En la sesión de diputados del pasado martes todos los ojos se apostaron en la entrada del palacio legislativo. Allí quedó apostado el hermoso BMW del legislador y sindicalista Eduardo Abel Ramos de un millón de pesos. (A.R.)
El vehículo era el objeto de admiración de todos los que deambulaban por la legislatura ni bien estacionó frente a la entrada del palacio Legislativo, sobre calle Mitre. De allí bajó el cuestionado diputado Eduardo Ramos junto a dos colaboradores impecablemente vestido de traje, perfumados y con el pelo recién teñido. Ramos saludó a los guardias y encaró hacia las escaleras que los depositarían en el recinto. Afuera quedó apostado por más de una hora el impresionante automóvil hasta que los colaboradores de Ramos se enteraron de que la prensa ya tenía una foto del lujoso coche que también es último modelo.