Trabajadores de las cooperativas de ambos lados del Bermejo reclaman por el cierre del paso fluvial dispuesto por Gendarmería. Mientras los botes no funcionan, los gomones acaparan el tráfico.

Tanto desde el lado de Aguas Blancas como del lado de Bermejo (Bolivia), los chalaneros se mostraron molestos por la determinación de cortar el paso de las embarcaciones que surcan el río que divide ambas localidades, por cuestiones de seguridad, debido a la posibilidad de crecidas en el cauce del Bermejo. Puesto que tal medida parece no afectar a los que cruzan “ilegalmente” mientras Gendarmería no controla.
“En la madrugada se puede observar que gran cantidad de personas son trasladadas desde Aguas Blancas, en botes artesanales, hacia el lado boliviano, bajo la atenta mirada de los efectivos de Gendarmería que no hacen absolutamente nada. De igual manera, en horas de la tarde, desde parte boliviana se puede evidenciar que estos botes ilegales trasladan personas y esta actividad es de todos los días, mientras que a las cooperativas fluviales se nos prohíbe trabajar a simple crecida de las aguas de río Bermejo”, aseguraba Jorge Cari, chalanero del lugar.