Maira tiene 25 años y estudia Ciencias de la Comunicación. Milita en Nuevo Encuentro, trabaja en proyectos de extensión universitaria con radios comunitarias y asegura que la comunicación popular ayuda a formar nuevas cabezas en una sociedad que muchas veces busca cortarlas. (Gastón Iñíguez)

Nos encontramos en un cafecito frente a la iglesia San Francisco. Cuando Maira termina de revisar su agenda reflexiona en lo importante que fue para ella el ingreso a la universidad pública ya que influenció mucho en todos los aspectos de su vida actual: la militancia partidaria, su trabajo con las radios comunitarias y su compromiso con la sociedad desde una mirada feminista.

“Recuerdo un 24 de marzo durante una clase en la universidad, Ana Muller, quien era mi docente en ese momento, nos habló sobre la importancia del compromiso con la sociedad. Para mí ese fue el inicio de todo porque a partir de ahí comencé a participar de distintos espacios. Fue en esa clase donde comprendí que el trabajo colaborativo y colectivo es mucho más productivo que el que se hace de manera individual y que la articulación con otras organizaciones y entidades crea la posibilidad de desarrollar proyectos que beneficien a más personas. Es por eso que empecé a involucrarme con los proyectos de extensión universitaria, porque quería generar un verdadero cambio en mi realidad y en la de los demás. Me integré a un taller sobre los derechos de los niños  que se dictaba en Apolinario Saravia y luego me uní a la cátedra de comunicación popular de la UNSa, en la cual sigo al día de la fecha”.

El trabajo de Maira con las Radios Comunitarias comenzó a partir de los proyectos de extensión en tanto la Universidad Nacional de Salta forma parte de la mesa de comunicación popular que se articula en las comunidades rurales de Salta y Jujuy. Estos proyectos se desarrollaron en una época en la que el gobierno entendía que la comunicación era pata fundamental en el entramado del organismo nacional y que se podía usar como herramienta eficaz a la hora de articular entre distintas instituciones que conforman el estado. Es en ese momento que se dicta la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual,  derogada parcialmente por el presidente Macri a menos de tres meses de tomado el cargo.

“Con la ley a pique todas las políticas comunicacionales cambiaron” explica Maira. ”Antes se entendía que las instituciones debían formar parte de los medios comunitarios para generar un nexo con la gente pero a partir de la modificación se dieron de baja las alianzas con entidades como la Secretaría de Agricultura Familiar, el INTA o las mismas universidades”.

El cambio dificultó los proyectos de extensión debido a la falta de articulación y los recortes presupuestarios. La UNSa, no obstante, mantuvo ciertos lazos con la Universidad de Jujuy para darle continuidad a proyectos que ya estaban encaminados. Maira cuenta que de esa forma acompañaron fuertemente el trabajo que se hizo en la comunidad de Nazareno, con la creación de la Radio Ocán a través de talleres de capacitación. También se extendieron hacia Seclantás y Escoipe buscando formar a nuevos comunicadores populares. “Contando con las herramientas y los conocimientos podemos generar saberes en los comunicadores para que estos los depositen a su vez en sus respectivas comunidades”.

Género y comunicación

Uno de los ejes transversales con los que capacitaron a estos nuevos comunicadores fue la perspectiva de género, principalmente en lugares como Nazareno, una comunidad coya localizada  en el departamento de Santa Victoria, a unos 500 kilómetros de la ciudad de Salta, donde de género no se habla y donde los casos de abuso y violación a jóvenes mujeres son moneda corriente.

“En todas las comunidades donde trabajamos hay mujeres muy polentas para la comunicación. Pero el problema pasa por nuestra sociedad machista y patriarcal que obliga a las mujeres en el interior a hacerse cargo de todos los quehaceres domésticos, o si hay una reunión son las mujeres las que tienen que cocinar para todos. Esto dificulta mucho la integración de una perspectiva de género o una división de tareas más igualitaria. La comunicación popular abre la puerta de nuevos espacios para todos y todas pero en estas comunidades es muy difícil llegar a ocuparlos si sos mujer. La apertura del micrófono está muy limitada aún por la cultura patriarcal que hace que no sea posible que ellas puedan expresarse con total libertad”

Aun así, Maira menciona la lucha de muchas mujeres empoderadas que son fuertes referentes dentro de sus respectivas comunidades y que levantan el estandarte de la comunicación popular, como lo hace Lucia Ruiz -en Morillo- que trabaja con el movimiento de campesinos en Rivadavia Banda Norte; Adela en Nazareno a la cabeza de las productoras locales; Alberta otra productora de Seclantás o Erica en Quebrada de Escoipe.

“Todas ellas influencian a que más mujeres participen en las radios y principalmente son las jóvenes las que se involucran, entre los 15 y 25 años mientras viven en sus pueblos pero este empoderamiento tiene la contra de que cuando deciden estudiar en la universidad se van de la comunidad y ya no regresan; entonces debemos formar nuevos comunicadores todo el tiempo”. La creación de escuelas durante la década pasada permite que estas mujeres puedan estudiar y terminar sus estudios secundarios donde se criaron.

Maira está convencida de que el espacio radial puede ayudar a la mujer a tomar verdadera consciencia sobre las problemáticas que la afectan en nuestra sociedad: “Sentarte frente al micrófono te ayuda a replantear lo que decís y a hacerte preguntas porque si estás leyendo una noticia donde un tipo golpea o viola a una mujer hasta matarla, entonces empezás a pensar que eso no está bien y que podes hacer para evitarlo”. “Es por eso que las radios comunitarias adquieren un rol fundamental dentro de la sociedad ya que brindan un micrófono abierto para todos y todas, donde pueden escucharse y comunicarse sin vicios ni intermediaciones de las grandes corporaciones que buscan controlar la información”.

Actualmente las radios comunitarias tienen un gran problema con los financiamientos, ya que líneas de incentivo para la creación de las mismas como el Fomeca se encuentran frenadas por el nuevo gobierno. Esto dificulta el pago de honorarios y servicios como la energía eléctrica (esencial para el funcionamiento de una radio) que en muchos casos llego a aumentar más del 100 por ciento o el mantenimiento de los equipos. Estamos hablando de espacios donde no está permitido cobrar una pauta para su subsistencia como sí ocurre con otros espacios radiales; así que se puede vislumbrar aquí una fuerte decisión del actual gobierno nacional de callar voces que para ellos no son primordiales. Paradójicamente el Enacom que reemplaza al Afsca desde el año pasado no comunica nada sobre si estas líneas de crédito seguirán vigentes o no en el futuro inmediato.

Para terminar Maira habla un poco de su posible candidatura como concejal por el frente Nuevo Encuentro en las próximas elecciones de agosto: “Yo siento que para mí es un compromiso como militante popular y comunicadora dentro de la política partidaria; por otro lado estoy convencida que desde el partido tenemos la responsabilidad política de jugárnosla en las futuras elecciones para justamente poder contrarrestar todas las que se están mandando en este gobierno. En años anteriores se conquistaron muchos derechos que estamos viendo desaparecer y es por ese motivo que debemos disputar los espacios contra esas personas que lamentablemente no piensan que la patria es el otro”.

Maira busca formar parte de un espacio político de manera formal para concentrarse principalmente en la lucha por que se implementen políticas de género que eviten por ejemplo que una piba muera cada 18 horas en nuestra provincia: “Hay que usar todas las herramientas posibles y meterse en todos los espacios con una visión de género. La disputa feminista se tiene que dar también en las instituciones; ese es el paso siguiente a la pelea en las calles. Bogar por una paridad de género que sea obligatoria en todos los entornos gubernamentales, ahora vamos a ver si se respeta esta paridad en las elecciones. Tenemos compañeras muy formadas que no pueden acceder a ciertos espacios políticos que parecen vedados si no sos hombre. Desde el partido apoyamos la legalidad del aborto que genere la independencia de la mujer sobre su propio cuerpo y la implementación de las ESI (Educación Sexual Integral) de manera obligatoria en todas las instituciones educativas para luchar contra el patriarcado; si los jóvenes pudieran hablar libremente de sexo y entender la sexualidad ayudaría a formar más hombres y mujeres feministas con una visión más igualitaria”.