A principios de octubre el acusado aprovechó uno de los viajes de la víctima a Paraná, donde estudiaba la Tecnicatura Universitaria en Lengua de Señas Argentina, para agredirla sexualmente.
El caso comenzó con la denuncia de la madre de la víctima, quien relató que un chofer de un colectivo de larga distancia había manoseado a su hija. La joven, que tiene problemas de audición, viajaba regularmente a Paraná para estudiar Lengua de Señas Argentina. Los conductores del colectivo conocían su discapacidad, ya que ella usaba pasajes especiales para personas con discapacidad.
La víctima, en su declaración, explicó que el conductor se sentó a su lado en el autobús, la abrazó e intentó besarla a pesar de que ella se negó. Para evitar más acoso, la joven pidió a una amiga que la acompañara en sus viajes. Finalmente, el caso ya se encuentra en Fiscalía y el hombre fue condenado a un año de prisión condicional por abusar sexualmente de la mujer hipoacúsica.