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Cinco mujeres y una dura lucha de poder, por Carlos Pagni

Si fuera por cómo está configurándose el juego del poder, la Argentina parecería haber alcanzado ya la igualdad de género. Nunca antes el papel de las mujeres fue tan determinante.

Las figuras más influyentes para las elecciones de octubre son, hoy, María Eugenia Vidal y Elisa Carrió. Vidal ronda el 60% de imagen positiva, según encuestas que se realizaron antes de su victoria sobre el gremialismo docente. No será candidata. Pero su gravitación es inapelable. Carrió registra niveles de prestigio similares. Estas líderes son los principales activos de Mauricio Macri. Ambas lo potencian y, a la vez, lo condicionan.

La estrategia electoral de Carrió es una incógnita que se despejaría después de Pascua. O de Pésaj, ya que ella se define como una judía espiritual. Si bien en la provincia de Buenos Aires disfruta, según la consultora Isonomía, de un prestigio del 54%, lo más probable es que se postule en la Capital, donde esa cifra llega al 61%.

La Coalición Cívica compartirá listas con el Pro. Los radicales, con Martín Lousteau como abanderado, están fuera del pacto. Por eso, Lousteau precipitó su regreso desde Washington y lanzó su candidatura. Quiso que una eventual postulación de Carrió sea leída como un castigo de Horacio Rodríguez Larreta a su legítima aspiración de competir en una interna de Cambiemos. Esa interna no ocurrirá. La estrategia de Pro es ignorar a Lousteau. Y reforzar la polarización con el kirchnerismo, representado por Juan Cabandié, o Alberto Fernández, quien está regresando de su vuelta al mundo. Lousteau debe resolver el interrogante que corroe a Sergio Massa o a Florencio Randazzo en la provincia: ¿hay espacio para un discurso que enfrente a Macri y a Cristina Kirchner a la vez? La ex presidenta es otra mujer ineludible.

El enfrentamiento automático entre el Presidente y su antecesora modela las percepciones. Isonomía también indagó a algunos ciudadanos acerca de si habían visto obra pública en su barrio. El 40% contestó que sí, y el 60%, que no. Pero entre los kirchneristas sólo la vio 26%. El 72% no la registró. Entre los de Macri, el 60% vio obra pública, y el 37%, no.

El propósito del oficialismo es que Lousteau naufrague en un contexto que no admite los matices. Carrió es ideal para esa lógica. Pero su intervención abre otra gama de problemas. El eje de su campaña no es la señora de Kirchner. Es Ricardo Lorenzetti. El presidente de la Corte la desafió a probar sus imputaciones. Y ella contestó con el juicio político.

La decisión de Carrió se proyecta sobre toda la justicia federal. María Servini de Cubría se agrega al gineceo que hoy domina la política. Aliada de la diputada, al menos hasta el jueves, denunció que Lorenzetti quiere desplazarla, con la excusa de la edad, para impedir que lo investigue por presuntos negocios con la AFA. Un argumento que comparte con Carrió. El juez Ariel Lijo, que tuvo un percance cardíaco atribuido al estrés, fue citado por Carrió como testigo. La diputada pretende sacar a luz una trama político-judicial ligada a cuestiones ambientales. La inquietud atraerá al fiscal Eduardo Miragaya, «el Nene». Apenas lo expulsaron de la AFI, Alejandra Gils Carbó le encargó investigar delitos ecológicos.

El interés de Carrió por el medio ambiente se debe a que en el mercado del seguro vinculan a Alfredo «Freddy» Lijo, hermano del juez y activísimo lobbista en Tribunales, con la empresa Boston, de Gustavo Roldán y los hermanos Mauro. Uno de ellos, Fernando Mauro, es socio del primo de Macri, Angelo Calcaterra, en el banco Interfinanzas. Calcaterra tiene una relación estrecha con Julio De Vido, de quien «Freddy» Lijo ha sido un diligente gestor judicial. A Calcaterra se lo ha mencionado en relación con los sobornos pagados por Odebrecht en la Argentina. Pero su nombre no aparece en las investigaciones. Las versiones se deben a que un documento de la policía brasileña, publicado por O Estado de S. Paulo, identificó al gerente general de su empresa, Iecsa, Javier Sánchez Caballero, con la negociación de coimas. Marcelo Mindlin, el nuevo dueño de Iecsa, exoneró a Sánchez Caballero. Carrió conectaría esta red de sospechas y supuestas complicidades con el caso Lorenzetti. Entre sus testigos figuran, entre muchos otros, Servini, De Vido, y ambos Lijo. El conflicto Carrió-Lorenzetti promete más derivaciones. El magistrado explicó que muchas de las decisiones que ella recrimina fueron acompañadas por sus colegas de la Corte. ¿Se retractará Carrió, o imputará a todo el tribunal? Carrió ya no denuncia a Lorenzetti ante un juzgado, sino ante el Congreso, y las demás fuerzas políticas deberán pronunciarse. Es un inconveniente para Macri, que se mantenía prescindente. ¿Tolerará Carrió que los diputados de Pro o de la UCR no la acompañen?

Para seguir el curso de esta guerra hay que saber qué hace Cristina Kirchner. La ex presidenta detesta al juez casi tanto como su rival, Carrió, y el ex senador Nicolás Fernández ya no sirve como mediador. Ella encontró un motivo más para su odio: una foto de Lorenzetti escoltado por el brasileño Sergio Moro, juez del caso Petrobras-Odebrecht, y por Claudio Bonadio, quien acababa de procesarla por asociación ilícita. ¿Bonadio es el Moro argentino? ¿Lorenzetti lo protege? La señora de Kirchner presume que Lorenzetti y el juez Lijo, custodios de las escuchas judiciales, divulgaron sus conversaciones con Oscar Parrilli. ¿Dialogaron sobre eso el presidente de la Corte y Diana Conti? Lorenzetti tal vez consiga que Cristina Kirchner y Carrió se alíen en su contra. Un prodigio.

Así como Carrió se envuelve en la bandera de la transparencia, la otra musa de Cambiemos, Vidal, levanta la de la competitividad. Es lo que subyace a la querella con los gremios.

La gobernadora acaba de obtener una victoria admirable. Salvo el Suteba, de Roberto Baradel, las organizaciones de maestros desistieron de los paros, aconsejados por encuestas que reflejaban la impopularidad de esas medidas. El Suteba todavía no reveló el resultado del sondeo. Se entiende: «Roby» necesita parar un día por semana para superar a su rival en las internas del 17 de mayo. Resulta obvio, es una mujer: la trotskista Romina Del Pla. Baradel necesita que los alumnos pierdan clases para retener el sindicato. Son prioridades propias de un «maestro» al que jamás se vio al frente de un aula.

El progresivo éxito de Vidal inspiró el combate de Macri con la CGT. Él tiene una ventaja: los sindicalistas privados están sometidos a la dinámica general de la política. Sus ataques a Macri favorecen a Cristina Kirchner, que los detesta.

Además, Macri empieza a ser auxiliado por la economía. Según datos oficiales, en febrero se crearon 20.000 puestos de trabajo privados. Si esa tendencia se acentúa, y aparecen meses con 30 o 35.000 nuevos empleos, en 2017 el número podría ser de 300.000. El mejor de los últimos cinco años. ¿Esa recuperación explica por qué, según la consultora Flash, 65% de los entrevistados condenó el paro? Sólo 31% lo aprobó.

Los efectos electorales de este cuadro son todavía misteriosos. Las encuestas en el conurbano siguen identificando a Macri con los ajustes. En cambio, a Vidal se la ve como alguien que, si no consigue resultados, es porque lucha contra perversiones poderosas. La gobernadora gusta mucho más que el Presidente. Por eso, la campaña oficialista tendrá cara de mujer.

Fuente: La Nación