El diputado del PO, Pablo López, señaló que el ballotage es antidemocrático. Confirmó también que su fuerza llamará a votar en blanco aunque en una nota de la Prensa Obrera se asegura que Macri es la derecha bien derecha.

El diputado nacional Pablo López dialogó con La Gaceta de Salta y desarrolló ideas curiosas y definiciones polémicas. La primera tiene que ver con lo siguiente: «lo antidemocrático es el ballotaje» porque «eso fuerza a la gente para que elija entre dos candidatos que antes no eligieron» y por lo tanto lo definió como  un mecanismo para reforzar a un candidato que no tenía los votos previamente.

Para López poco importa que eso dos candidatos hayan monopolizados los votos de la población (situación que le da derechos a esos candidatos a definir la elección) porque en el fondo, aseguró, que «el balotaje es una extorsión para elegir entre dos variantes del ajuste». La ley tampoco importa en estos casos para el diputado nacional.

Previamente, López aseguró que ellos van a llamar a “votar en blanco porque es un ballotaje entre dos candidatos ajustadores», dijo López.  Un planteo que también aparece en el artículo  publicado ayer en Prensa Obrera que enfatiza, sin embargo, que el campeón de la derecha actual es Mauricio Macri. El artículo se titula “El balotaje parió una crisis política”, está firmado por Ignacio Smith que después de repetir los conceptos que más o menos se repiten desde el Programa de Transición de Trotsky de 1938, precisa alguna características sobre Mauricio Macri:

“Aunque Scioli había mandado a Urtubey a Estados Unidos a plantear su disposición a negociar con los fondos buitre, o mediante Miguel Bein había anticipado un generoso proyecto de blanqueo de capitales, el triunfo de Macri plantea la posibilidad de un desarme completo de la economía regulada del kirchnerismo. El ajuste “gradual” de Scioli entrañaba el peligro de no cambiar nada” (SIC).

“El macrismo explotó todas las contradicciones y debilidades del kirchnerismo. A Aníbal Fernández y a los “barones del conurbano” les opuso un planteo de renovación política, con un sesgo de tipo generacional o de la antipolítica. Con un chef famoso en Quilmes y un periodista conocido en Tres de Febrero logró derrotar a los dos intendentes que formaban parte del aparato de la UOM. En Mar del Plata se valió de un elemento derechista que se ufana de no usar celular. Este planteo de renovación y antipolítica, que elude cualquier modificación del régimen social vigente, ha mostrado su característica contrarrevolucionaria, puesto que es asimilable por la derecha para llevar adelante sus propios propósitos políticos”.

“La transición política a la que asistimos se sigue alimentando de la crisis final del peronismo, pero es comandada claramente por la derecha, que busca improvisar una nueva estructura de gobierno. De cara al ajuste de envergadura que preparan, esa improvisación puede arrojar un resultado incierto”.