirtió en el acto público más importante la comunidad lésbica, gay, bisexual, travesti, transexual, transgénero, intersex y queer, que apunta a visibilizar los reclamos, las conquistas y el orgullo por la elección de cada orientación sexual, identidad y expresión de género.

Año tras año, los grupos organizadores debaten las consignas que van a encabezar la marcha: Visibles para ser Libres e Iguales (1994); La discriminación nos condena. La policía nos mata. Seguimos de pie (1996); En la sombra de la hipocresía, a brillar mi amor (1999); Amar y vivir libremente en un país liberado (2002); Somos todos y todas maravillosamente diferentes (2006): Nuestro festejo es reclamo: Igualdad. Libertad. Diversidad (2007); ¡Ley de Identidad de Género ya! (2011); Por más igualdad real: Ley Antidiscriminatoria y Estado Laico (2014); Basta de femicidios a travestis, transexuales y transgéneros. Basta de violencia institucional. Orgullo para defender los derechos conquistados (2017), fueron algunas de las banderas que se levantaron en cada evento.

En 1984, en el marco de la vuelta a la democracia, los activistas Carlos Jauregui y César Cigiutti formaron la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) con el objetivo de luchar contra la represión y los edictos policiales heredados de la dictadura militar. Ellos fueron los impulsores de la primera marcha junto a las organizaciones Sociedad de Integración Gay Lésbica Argentina (SIGLA), Transexuales por el derecho a la vida (TRANSDEVI), Grupo de Investigación en Sexualidad de Investigación Social (ISIS), Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM) y Convocatoria Lesbiana. Con el tiempo, se sumaron nuevas agrupaciones que reflejaban la diversificación de las identidades, de tal manera que para la marcha de 1993 se incorporó la sigla LGT.


Por primera vez en el país, un homosexual muestra su cara en un medio masivo. Es Carlos Jáuregui, 1984

¿Por qué la primera marcha fue el 2 de julio? El Día del Orgullo se celebra internacionalmente el 28 de junio en conmemoración de la revuelta de Stonewall ocurrida en 1969, y las respectivas marchas en cada país se realizan en días anteriores o posteriores.

Argentina, en 1997, consensuó correr la realización de la marcha para noviembre. Más allá de que también se argumenta que es por las frías temperaturas de julio, el cambio de fecha conmemmora la fundación, un 1 de noviembre de 1967, del colectivo Nuestro Mundo: la primera organización disidente de nuestro país y de América Latina.

La revuelta de Stonewall, el hecho que encendió la llama del orgullo

Fue un hito fundador en cuanto a manifestaciones públicas y masivas de la diversidad sexual. El 28 de junio de 1969, en un bar de Nueva York llamado «Stonewall Inn», concurrido por hispanos, afros, homosexuales, lesbianas, trans, drag queens, la policía llevó a cabo una de las tantas razzias que acostumbraba realizar, amparados en las leyes americanas que prohibían desde las expresiones consideradas homosexuales hasta vestir con prendas del sexo opuesto.

A cambio de coimas, la policía neoyorquina avisaba a los dueños de los bares en qué momento intervendrían. Esa noche, sin previo aviso y vestidos sin uniforme, la policía comenzó a perseguir a todas aquellas personas que no tenían cédula de identificación. La indignación y bronca acumulada ante estos abusos de poder fue tal que gays, lesbianas y trans se negaron a ser detenidos. Una multitud, que se enteró que “Stonewall Inn” estaba siendo intervenido, se agolpó en las inmediaciones del bar. Ante las golpizas y detenciones arbitrarias por parte de la policía, comenzaron los insultos, los piedrazos, las corridas al grito de “gay power”.

Más de 2000 personas se enfrentaron, durante dos días, cuerpo a cuerpo, contra más de 400 agentes de policía. La trifulca fue tapa de diarios y uno de los ritos iniciático de visibilidad para los movimiento de la diversidad sexual.

Desde la CHA consideran que si bien Stonewall es tomado como la primera protesta masiva, ya había grupos organizados, realizando otras a través de los Estados Unidos. Como en abril de 1966, cuando la Mattachine Society de Nueva York se manifiesta contra el cierre de las barras gays y las políticas gubernamentales de revocación de licencias para vender bebidas alcohólicas en los establecimientos homosexuales; o en mayo de 1965, la Janus Society protesta en Filadelfia contra el dueño de un restaurante que se negó a servirle a un grupo de personas, a quienes identificó como homosexuales y lesbianas.

En la Argentina, recuperando memorias de luchas pasadas, se encuentra la agrupación Nuestro Mundo, surgida en 1967 y reconocida como el primer grupo de diversidad sexual del país y de América Latina. Nuestro Mundo invitaba, desde sus boletines y fanzines, a la liberación homosexual. Este colectivo se transformó en los años 70 en el Frente de Liberación Homosexual (FLH), que bajo su manifiesto político “Sexo y Revolución”, tuvo a Néstor Perlongher y Manuel Puig, como dos de sus principales referentes.

El FLH reunió a grupos y organizaciones de homosexuales y lesbianas de diversas vertientes ideológicas, que tenían como meta incorporar a las sexualidades en el debate político. Editaron durante seis años la revista Somos, que alcanzó ocho publicaciones. Las últimas de ellas, desde la clandestinidad, meses antes del comienzo de la última dictadura cívico-militar.

Las publicaciones gráficas constituyeron un espacio importante de militancia, resistencia y visibilización. Con la vuelta a la democracia, proliferaron revistas como Cuadernos de Existencia Lesbiana, que agotó sus únicos 50 ejemplares en su primer día de venta: un 8 de marzo de 1988, cuando un grupo de lesbianas irrumpió en la Plaza de los Dos Congresos bajo la consigna “Apasionadamente lesbiana»; o la revista Sodoma, editada por Grupo de Acción Gay, que solo publicó dos números entre 1984 y 1985.

Revista Cuadernos de existencia lesbiana

Hoy en día, los cientos de personas que se reunían en las primeras marchas se convirtieron en miles, que bajo diversas banderas, agrupaciones o por su cuenta, marchan con la consigna común de seguir ampliando derechos, visibilizando y festejando la diversidad.

Este sábado 17, desde la Secretaría de Cultura de la Nación acompañaremos el espíritu de la Marcha, iluminando edificios emblemáticos con los colores de la bandera LGBTIQ. El Cabildo Nacional, el Museo Nacional del Bellas Artes y la Manzana de las Luces recibirán la tarde del sábado teñidos de multicolor, para brillar a tono con el orgullo.

Fuentes: Comunidad Homosexual Argentina. Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas. Mabel Belucci y Tomás Máscolo en La Izquierda Diario. Laura Verdile en La Primera Piedra.