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Alerta temprana por la bicicleta financiera

Un director del Banco Central informó por escrito en abril a Sturzenegger sobre los riesgos de no cumplir con el objetivo principal de la Carta Orgánica de la entidad al tiempo que se les garantizaba una rentabilidad extraordinaria a los bancos.

El presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, y el directorio de la entidad estaban advertidos sobre los efectos nocivos de continuar con la estrategia de emisión de Lebacs que la semana pasada derivó en la presentación de una denuncia judicial contra el presidente Mauricio Macri, el ministro de Hacienda Alfonso Prat-Gay, Sturzenegger y el propio directorio del organismo por alentar la bicicleta financiera manteniendo una cotización artificial del dólar. Nada menos que uno de los directores del Central había manifestado su preocupación por el impacto que estaban provocando sobre la actividad económica las altas tasas de interés, que se ubicaron por varios meses en 38 por ciento, al mismo tiempo que se les garantizaba una rentabilidad extraordinaria a los bancos, los cuales embolsaron en los últimos diez meses 57 mil millones de pesos, un 44 por ciento más respecto del mismo período del año pasado. En una carta dirigida a Sturzenegger en abril, a la que accedió PáginaI12, Pedro Biscay planteó que la inflación no iba a bajar sólo por el uso de políticas monetarias contractivas y que el mercado laboral sufriría las consecuencias de estas medidas por el retroceso de la producción manufacturera y de otras actividades productivas como la construcción. A su vez, pidió rediseñar las políticas monetarias para volver a cumplir con el objetivo principal de la Carta Orgánica del Banco Central: garantizar el crecimiento con inclusión de la población.

“No puedo acompañar el actual nivel de tasa de interés y considero necesario una redeterminación de las políticas de intervención en el mercado monetario y cambiario. Existen elementos que me llevan a señalar que la actual política del Central abandonó el espíritu de la Carta Orgánica, donde las políticas de emisión, regulación y orientación del crédito son esenciales para contribuir el desarrollo económico, crear empleos y estimular el crecimiento de la actividad productiva y la equidad”, escribió Biscay, director de la autoridad monetaria, nombrado en la gestión de Alejandro Vanoli, con mandato hasta 2019. En el escrito dirigido a Sturzenegger advirtió expresamente que “las nuevas políticas profundizan la especulación financiera y promueven la desintermediación del sistema financiero”.

Recesión

Las autoridades del Central, más allá de las advertencias, mantuvieron las tasas de interés de las Lebacs en un pico de 38 por ciento en los primeros meses 2016, lo cual arrastró a inversores locales y externos a la compra masiva del activo con rendimientos muy superiores a los arrojados en el mundo desarrollado e incluso entre los países emergentes. “La tasa de Lebacs define la tasa de referencia de la economía. Fijarla en niveles tan elevados genera consecuencias y efectos nocivos”, aseguró Biscay. Agregó que “las altas tasas de interés, al igual que las políticas de ajuste del Gobierno y la terrible devaluación, convirtieron a la economía real (la producción y empleo) en un espacio desprotegido. Las políticas macroprudenciales del Central deben cuidar los derechos patrimoniales de los consumidores y los agentes de la producción frente a las finanzas”.

Inflación

Los precios, pese a la insistencia de la autoridad monetaria en emplear un esquema de metas de inflación (es decir, manejar la tasa de interés para disminuir las remarcaciones), no bajaron este año. Federico Sturzenegger ya había sido alertado a inicios del 2016 que en la Argentina las políticas monetarias para frenar las tensiones inflacionarias no podían ser la única herramienta y era necesario tomar en cuenta los problemas de la estructura de costos de las empresas. “Lejos de desacelerarse, en 4 meses (diciembre-marzo) lleva acumulado más del 15 por ciento, con una inflación interanual (marzo 2015-marzo 2016) del 35 por ciento, según datos del Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad de Buenos Aires. Los grandes esfuerzos destinados a fijar prioridades contractivas en la política monetaria, parecen no haber significado una caída del aumento de los precios. A pesar de estos resultados, el análisis sobre la dinámica de la inflación, continúa asociado exclusivamente con la base monetaria”, dijo Biscay. A partir de abril, los precios minoristas siguieron acelerándose hasta superar el 40 por ciento interanual y provocar una pérdida del poder adquisitivo de los salarios del 10 por ciento.

Especulación

El negocio de la bicicleta financiera avalado con las altas tasas de interés de la Lebac, que permitieron a los bancos ser uno de los pocos sectores con rentabilidad en 2016, fue otro de los puntos advertidos a la autoridad monetaria a comienzo del año. “Las tasas de interés a estos niveles, junto a la desregulación del mercado cambiario y otras medidas que incentivan la dolarización de carteras, la eliminación del encaje al ingreso de capitales y su límite mínimo de estadía y la posibilidad de comprar Lebacs por parte de no residentes están haciendo del sistema financiero argentino un paraíso de altos rendimientos en dólares y de inversiones de muy corto plazo, incentivando operaciones de carry trade”, indicó el director del organismo. Planteó que el esquema estaba generando además una burbuja. “Esta dinámica de esterilización monetaria a altos costos y cortos plazos se está volviendo un espiral difícil de administrar: genera enormes rentabilidades a los bancos, además de volverlos perezosos porque abandonan su función crediticia en aras de la rentabilidad especulativa”.

Dólar artificial

El uso de las Lebacs, según Biscay, no sólo incrementó la rentabilidad extraordinaria de los bancos e inversores especulativos sino que deprimió en forma artificial el valor del dólar. “La tasa de interés, que es una herramienta compleja que pivota entre la administración de la liquidez monetaria y la señalización de expectativas en el mercado financiero, cumplió la función de controlar el tipo de cambio, sustituyendo así el rol que otros instrumentos de política regulatoria podrían ejercer para incidir en el mercado cambiario”, resaltó. El “manejo artificial del dólar” con la venta de futuros es el mismo argumento que se empleó para abrir una causa contra funcionarios del kirchnerismo.

Fuente: Página 12