El fallo, del año pasado, de los jueces del Tribunal Oral Federal de Salta Federico Santiago Díaz y Mario Juárez y la jueza Marta Liliana Snopek condenó a Delfín Reinaldo Castedo, a 16 años de prisión tras considerarlo jefe de una asociación ilícita dedicada al narcotráfico y al lavado de activos provenientes de dicha actividad, fue apelado por las defensas del clan.

Casación con la firma de los jueces Guillermo Yacobucci y Alejandro Slokar y la jueza Ángela Ledesma, confirman las sentencias que además lo encontró como partícipe necesario del delito de «falsificación material de documento público» y coautor de «falsedad ideológica de documento público agravada por tratarse de un documento destinado a acreditar la habilitación para circular de vehículos».

Casación marcó que se encontraba debidamente probada «la pertenencia a una estructura organizativa de un grupo de personas que bajo el liderazgo de Delfín Castedo obraron de común acuerdo, con objetivos comunes y división del trabajo, ejecutando de manera permanente a través del tiempo planes delictivos vinculados a actividades de contrabando y narcotráfico».

Castedo, además acumuló dinero y bienes derivados de las operaciones de narcotráfico y contrabando que desplegaba, buscando convertir las ganancias de origen ilícito en bienes registrables y no registrables.

Esto lo hacía valiéndose de la pantalla que le confería la actividad económica rural de la finca ‘El Pajeal’, sostuvieron.

En la investigación que llevaron adelante el fiscal Diego Iglesias de la PROCUNAR y Eduardo Villalba de Salta se demostró que ese dinero, de origen espurio era transformado en un bien registrable y así poder darle apariencia lícita.

En las sentencias del año pasado también recibieron penas el hermano de Delfin, Raúl Castedo, y la madre de sus hijos Melba del Carmen Araujo.

Tierras fronterizas sin controles

La sala II de la Cámara Federal de Casación marcó también la participación del fallecido exdiputado provincial Ernesto Aparicio, quien era el propietario de la finca “El Pajeal”, colindante con la frontera boliviana. Esas tierras sumadas a la de El Aybal, permitían el ingreso de sustancias en ese sector sin control alguno. En el fallo del Tribunal se había indicado que “Delfín Castedo lideró el contrabando de droga, principalmente desde Bolivia hacia nuestro país mediante un paso internacional, paso privado y sin control ni restricciones, del que se valió a través del dominio territorial sobre la finca El Pajeal, y que intentó extender sobre la finca El Aybal, ejerciendo un señorío absoluto sobre la frontera que ocupaba la finca, punto neurálgico de sus negocios”.