La semana política transcurre con perlitas para todos los gustos. Las conexiones entre el caso Argañaraz y la desaparición de María Cash; las bombas de humo del romerato en la cámara y abogados hablando de faltantes de guita.

 

A tono con el jefe

Un sugestiva tendencia se extiende paulatinamente entre la tropa municipal y tiene como modelo de inspiración al jefe máximo del CCM. Según cuentan, en el edificio de la Paraguay son cada vez más los soldados del durandismo que intentan emular el style del mandamás de la comuna.

Claro que esto trajo aparejadas algunas confusiones, pues por los pasillos de la muni, pululan funcionarios de segunda y tercera línea con outfits que van desde: camisas al cuerpo, remeras de «El Mató un Policía Motorizado» y camisetas de Colombia.

Una de las últimas postales reflejadas en las redes municipales fue la del intendente junto al jefe de Gabinete, Juan Chalabe, portando ambos camisa de lino blanca bien entallada. «No andaría mal como uniforme para la gente de Asuntos Vecinales», habría sugerido sin éxito un asesor.

Un Romero hablando de drogas

Adentrado en las acciones preliminares de campaña, y como si de una novedad se tratara, el diputado provincial Juan Esteban Romero desempolvó una vieja idea olmedista: Propuso rinoscopias, pruebas de orina y otros test antidrogas para funcionarios provinciales.

De acuerdo al contenido del proyecto ya presentado en la cámara, en caso de detectarse el consumo de drogas en representantes del Estado, quedarían exentos de sus funciones o podrían ser destituidos.

Llamativamente, el proyecto habla exclusivamente de «drogas ilegales», excluyendo abiertamente adicciones como el alcoholismo, al que su familia contribuye desde hace décadas mediante la producción de vinos en Cafayate. Tampoco se le conoce hasta ahora acción alguna en contra de este flagelo que se lleva varias vidas al año, ya sea como víctimas de suicidios o por accidentes viales.

Por el contrario, junto a su par de Cafayate, Patricio Peñalba, tuvo la constructiva idea de elaborar un proyecto para declarar a la ciudad vallista como «Capital del Vino». ¿Y si laburamos en serio?

Dos bogas conocidos

El juicio que terminó con la condena de la ex secretaria general de ADP, Patricia Argañaraz, y la tesorera Marita Cerezo, expuso algunas curiosidades del mundillo judicial.

Los encargados de representar a ambas mujeres ante el tribunal de juicio fueron Carlos Enzo Cuellar y Nicolás Maggio. El primero de ellos enfrenta una imputación por falso testimonio en una causa nada menor. Se trata de la investigación por la desaparición de María Cash en julio de 2011.

Cuellar aseguró haber visto a la joven en la gruta Difunta Correa en General Güemes, Salta, cerca de las 17 horas del 8 de julio de 2011. Sin embargo, las antenas de telefonía celular demostraron que Cuellar no se encontraba en ese sitio a esa hora, por lo que resulta inverosímil su declaración.

Nicolás Maggio, en tanto, supo integrar las filas del PRO en Salta en tiempos en los que Inés Liendo se debatía entre vivir en Salta o en Recoleta. Sin embargo su cercanía con su defendida, Marita Cerezo, estaría relacionado su cercanía a la actual conducción del gremio docente. Cosas de la casta, ¿vio?

Hay cajas y cajas…

El ex tesorero de la caja de abogados, Eduardo Romani, dejó una sugerente frase en ocasión de una entrevista en Canal 10. El letrado representó a 75 familias estafadas por el fideicomiso de Argañaraz y, tras conocer la condena, sostuvo: «hay condena, pero falta recuperar el dinero». 

Fueron varios los colegas de Romani que al escucharlo experimentaron un flashback a mediados de 2023. Unos $100 millones repartidos en más de 1600 recibos anulados, serían el monto del desfalco ocurrido durante su administración. Los afectados tampoco saben donde está la plata.

Dicen que la historia se repite primero como tragedia y luego como farsa.