Científicos del Conicet encontraron en San Pedro de Jujuy restos humanos –“casi el 99 por ciento de un esqueleto”– y elementos de un ritual mortuorio de alrededor de 2000 años de antigüedad.
“Se trata de un resto arqueológico muy antiguo, porque tiene deformación cultural del cráneo, una práctica muy extendida en América”, afirmó Gabriela Ortiz, investigadora del Conicet y de la Universidad Nacional de Jujuy, y explicó que “todas las poblaciones de la región del ramal jujeño de hace 2000 años deformaban el cráneo”.
La arqueóloga brindó ayer una conferencia de prensa junto con el secretario de Cultura de la provincia, Alejandro Aldana, organismo a cargo de la aplicación de la Ley de Protección del Patrimonio Arqueológico Paleontológico Histórico.
Ortiz detalló que se rescató “casi el 99 por ciento del esqueleto” de una persona, y por las características se sabe que “no es de ninguna población desde el siglo XVII a esta parte”. Eso, explicó, dio a los investigadores la tranquilidad de saber que no se estaba “trabajando con restos modernos”.
La arqueóloga relató que los restos fueron sacados, en un primer momento, por trabajadores que estaban realizando una obra de construcción en el lugar con una pala mecánica excavadora.
Tras los trámites necesarios para salvaguardar el hallazgo, se inició una investigación que permitiera establecer las primeras hipótesis y conclusiones.
Las investigaciones preliminares indicaron que “se trata de un individuo adulto, asociado al episodio de inhumación”. Además, “junto a él se encontró un fragmento de cerámica y un gran caracol fluvial de color blanco, característico de las zona de los valles, más preformas o collares también hechos con caracoles que acompañaban el contexto mortuorio”, detalló Ortiz.
En la región en la que se encontraron los restos óseos “habitaban las comunidades conocidas como la cultura San Francisco, alrededor de 2000 años antes del presente”, explicó la especialista. En esta zona de la provincia las investigaciones arqueológicas comenzaron a principios del Siglo XX, por investigadores de la ciudad de La Plata.
Según Ortiz, en los últimos siete años “se llevan recuperados más de seis esqueletos, además de restos óseos arqueológicos”.
Sobre la etapa de investigación que continúa, la arqueóloga señaló que se “buscará indagar sobre su asociación, su contexto de encierro, los lugares de actividad no sólo funerarios sino domésticos, a la vez que se espera avanzar en el análisis de dataciones, fechas y análisis bioantropológicos”, entre otros.
En la conferencia de prensa la especialista también destacó la particularidad de los rituales mortuorios, los cuales “parecen ser únicos para el Noroeste de Argentina”, dijo al referir que “se intervenía mucho sobre el cuerpo humano una vez muerto, antes de ser trasladado a su fosa final de entierro”.
“Lo ideal es hacer una datación al hallazgo”, señaló en relación con los procesos de investigación que están en ciernes. Además, Ortiz aseguró que no descarta “la posibilidad de que puedan aparecer otros restos de similares características”.
Por su parte, el secretario de Cultura de Jujuy, Alejandro Aldana, valoró “la celeridad del trabajo”, en concordancia con el peritaje realizado, y también “la red de comunicación entre las instituciones que favorecieron el rescate del material”.
El funcionario llamó a la población a comunicarse con las diferentes jurisdicciones del Estado en caso de encontrar restos arqueológicos, con el fin de hacerse a “la idea de una arqueología pública que permita consolidar las redes de trabajo con otras instituciones”.
Fuente: Página 12