El viaje de Macri al Paraguay no fue un capricho de cuarentena ni un desaire partidario para el PRO. Aunque eso es lo que quisieron mostrar durante la semana. El trasfondo de ese viaje va mucho más allá y tiene una importancia superior.Norma Jean 
«Hay que perder el miedo al COVID19», dijo el ex presidente, elogiando la conducta del pueblo paraguayo, que le va bastante bien con la Pandemia, hasta ahora. También dijo que iba a ver el tema del Futbol, particularmente de la Copa Libertadores, aunque sabemos que no tiene la autoridad necesaria por parte de la AFA para hacerlo.
¿Entonces cuáles son los vínculos que unen a Horacio Cartes y Mauricio Macri en este momento si ninguno de los dos ya son presidentes?
El 4 de mayo de 2017, los entonces presidentes de Argentina y Paraguay, Macri y Cartes, suscribieron un acuerdo en Asunción, el Acuerdo de Entendimiento, para la reducción de una deuda que Paraguay contrajo con Argentina.  El monto de dicha deuda en ese momento ascendía a 19.000 millones de dólares y con ese acuerdo se reduciría en 15.000 millones de dólares, quedando en 4.000 millones, pagaderos en 30 años, con 10 años de gracia.
¿Pero de qué deuda estamos hablando? Hagamos un poco de historia. La Represa Hidroeléctrica de Yacyretá, es considerada una de las obras hidroeléctrica más grande del mundo, está ubicada en la Isla del mismo nombre, enclavada en el río Paraná, 300 kilómetros al sur de la capital paraguaya. Se trata de un conjunto de obras civiles realizadas entre Argentina y Paraguay, sobre el curso del río Paraná, cuya principal finalidad es la transformación de la energía hídrica en energía eléctrica. Está conformada por un extenso embalse de agua, creado artificialmente por la construcción de varias represas de material suelto (arena, arcilla y roca), con una longitud de coronamiento aproximada de 67 km.
En 1973, tercer gobierno de Juan Domingo Perón, se firmó el acuerdo con Paraguay para crear el Ente Binacional Yacyretá. Lo hicieron, Alfredo Stoessner en representación de Paraguay y María Estela Martínez de Perón, en ausencia de Juan Domingo, que se encontraba enfermo.
El segundo movimiento al respecto, en diciembre de 1977, fue el acuerdo para el inicio de obras. Por Argentina firmó Jorge Rafael Videla y por Paraguay nuevamente, el eterno presidente, Alfredo Stroessner.
En 1994 Carlos Menem y Juan Carlos Wasmosy inauguraron la obra con un funcionamiento del 60%.
Al inicio de la obra, su cotización era de 1.800 millones de dólares.  Mientras que, al terminarla, en 2011, con un funcionamiento del 100% de su capacidad, el costo de la obra había ascendido a 12.000 millones de dólares, 7.000 millones correspondieron a costos financieros y 1.000 millones a costos de estudios de consultoría. De los 3.500 millones restantes, nada se sabe…
Es a partir de allí que funcionarios del EBY (Ente Binacional Yacyretá) fueron condenados por malversación de fondos y especulación, ya que utilizaron información privilegiada para beneficiarse con la compra de los terrenos a inundar, por valores irrisorios, con el fin de obtener cuantiosas indemnizaciones al momento de ser expropiados.
Entre idas y vueltas el plazo de obra fue de 38 años.
En el inicio, ambos países aportaron un 50%. Paraguay aportó el territorio a inundar y el agua del rio Paraná y de todos los afluentes que convergen en el lugar que se transformaría en el gran lago. Argentina por su parte, realizó sólo el aporte económico. Pero a la hora de repartir, Argentina utilizó el total de energía de su 50% y el 38% que le quedó a Paraguay, que sólo ocupó un 12%. Es entonces que, Paraguay reclama una compensación por la energía extra que no utiliza y Argentina le retruca con el pago de intereses por su Aporte Inicial, dándole carácter de préstamo. Esos intereses que Argentina cobra, corresponden a los 38 años de ejecución de obra. Hablamos de 19.000 millones de dólares, o sea, 8.000 millones más que el costo de obra original.
El Congreso paraguayo pega el grito en el cielo y obviamente no acepta el reclamo por considerar que se trata de una «deuda espuria».
En 2006, en Asunción, Néstor Kirchner anuncia una quita de más de 5.000 millones en la deuda que ese país tiene con el Ente Binacional Yacyretá. Nicanor Duarte Frutos entiende esa medida como una «reparación histórica ya que proviene de intereses totalmente ilegítimos».  Pero el Poder Legislativo paraguayo no acepta esta quita sosteniendo que si acepta la quita ofrecida por Argentina estará » reconociendo una deuda ilegítima.
Duarte Frutos, sin embargo, insiste en que se firma la «reparación histórica de una deuda que comenzó con el decreto de un dictador (Videla) y su ministro de Economía (Martínez de Hoz)».
Entonces el Congreso paraguayo inicia una querella para revelar cómo algunos argentinos construyeron fortunas con la obra pública cartelizada, detallando que la situación compromete al entonces presidente Macri y su padre, Franco Macri, al considerar que algunas de las principales empresas del grupo, Sideco americana e Impregilio, fueron partícipes, por lo que pidió que se los cite a indagatoria.
Con la llegada de Cambiemos al Gobierno, los macristas Humberto Schiavoni y Martín Goerling tomaron el manejo de la entidad y mantuvieron los beneficios para las empresas cercanas al Presidente. La constructora IECSA, también perteneciente al grupo Macri, fue la empresa que más facturó en la Entidad Binacional Yacyretá mediante contratos millonarios para obras en Misiones, como la costanera de Posadas.
A todo esto, el Poder Legislativo de Paraguay cita a declarar a la ex ministra de energía, Mercedes Canese, quien en la propia versión taquigráfica manifiesta su total y definitivo desacuerdo por la deuda contraída con Argentina a través del Ente Binacional Yacireta, considerándola ilegitima, a pesar de que Horacio Cartes la convalidó al aceptar la quita propuesta por Mauricio Macri, en ese momento.
Manifiesta además que, en el acuerdo original la división era del 50% para cada país, pero como Paraguay no precisa más que un 12% de esa energía, podría vendérsela a Chile a un precio de mercado, pero la firma de este acuerdo lo impide, por lo cual Argentina le compra ese restante de energía a un precio subsidiado mucho más bajo, favoreciendo claramente a Argentina.
Por el terreno de inundación, ambos países recibirían una compensación en la que, a Paraguay le corresponde un 80% y a Argentina el 20% restante. Es decir que, Paraguay estaría recibiendo 670 millones de dólares, pero el acuerdo determina que se pagaría en 10 años, empezando desde el 2023.
Volviendo a las necesidades energéticas de cada uno, Argentina necesita mucha más, por lo que solicita una ampliación del acuerdo original, lo que significa el aprovechamiento de un brazo de Yacyretá, el sector de Aña Cua. Este acuerdo se hace a través de una Carta de Negociación y desde 2019 Argentina trabaja en esa ampliación de la represa (Aña Cua), a pesar de que el Congreso Argentino no sólo no aprobó la «notas reversales» del acuerdo Macri-Cartes, sino que nunca tuvieron tratamiento parlamentario. En el supuesto caso que el Congreso Argentino no las aprobara, Paraguay se vería muy perjudicado, teniendo en cuenta que la deuda con Argentina volvería a su monto original de 19.000 millones de dólares, perdiendo la quita. Que la Carta de Negociación por Aña Cua tampoco serviría como un elemento de presión para Argentina. ya que el Parlamento paraguayo planteaba que para darle Aña Cua a la Argentina la negociación sería que la deuda quede en cero. Teniendo en cuenta que las obras en ese brazo de la Central Hidroeléctrica están muy avanzadas.
A comienzos del mandato actual de Mario Abdo Benítez, el mandatario se desentendió del caso diciendo que el acuerdo aprobado por el Congreso Nacional y promulgado por el Poder Ejecutivo paraguayo, ya está en ámbito argentino.
Aunque si el Parlamento de Paraguay logra anular el acuerdo se verán afectados muchos intereses políticos y económicos de ambos países y sobre todo de sus ex presidentes.
Mientras tanto, las notas reversales siguen sin ser tratadas en el Congreso Argentino. El Congreso paraguayo analiza acusar a Cartes de Traición a la Patria, con la correspondiente condena. Recordemos que Horacio Cartes ya está acusado por contrabando, malversación de fondos, organización criminal y lavado de dinero. Pero la continuidad de la obra y el pago de la deuda deberán ser analizados ahora Mario Abdo Benítez y Alberto Fernández, aunque la preocupación mayor la tengan sus antecesores Macri y Cartes. Ahora sí que el viaje de Macri en un avión pagado por Cartes en plena pandemia tiene más sentido.