MARTÍN MIGUEL GÜEMES ARRUABARRENA

En 1820 el país de los argentinos se encuentra envuelto en la anarquía. La sublevación del Ejército del Norte en Arequito (Santa Fe), es la reacción militar del interior ante el centralismo porteño. La caída del Directorio tiene consecuencias institucionales: la falta de autoridades legítimas en las Provincias Unidas del Río de la Plata (cuya legitimidad emanaba del Congreso de Tucumán y de la Constitución de l8l9). Ante esta situación nacional, es Güemes el único que sostiene el peso de la guerra defensiva contra los realistas en el norte. La derrota de la invasión de Canterac y Ramírez en la batalla de las Cuestas (1820), es la victoria más gloriosa de la soledad de su misión sanmartiniana.

San Martín ante la anarquía libertaria de los centralistas porteños, y ante la orden emitida por el Directorio de retroceder al Río de la Plata a sofocar a los anarquistas federales litoraleños, desobedece el mandato del Directorio, y convoca en Rancagua a sus oficiales para designar a sus jefes naturales y proseguir la campaña libertadora. Son elegidos: San Martín, General en Jefe del Ejército de los Andes en operaciones sobre el Bajo Perú, y Güemes, General en jefe del ejército de Observación sobre el Alto Perú. Con esta decisión militar, comienza la ofensiva de ejércitos convergentes sobre el centro del poder español: el Alto Perú, Arequipa, Cuzco y Lima. San Martín parte de Valparaíso, y desembarca en el puerto de Paracas, inicia la campaña de puertos intermedios. La vanguardia del ejército de milicias–gauchas al mando de Güemes pasa a la ofensiva en el Alto Perú (3.l2.l820), comanda la vanguardia el Coronel José Miguel Lanza, quien lleva precisas instrucciones de Güemes de cómo proceder sobre el terreno y en el trato con los pueblos al liberarlos del yugo español. La retaguardia al mando del Coronel Alejandro Heredia (2000 gauchos milicianos), no podrá acompañar este avance; un complot cívico–militar integrado por aquellos sectores perjudicados por la guerra: los pudientes, estalla en el actual norte argentino. Estamos en los primeros seis meses del año 1821. Antes, en un golpe de estado faccioso, se crea la república de Tucumán, cuyo presidente es Bernabé Araoz, quien obstruye premeditadamente los auxilios enviados por Bustos e Ibarra al jefe del Ejército de Milicias Gauchas. Güemes solicita al Cabildo la declaración de guerra al visir tucumano, que no accede a entregar las armas del Ejército del Norte. Los combates se suceden: Acequiones, Trancas y Rincón de Marlopa, las dos primeras son victorias güemesianas, la última es una sorpresiva y traidora acción de Manuel Eduardo Arias, que desbanda las fuerzas al mando de Heredia, quien había iniciado tratativas de paz con el Cabildo tucumano. En Salta se produce la revolución del comercio, organizada por una agrupación política que recibe la denominación de la Patria Nueva. Deponen a Güemes, por poco tiempo. Su sola presencia, desbarata la conjura. La Patria Vieja reasume el poder. En Jujuy se mueven los mismos intereses localistas; pudientes perjudicados por la guerra, y desertores o traidores del Ejército de Milicias Gauchas (el caso del Coronel Manuel Eduardo Arias, es ejemplificativo). Bernabé Aráoz (gobernante de facto) y Manuel Eduardo Arias (condenado por atentar contra la vida de Güemes), se encuentran en combinación con la vanguardia española al mando del Gral. Pedro Antonio de Olañeta (jujeño por adopción y por lazos familiares relacionado con los intereses mineros del Alto Perú), ejemplo: los Marquiegui, Soria (Sardinet). Este partido regional opositor a Güemes es una resistencia a su sistema de guerra a muerte al invasor realista. Cuya consecuencia es su política de empréstitos forzosos. Como Gobernador autónomo de Salta, la guerra lo obliga a exigir más y más cada día, cada año, procurando el esfuerzo final… la libertad e independencia suramericana (mandato del Congreso de Tucumán). Olañeta el empecinado realista, informado del nefasto enfrentamiento de los patriotas, y derrotado por el General Dr. José Ignacio de Gorriti (gobernador provisorio de la Provincia de Salta), en el Día Grande de Jujuy, retrocede a Tupiza, y envía una fuerza militar por los caminos del despoblado, al mando de un experto contrabandista, conocedor de esos parajes desolados de la puna salto jujeña. El 7 de Junio de 1821 el operativo comando al mando del Barbarucho Valdez, guiados por Mariano Benítez (integrante de la Patria Nueva), ingresan en la ciudad de Salta. Güemes se encuentra en casa de su hermana Macacha (una sospechosa misiva lo lleva a cometer ese paso fatal) acompañado de su escolta de Infernales. Los realistas ocupan los cuatro puntos cardinales de la ciudad. El silencio cómplice acompaña su paso… Güemes es sorprendido y herido de muerte luego de un enfrentamiento desesperado con tropas superiores en número (400 hombres). Logra huir, y herido pasa por la Lagunilla hasta la Quebrada de la Horqueta. Luego de una larga agonía de l0 días rodeado por sus gauchos y oficiales, muere el Domingo l7de Junio de 1821, antes rechaza deshonestas proposiciones de Olañeta, y ordena al Cnel. Widt, su segundo en el mando, que a su muerte expulsarán al invasor realista del territorio salto-jujeño. Vidt, oficiales y gauchos cumplirán con el juramento. Sin embargo las fuerzas salto–jujeñas están divididas… muerto Güemes se firma un armisticio con los realistas, en el cual se pacta que las fuerzas patriotas no pasarán de Humahuaca y las realistas de Tupiza. Lo suscribe el Cnel. Antonino Fernández Cornejo (Gobernador Intendente de Salta, propuesto por la Patria Nueva) y el Gral. Pedro Antonio de Olañeta (Jefe de la Vanguardia Realista). Ese pacto espurio, nefasto, implica la conciliación entre realistas y “patriotas” para la libertad provinciana no para la independencia nacional. Fue la contracara del Pacto de los Cerrillos (22.03.1816).

San Martín en carta a OHiggins, de fecha 6.l1.l821, se queja amargamente: “(…) los enemigos tratan de reunir las fuerzas que tienen en el Alto Perú, en Huamango y Jauja, que añadidas a las de Olañeta que se ha venido sobre Puno y las de Ramírez en las costas, me pueden prolongar la guerra de un modo infinito .El indigno armisticio de Salta ha hecho que todas las fuerzas caigan sobre mí…”. Ante la falta de fuerzas militares, San Martín busca el apoyo de Bolívar. No sin antes enviar a Buenos Aires, al Coronel Gutiérrez de la Fuente en procura de auxilios. Rivadavia se opone, se niega a prestar auxilios militares. La Entrevista de Guayaquil es consecuencia de la prevaricación porteña. El secreto de Guayaquil es producto de la necesidad de San Martín de aumentar sus fuerzas para concluir la guerra. La muerte de Güemes es causa esencial de la necesidad Sanmartiniana. Las conclusiones prácticas son notorias: la unificación del mando militar en uno de los dos libertadores. Bolívar (quien detenta mayor número de tropas) asume la responsabilidad de conducir la guerra y San Martín se aleja del escenario Suramericano. La renuncia de San Martín, es consecuencia de la necesidad militar.

La consecuencia mediata de la muerte de Güemes es la prolongación de la guerra por cuatro años más y el desmembramiento del Alto Perú (con la consecuente formación de Bolivia a partir de l825). Nos dividíamos como nación para constituir países, en una acción centrífuga que nos debilitaba interna y externamente. El Imperio Británico de para bienes. El empréstito Baring Brothers (1824), y el Tratado de Paz y Amistad con Gran Bretaña (1826) es la culminación de esta situación. Las logias masónicas (dividida la Logia Lautaro, en Logia Provincia) cumplieron el plan propuesto por el Imperio: dividir para reinar. La acción de la pequeña Gran logia que libertó a Bolivia entre 1824 y 1825, entierra la posibilidad de concluir el Plan Sanmartiniano y de lograr la constitución de los Estados Unidos de la América del Sur.

Epílogo para Suramericanos:

La prolongación del esfuerzo regional–tras la muerte del Caudillo–el consiguiente costo en vidas y bienes, la disgregación territorial, es la base y punto de partida de la pobreza actual de nuestro Noroeste y de Bolivia. Ingresamos demorados, divididos y endeudados a la arena de la política mundial. Gran parte del siglo XIX fue de encierro y pobreza para el norte argentino, el actual norte chileno y el sur Boliviano. La casualidad no existe en la historia de los pueblos y de las naciones, existe la causalidad. Él debe y haber de las cuentas públicas de la historia es la razón fundamental que puede explicarnos desde el ayer, los males de hoy. Las masas ignaras no son culpables del subdesarrollo. Una historia común, una lengua que unifica nuestra alma y una religión aglutinante de nuestra fe, problemas afines, nos informan de la posibilidad de unidad regional y continental, que sin perder identidad nacional, nos permita afrontar los desafíos del Siglo XXI. Recordar es etimológica y existencialmente despertar lo que está dormido. El pensamiento y la acción del Gral. Martín Miguel de Güemes, el más argentino de los salteños de su tiempo, y el más suramericano de los norteños, se encuentra soterrado en el subsuelo histórico de nuestra Patria Grande, volverlo a la conciencia del pueblo y de sus conductores, es proyectarnos a un destino común de unidad y de grandeza.

 

Gral. Martín Miguel Juan de Mata de Güemes Goyechea y la Corte (1785 – 1821)

Nació el 8 de febrero de 1785, en la Capital de la Intendencia de Salta del Tucumán, Virreynato del Río de la Plata (1776).

Inicia su carrera militar en el Regimiento Fixo con asiento en Salta, a los 13 años. La vida de cuartel, de aprendizaje del paisaje, y los paisanos forma su carácter.

Participó en la Defensa y Reconquista de Buenos Aires en las Invasiones Inglesas (1806-1807), siendo condecorado por su actuación militar con el Premio Defensor y Reconquistador de Buenos Aires, otorgado por el Virrey Liniers.

Su intervención al mando de fuerzas de caballería en Suipacha (7.11.1810), decide la primera victoria de las armas de la Patria. Elabora un Plan de defensa en Tarija, con motivo de la derrota de Huaqui (20.11.1811). Auxilia al Gral. Juan Martín de Pueyrredón, al escapar con los caudales de Potosí. No participa en las victorias de Tucumán y Salta, ni en la derrotas de Vilcapugio y Ayohuma, por ser castigado al Estado Mayor en Bs. As. Por órdenes del Gral. Manuel Belgrano. San Martín lo designa Comandante de las Avanzadas del Río Pasaje. Triunfa en el Combate del Tuscal de Velarde (1814), inicio de la Guerra Gaucha. Comanda el triunfo de Puesto Grande del Marqués (15.04.1815). Retiro de las armas de Jujuy.

Gobernador de la Intendencia de Salta. Primer Gobernador autónomo, electo por voluntad popular (15.05.1815). Conflicto con el Gral. Rondeau, Jefe del Ejército del Norte. El pacto de los Cerrillos (22.03.1816) entre Rondeau y Güemes, permite la apertura del Congreso de Tucumán y declaración de la Independencia de las Provincias Unidas de Suramérica (9.07.1816). Apoya el Plan Incaico de Belgrano.

Estratega Militar: rechaza dos invasiones realistas sobre el territorio de Salta y Jujuy (1817 y 1820), y cinco incursiones (1818, 1819, 1821). Su táctica militar permite el cruce de los Andes, la libertad de Chile, el avance por mar, y desembarco en Paracas, Bajo Perú, del Ejército de los Andes al mando de San Martín.

General en Jefe del Ejército de Observación sobre el Alto Perú por designación del Gral. Dn José de San Martín (2.04.1820). Comienzo del plan de ejércitos convergentes sobre Potosí, Alto Perú, y sobre Lima, Bajo Perú.

Único General de la Independencia muerto por bala realista (17 de junio de 1821). Su muerte frustra el plan Sanmartiniano de Libertad e Independencia Suramericana. Mandato nacido en el Congreso de Tucumán (1816).

Su lema: ¡Morir por la Patria es Gloria! enaltece nuestro pasado, presente y futuro.

Académico de número sitial 7 “Ricardo Rojas” del Instituto Güemesiano de Salta.