El 2025 es el año en que el saencismo jugará todo para alcanzar el tercer mandato de Gustavo Sáenz. La ingeniería electoral será fundamental para conciliar intereses con un movimiento libertario en expansión que, en Salta, no ha logrado una masa crítica pero apuesta a la adhesión ciudadana que no se concentra en partidos políticos, sino que se alinea con el Presidente Javier Milei gracias a un inteligente uso de la comunicación por redes.
N. de R.
Los libertarios vinieron para quedarse, y hoy más que nunca parecen tener razón los que decían que si el gobierno nacional atravesaba el primer semestre, podría quedarse en la Casa Rosada por ocho años. Desde el inicio de la gestión propician el sistema de boleta única papel (BUP), que aunque todos lo consideran virtuoso, no es compatible con intereses más personales o sectoriales. Luego, anunciaron que quieren ampliar la base electoral autorizando a votar a los mayores de trece años. Claro está que sus estudios hablan de que el León Milei tiene éxito en la franja etaria de adolescentes y jóvenes que tienen rebeldía natural y que repudian a la casta.
El primer fracaso obligó a LLA (La Libertad Avanza) a retroceder con la BUP, aunque se anticipa que volverá a intentarlo luego del éxito moderado con que impuso la Ley de Bases. Algunas encuestas ya han concluido que todo lo que implique cambiar los sistemas que dan ventaja a los aparatos partidarios será aprobado y no generará mayor resistencia.
Un ajedrez en el que en Salta el jugador principal es el Gobernador, también contiene alfiles y peones anárquicos que buscan sacar tajada propia. Ministros y legisladores del oficialismo y la oposición local ya comienzan a expresarse mediante proyectos legislativos que buscan cambiar el sistema electoral, aunque todos están supeditados a lo que se decida en el ámbito nacional.
Ante el silencio de su comandante no son pocos los que siguen vendiendo que gravitarán en la opinión final que saldrá de Finca Las Costas. Ricardo Villada quiere nuevamente dirigir al sector conservador que trabaja con Sáenz, aunque la deserción del romerato que estaría decidido a confrontarlo en las elecciones provinciales lo debilita, al margen de una gestión en la que nadie le reconoce algún logro. Pablo Outes, desde el lado peronista, recorre incesantemente el interior y quiere mantener el apoyo de los intendentes que ya comenzaron a buscar apoyos concretos en obras en el despacho de su sucesor Sergio Camacho, otrora alfil del romerato. Sáenz deberá encontrar otros capitanes que garanticen más cohesión y menos internas en los cenáculos del poder salteño y disciplinar a todos los que hablan en su nombre y dan instrucciones sin respaldo.
Alfajores cordobeses
El primero al que le cobraron el off side fue el Ministro de Gobierno, quien viajó hace un par de meses a Córdoba, y sin autorización de su jefe mayor, ventiló que en Salta también podría ponerse en vigencia la BUP. Este sistema, que ya se aplica en Córdoba y Buenos Aires con distintos matices, choca frontalmente con la boleta única eléctronica (BUE) que rige plenamente desde hace once años en Salta y que fue vendido como la panacea por la gestión de Juan Urtubey.
En la misma línea que Villada, José Gauffin, el diputado del PRO que coincide en casi todas sus estrategias legislativas con el romerato, presentó un proyecto que todavía está dormido en las comisiones de tránsito lento de la Cámara de Diputados.
Elevado costo
En Salta, Juan Romero nunca dejó de sospecharlo de fraudulento, aunque con este modelo logró en 2019 que Bettina Romero ingresara a la alcaldía capitalina para luego fracasar estrepitosamente. El diario familiar constantemente convoca a críticos que socavan su credibilidad, aunque en estos tiempos a pocos ciudadanos le importe la opinión. En verdad, nadie ha logrado acreditar un fraude con este particular sistema, sobre el que ahora se concentran críticas vinculadas con su elevado costo. Excusas para desestabilizar la tranquilidad de Sáenz siempre encontraron, aunque constantemente fracasaron.
Evitando el kirchnerismo
Del lado del PJ, son pocos los que tienen esperanzas de que no sea intervenido antes de fin de año para poner orden y evitar que las estrategias electorales del kirchnerismo se comprometan con divisionismo generado desde el Grand Bourg. Si el kirchnerismo copa el PJ nacional, Esteban Amat, Gastón Galindez, Raúl Medina y lo que quedó de las huestes de Pablo Outes deberán buscar otro partido que contenga a todos los alcaldes y legisladores que todavía les responden y que no tendrían problemas en competir en un frente competitivo que Sáenz armará cuando la situación política tenga mayores definiciones.
Ni primarias ni obligatorias
En la intimidad del Grand Bourg interpretan que no están dadas las condiciones para cambiar el voto electrónico en 2025 y, tras las desavenencias con el sector que lidera el senador nacional, tampoco sienten la presión para modificarlo. Con claridad señalan que la dispersión de candidaturas obligaría a presentar una boleta del tamaño de una mesa, en la que figurarían en paridad de condiciones conocidos, ignotos, impredecibles, leales y traidores.
No obstante, varios legisladores oficialistas informaron que propondrán iniciativas para derogar las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), las que ya fueron suspendidas en 2021 y 2023. Dicen que tienen aval de las alturas del poder provincial para avanzar, puesto que esto permitiría al oficialismo ofrendar a Milei una medida austera que ahorraría varios cientos de millones y que también evitaría financiar con dinero del Estado las candidaturas de opositores que normalmente carecen de aparato y de fondos para instalarse. Los partidos chicos y algunos postulantes reactivos fueron los grandes beneficiarios de un sistema electrónico que les garantizó presencia y control en todas las mesas electorales, lo que con el voto papel no podrían siquiera soñar.
Lo que está claro es que los jefes provinciales no incidirán en la decisión nacional por el perfil de imposición que le imprime a sus decisiones Javier Milei y que, también, deberán resistir muchas presiones para separar las elecciones locales. Por otro lado, parece una verdad de Perogrullo que ningún gobernador se suicidará unificando comicios en los que podrían ser arrastrados a una derrota de solo considerar que las encuestas siguen otorgando al Presidente una imagen positiva superior al 50% a pesar de varias decisiones que provocaron incrementos de precios y tarifas y que castigan el bolsillo de la mayoría de los argentinos.
Casi replicando este esquema personalista, en Salta nada se hará sin que lo mande Sáenz, que se muestra prudente pero que tendría inclinación por reiterar las fórmulas que le permitieron la reelección: suspensión de PASO y separación de elecciones. Además, se descarta que quedarían dos tinglados o frentes electorales que se utilizarían en cada departamento según las conveniencias. Juan Romero, Alfredo Olmedo y los nóveles libertarios, aunque no lo quieran, deberán jugar con las reglas electorales provinciales que fijará el único ganador de estos últimos años. Sin 2025 no hay 2027, y por eso el poder y las urnas están en manos de Milei y Sáenz.