Hoy una comunidad wichi advirtió que podría tomar el hospital de Alto La Sierra en el departamento de Rivadavia. El viernes pasado una nota de la periodista Mariana Carbajal daba cuenta del estado de abandono en el que se encontraba el mismo.

La nota en cuestión se publicó el sábado 10 de diciembre con el título “Hospital Olvidado”. A continuación la trascribimos integra:

“El hospital del paraje rural salteño Alto de la Sierra está sin médico hace cuatro días y según denunció el presidente de una de las comunidades wichi del lugar y maestro bilingüe, Julio Díaz, en diálogo con PáginaI12, seguirá de ese modo al menos por un mes. “Estamos desesperados y si la provincia o la Nación no nos dan una respuesta vamos a tomar el establecimiento”, adelantó Díaz, quien dicta clases en la escuela primaria N° 4555 Rosario Peñaloza, a la que concurren 689 alumnos y alumnas, un 75 por ciento de ellos de pueblos originarios y el resto de familias criollas. “Las autoridades siempre se acuerdan de nosotros durante las campañas electorales y después nos olvidan”, se quejó el dirigente wichi. A esa comunidad pertenece la nena de 12 años, con leve retraso madurativo, que había quedado embarazada tras haber sido violada por un grupo de criollos y que fue finalmente sometida a una cesárea este año en el Hospital Materno Infantil de la capital salteña, donde dio a luz a un feto anencefálico. Tampoco a ella le permitieron acceder a su derecho a un aborto legal, como a la niña pampeana de 11 años sobre quien este diario informó días pasados.

Alto de La Sierra está a unos 700 kilómetros de la ciudad de Salta, una distancia que se recorre en al menos 10 horas cuando los caminos lo permiten. Es uno de los municipios más pobres de Argentina, cerca del límite con Formosa y a unos 70 kilómetros de Paraguay. La población, de unas 4000 personas y de mayoría aborigen, ya estuvo casi dos meses sin médico en 2015. Aunque ahí viven unos 2000 niños, el hospital nunca tuvo pediatra y los partos se atienden sin obstetra. Tampoco cuenta con odontólogo desde agosto de 2014. Hay una sola ambulancia, contó Díaz, pero ya no es 4×4 –porque la doble tracción se rompió y nunca se arregló– y cuando llueve resulta muy difícil transitar los 75 kilómetros de ripio hasta la ruta, para poder trasladar enfermos a otro hospital. El más cercano es el de Santa Victoria Este, pero también es muy precario. De Tartagal, están a 280 kilómetros. “Necesito que esta situación se conozca y nos den respuesta”, dijo desesperado el dirigente aborigen, que se comunicó a través de mensajes por Whatsapp. También dijo que autoridades del gobierno nacional les prometieron instalar una antena de celular pero nunca llegó”.