Como el personaje de DiCaprio en la película, un prófugo se hizo pasar por policía para comer un sándwich en un negocio de comida, para luego pedir plata y tomarse el palo. Sucedió en Orán, donde lo más inverosímil puede ocurrir.
En el film dirigido por Steven Spielberg, Frank Abagnale (DiCaprio), se la pasa burlando la ley y estafando a personas para lograr sus objetivos, obtener dinero, conquistar mujeres y viajar por el mundo. En este caso, una versión más modesta y criolla tuvo lugar en la ciudad de Orán. El fin no era volverse rico, sino comerse una milanga.
La denuncia fue realizada por la dueña del local de comidas ubicado en calle San Martín al 400 de la ciudad norteña.
Según lo relatado por la señora un supuesto policía encubierto se apersonó hasta su negocio con intenciones alimenticias, pidió algo para comer y comentó que andaba tras la pista de un sospechoso.
El hombre se identificó como personal de la Brigada de Investigaciones de Tartagal y tras saciar su apetito, aprovechó la buena voluntad de la mujer para pedirle un par de mangos prestados.
Luego de que el supuesto oficial se retirar del local, la dueña se comunicó con el 911 para narrar lo sucedido, ahí fue que se enteró que el susodicho no era parte de la fuerza ni venía de Tartagal persiguiendo a un sospechoso, sino todo lo contrario, puesto que el sujeto de 33 años, oriundo de Embarcación, tenía un pedido de captura.
Gracias a los datos aportados por la denunciante, se pudo dar con el paradero del estafador y se lo puso a disposición del juzgado de turno.
No se informó si pagó el sándwich.