La intendenta rifó en un año lo poco que quedaba del capital político del romerismo.
Incierto es el destino político de Bettina Romero después de un año plagado de derrotas, una gestión paupérrima y una administración que dejaría millonarias deudas y podría complicarla en el ámbito judicial.
Bettina Romero y su familia decidieron apoyar a Larreta en la interna de Juntos por el Cambio y de esta manera sumaron una nueva derrota electoral el domingo pasado. Peor aún, la perfomance en Capital fue penosa.
Días después desde el Tribunal de Cuentas denunciaron una deuda de más de 1.500.000.000.0000, deuda que ascendería al triple por lo menos hasta finalizar la gestión los primeros días de diciembre.
Ni el más pesimista de la familia Romero esperaba un año electoral tan malo. En mayo fue tan dura la derrota de la intendenta que no logró ni una banca en el Concejo Deliberante. La apuesta en la interna fue por Rodríguez Larreta con una campaña millonaria y los resultados electorales fueron inclusive peores.
Ahora, un nuevo dolor de cabeza asoma en la familia gracias a la jefa comunal. La deuda que dejaría Bettina Romero sería millonaria. Tienen por estas horas una fila de proveedores buscando cobrar lo que adeudan y la recaudación apenas alcanzaría para pagar algunas pocas cosas de los gastos mensuales de la Municipalidad.