Romero aprobó el proyecto de las ganancias acordada por Macri, la CGT y los gobernadores pero críticó la creación de impuestos. Aseguró que distribuir la riqueza es una ilusión y entregado a Urtubey tuvo tiempo para fustigar a Sergio Massa.
El ex gobernador votó a favor en general del proyecto de disminución de Ganancias aunque aseguró que «ningún impuesto es bueno, ni el que derogamos ni los que se están creando. No se resuelve todo por la presión fiscal, porque si cada vez que se gasta más se crea un impuesto, el país no resolverá su difícil situación financiera”.
En esa intervención enfatizo que el impuesto es injusto y fruto de una década de aumentar el gasto público al que consideró el gran problema argentino, donde no se cumple la ley de disciplina fiscal ni en la Nación ni en las Provincias», argumentó. Romero también ejerció un sincericidio ideológico al asegurar que «algunos siguen creyendo en esa ilusión de distribuir una riqueza que no tenemos ni hacemos nada para aumentarla; esa fórmula decididamente no funciona».
Previamente, el ex gobernador reivindico un sistema republicano y representativo que apruebe proyectos en base a consensos como ocurrió ayer aunque una expresión sorprendio a todos: “el consenso se logra en las cámaras, donde si bien tenemos la obligación de escuchar a todos, también tenemos la obligación de acordar. Pero en el Parlamento, y no sushi de por medio».
La chicana estuvo dirigida a Sergio Massa, el rival de Urtubey, quien se reunión con funcionarios macristas en su casa en donde comieron sushi aunque luego los equipos de prensa del primero se encargaron de eliminar de la imagen la fuente que contenía la comida china.