La DOVIC brindó un curso de capacitación sobre abuso sexual en las infancias y adolescencias para todo el Ministerio Público Fiscal. Las profesionales del organismo expusieron los diferentes aspectos para el abordaje respetuoso de las víctimas y sus derechos. Se reflexionó sobre los desafíos que presentan estos casos para los operadores y operadoras del sistema.

La titular de la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas, Malena Derdoy, y las integrantes del programa especial de abuso sexual infantil de esa dirección brindaron la capacitación Abuso sexual en las infancias. Los niños, las niñas y les adolescentes víctimas de los delitos contra la integridad sexual. La actividad se desarrolló a lo largo de tres encuentros realizados vía Zoom el 30 de junio y el 1° y el 12 de julio, organizados por la Dirección General de Capacitación y Escuela del Ministerio Público Fiscal.

Los encuentros contaron con la introducción de Derdoy y tuvieron como objetivos facilitar teoría y herramientas sobre la temática, promover intervenciones judiciales respetuosas y revisar algunos obstáculos que se presentan en la práctica.

Durante la primera jornada, la licenciada en trabajo social Mailen Delfini expuso varios mitos y representaciones sociales que se sostienen y reproducen, que inciden en el trabajo judicial diario cuando no se los logra identificar y cuestionar, ya que se presentan de manera constante. Luego, se refirió a los indicadores de abuso sexual en las infancias y adolescencias, basándose en la formulación de la psiquiatra infantil Irene Intebi: indicadores físicos inespecíficos o que generan sospecha, indicadores físicos específicos e indicadores emocionales y psicológicos.

Por otro lado, la profesora en historia María Victoria Buigo relató el proceso de instalación y sostenimiento del abuso sexual en las infancias y adolescencias, utilizando como pregunta disparadora «Por qué una familia o personas cuidadoras no pueden identificar los abusos». Al respecto, desarrolló las posibles respuestas familiares e institucionales ante el abuso, los contextos familiares, y cómo se produce el estallido familiar. Finalizando el encuentro, se desarrollaron en conjunto algunas distinciones sobre los conceptos de “la buena víctima” y “la buena madre o persona cuidadora” dentro del proceso penal.

En el segundo día, la licenciada en psicología Camila Magariños introdujo el concepto de trauma y la capacidad de recordar, para luego adentrarse en la especificidad del testimonio de niños, niñas y adolescentes y las condicionantes del relato. En tal sentido, resaltó que la denuncia es una marca simbólica.

Después de haber puesto en consideración las características de las situaciones traumáticas y la particularidades de los/las niños/as y adolescentes como sujetos, la abogada Camila López García introdujo el debate sobre los condicionamientos con que los niños, niñas y adolescentes víctimas logran comunicar lo padecido mediante los dispositivos judiciales a los cuales se los convoca durante la investigación. La abogada habló sobre la importancia de la amplitud probatoria, robusteciendo la prueba más allá de la cámara gesell y la necesidad de revisar no solo la perspectiva de género en las investigaciones sino también, y fundamentalmente, la “perspectiva de infancias» para evitar de esta forma la revictimización a niños, niñas y adolescentes. Concluyó su exposición con las alternativas para probar el caso en juicio.

La tercera y última jornada estuvo a cargo de todo el equipo. En ella se trabajó el derecho de la víctima a estar informada y la forma de comunicar estas noticias. En ese sentido, se reflexionó en torno a los contextos en los que se encuentran las víctimas, cómo reciben las novedades del proceso que posee características particulares que movilizan y modifican su vida. Luego, se abordaron las implicancias en los y las operadores/as judiciales, bajo la pregunta disparadora “Cómo nos sentimos al momento de comunicar/notificar”. Para ello, se tuvo en cuenta que los hechos juzgados ponen en contacto a los operadores y operadoras del sistema con las prácticas más siniestras de la cultura, que obligan a poner en juego los prejuicios, estereotipos, las experiencias personales y los recorridos profesionales de cada una y cada uno.

En el último tramo de la actividad se expuso el concepto de Backlash o reacción negativa violenta. Se trata del ataque a la credibilidad de los y las profesionales que trabajan en el diagnóstico y validación del abuso sexual en las infancias y adolescencias. Por eso, luego de esto, se desarrollaron pautas de autocuidado de los equipos, que deben incluir reuniones y supervisiones periódicas. El encuentro finalizó con un repaso sobre las capacidades de actuación de la DOVIC y sobre cómo se integra el equipo interdisciplinario que la conforma. Las capacitadoras compartieron una cita de Janusz Korczak que sintetizó el espíritu de los encuentros: “El sufrimiento de los pequeños, no es un sufrimiento pequeño. Por eso, debemos ayudarlos y escucharlos”.