«El único renunciamiento que tuvo el peronismo fue el de Eva Perón. Y tampoco hay autoexclusión. Vamos a hablar clarito: hay proscripción”, dijo la vicepresidenta.

Tras haber cursado Covid, la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, cerró el año con una reaparición pública a tres semanas de haber sido condenada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.

“Hoy venía para acá y venía algunos videograph en los canales o en los diarios ‘es el primer discurso de CFK después de su renunciamiento’… bueno, vamos a hablar clarito. Soy peruca y hablamos clarito”, lo que despertó aplausos y el pedido de los militantes: “Cristina presidenta”. En ese momento, interrumpió con un pedido: “No canten eso. No era eso, no, no. Escúchenme, no sean malos”.

“A lo que voy es a lo siguiente. Desde un lado empezaron a hablar del renunciamiento, después en otros lados empezaron a hablar de la autoexclusión. El único renunciamiento que tuvo el peronismo fue el de Eva Perón. Y tampoco hay autoexclusión”, aclaró y remarcó: “Vamos a hablar clarito: hay proscripción”.

En ese sentido, explicó: “El día que yo hablé no estaba enojada, no es que en el fervor de un discurso dije algo…no, no, no. Fue algo meditado”, y tiró: “No soy una persona… pese a que no sé por qué razón siempre me han… debe ser porque soy mujer ¿no? las mujeres siempre somos las locas ¿no? Los hombres pueden decir cualquier cosa, cualquier barbaridad o decir un día una cosa, y al otro día otra cosa, y pasado mañana tal vez otra. Pero a ellos todo se les disculpa, a nosotras todo se nos tergiversa, confunde, agranda, y mienten”.

Ni renunciamiento ni autoexclusión, proscripción porque ese procedimiento, esa estrategia de proscripción no es nueva. Creo que la comenzaron a pergeñar el día siguiente al 9 de diciembre que nos despedimos en la Plaza y empezamos a cantar ‘Volveremos’”. Ese día empezaron a pensar en la proscripción”, afirmó la vicepresidenta.

Y relató: “Lo primero que hicieron fue armar un juicio con denuncias, pero con una precisión y con una cronología electoral francamente casi quirúrgica”. En clave electoral, contó: “No sé si se acuerdan, que ‘luego de un juicio armado’ (Julián) Ercolini era el juez, de 3 años decidieron que el juicio oral en el que me iban a sentar en el banquillo de los acusados era el 21 de mayo del 2019, planificaron sentarme en el banquillo de los acusados. 15 días exactos antes de que cerraran los plazos electorales para armar los frentes electorales en donde se disputaría una vez más la presidencia de la Nación”.