Estaba a cargo del Instituto Provincial de la Vivienda. Ayer un diario había denunciado contrataciones a parientes para realizar construcciones. No dio explicaciones.

La noticia no es tanto el hecho de corrupción, sino que por fin un funcionario no se aferre a su sillón como náufrago a una tabla.
El Tribuno había publicado ayer un informe dando a conocer numerosas irregularidades en las que básicamente el funcionario a cargo del IPV, Fernando Alesanco, repartí obras a familiares.
En la renuncia alegó razones de “ética y moral”. «Las mismas que él y otros funcionarios cercanos como el gerente de Control de Obras, Fernando Zalazar Ruiz, y el jefe de inspectores del interior, Juan Simoliunas, no respetaron en las contrataciones directas que hicieron, por invitación, con empresas de familiares directos y amigos», sacude el equipo de investigación del diario de Limache.
En su edición de hoy, los periodistas ahondaron en el tema: En los últimos meses, el organismo también repartió anticipos financieros por supuestas obras adicionales que no tenían proyectos definidos ni planos aprobados, como piden las normas vigentes.
De acuerdo con constancias documentales reunidas por El Tribuno, al menos ocho empresas recibieron fondos adelantados por cerca de $4 millones, sin que tuvieran siquiera conformadas las garantías que exige la ley de contrataciones de la Provincia para cubrir al erario público ante posibles incumplimientos.
Los adelantos se dispusieron a través de actos administrativos no convencionales y fueron justificados con obras de infraestructura habitacional que el IPV rotuló, inespecíficamente, como “adicional 1”.
Se trataría, según distintas fuentes consultadas, de nexos de agua, cloacas y pozos de captación, entre otros proyectos de los que poco se supo hasta ahora, ya que no se respetaron procedimientos que detallen esas supuestas ampliaciones de contratos.
¨renuncia Alesanco
Foto renuncia: programa DNI